Israel Vallarta… ‘Estado de Derecho’ en ruinas Sol Yucatán
Urbano Barrera
El caso Israel Vallarte inaugura una etapa triste y lamentable para la impartición de justicia en México.
Es el inicio desgarrador de la política por encima de la razón legal y del imperio de la ley.
Hoy, la Constitución y las leyes secundarias quedaron mancilladas ante las negociaciones, los compromisos políticos y de grupo, los caprichos del poder; lo peor, el mandato del crimen organizado.
La ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ex secretaria de Gobernación y experta en Derecho, Olga Sánchez Cordero, fue clara y contundente al señalar que Israel Vallarta, líder de la banda de secuestradores Los Zodiacos, era culpable.
En la teoría jurídica es muy cierto que al violar el debido proceso se impone la libertad.
Pero, como lo explicó la ministra en retiro, en las conferencias mañaneras del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, ello no quiere decir que Israel Vallarta sea inocente.
Vallarta tenía otras causas penales y hay más víctimas, que a la fecha no quieren problemas al ver que la política está por encima de la ley, pues temen ser nuevamente víctimas.
La liberación de Israel Vallarta equivale a que las autoridades violaran los derechos de un narcotraficante durante su arresto, en la cadena de custodia, durante la integración de la averiguación previa o carpeta de investigación o en la puesta a disposición ante el juez.
Es claro que en todas las detenciones de capos hay intervención telefónica sin autorización judicial, cateos ilegales y excesos en el uso de la fuerza; pero no por eso, los capos son inocentes, su estatus es de criminales.
De ser así, todos los capos estarían en libertad y los únicos culpables serían los ciudadanos pobres y quienes no tienen posibilidad de defensa.
En el caso Israel Vallarta el criterio que se impuso fue el capricho del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y la sed de venganza contra su enemigo y adversario panista, Felipe Calderón Hinojosa.
El hecho de liberar a Israel Vallarta es remachar al segundo presidente del régimen panista, pues con ello se desacredita aún más a Genaro García Luna y directamente a Calderón Hinojosa.
Es sumar elementos para que en un futuro si un fiscal con honor —no como los Ministerios Públicos y Jueces de consigna existentes—, decide actuar contra Felipe Calderón, tenga elementos para castigarlo.
Es también, el quedar bien con el gobierno de Francia, que defendió y reclamó a la ciudadana Florence Cassez, que pese a saber que era culpable, no la defendió como persona, sino cuestionó y exhibió los errores de un naciente esquema ministerial, procesal en México.
En el caso de Israel Vallarta, Florance Cassez y el rancho La Chinita, también se debe analizar el caso de las televisoras líderes o únicas en ese momento (9 de diciembre de 2005), Televisa y Televisión Azteca.
Días antes del montaje, se presentó en televisión la liberación del entrenador del equipo de fútbol profesional Cruz Azul, Rubén Omar Romano.
La exclusiva se le otorgó a Televisa y en horario estelar matutino los hombres de Genero García Luna, presentaron la liberación en vivo.
Ello, provocó molestias en la televisora del Ajusco y, para compensar, se decidió recrear la detención de Israel Vallarta y su supuesta novia Florance Cassez.
El 9 de diciembre de 2005 se decidió otorgar la liberación de Los Zodiaco, de manera compartida a reporteros de las dos televisoras, sólo que la mayor audiencia la tenía Televisa.
Era la época en la que las televisoras imponían la agenda en las procuradurías locales y la federal de la República.
Hay muchas cosas, datos y nombres, que no se han querido revelar y el por qué se decidió recrear o hacer el montaje.
Es decir, el arresto fue real, los criminales también, lo mismo las víctimas, quienes intervinieron en el montaje, los que presionaron y el intento de pago de rescate.
Eran tiempos donde el ‘Cuarto Poder’ era eso, un poder muy por encima del Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Lo que ocurre hoy con los medios no convencionales y con gran parte de las redes sociales, personas alienadas, sin criterio, sentido común o ética profesional.
Estaban plegados, como hoy al poder; lo importante, la manipulación y los intereses (dinero), nunca el trabajo en favor de la sociedad.
Hoy, se vive otro montaje, el de la supuesta justicia verdadera frente a la impunidad, pese a que todo se haga en completa violación al Estado de Derechos. Pero, con un maquillaje mediático que manipula y convence a las masas.
Seguro, poco a poco, saldrá a relucir la verdad y, de no ocurrir, la prensa comprometida lo publicará y habrá mayor luz para retornar a un sistema democrático hoy en ruinas.
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