ÍNDICE POLÍTICO/ Desde hace años el Pentágono alistó la invasión Entresemana.mx
FRANCISCO RODRÍGUEZ
A partir el más reciente viernes, la señora Claudia Sheinbaum ha incrementado y se ha desgañitado con respuestas y arengas defendiendo la soberanía de lo que el régimen de Cuarta… ha dejado de nuestra República.
¡No se haga bolas, señora Presidente formal!
Por si usted no lo sabe –que es lo más posible– existen cinco incubaciones estratégicas de penetración. Los demás mexicanos sí que lo sabemos muy bien.
La primera logra el control extranjero sobre las materias primas, energéticos, bosques, minerales, vegetales, agua, y todo lo que para ellos y para el mundo tenga algún valor monetario. Indigna hasta recordarlo porque aquí tiene décadas que lo sufrimos.
La segunda generación estratégica de penetración es la de los sistemas comerciales e industriales que en México ha llegado al extremo del paroxismo. Es hasta obsceno observar todos los contornos de esta conquista que padecemos por la entrega a los Estados Unidos del mercado interno mexicano. Una traición incalificable.
La tercera, es la que alcanza tonos ridículos en la penetración de las redes de comunicación terrestre y satelital. Todos los medios llamados masivos de expresión se encuentran penetrados en sus acciones fundamentales por los financieros neoyorquinos, jefaturados por George Soros, quien utiliza a varios quintacolumnistas huehuenches.
Los intelectuales orgánicos y los mendicantes que a diario se suben a ese vagón de la indecencia moral son exageradamente recompensados en función de sus atributos mentales. No hay uno solo que se respete que no tenga una mansión en San Ángel y una casa de fin de semana en algún balneario local o hasta del extranjero.
Los hay que son ganaderos y rancheros nylon e, incluso, los más picudos, con yates en las costas mexicanas y estadounidenses, casas solariegas y mansiones de postín en los más caros sitios de veraneo o de negocios del planeta. Es cosa de preguntar y de comprobar.
La cuarta generación estratégica de penetración, hasta hace poco reconocida por las mentes más lúcidas de la Tierra, es la colonización de los sistemas financieros que, en México, se entregaron como una concesión gratuita a los especuladores de toda laya, a condición de que le compartieran los moches y prebendas a los mandarines locales del salinismo. Ahí están como ejemplo dos bancos y una casa de bolsa a las que se acusa de ser “lavanderías” de narcos y narcopolíticos y que el inútil ¿o cómplice? Pablo Gómez permitió.
No es el único. Con su mentalidad reducida al mínimo del razonamiento, los cuatroteros siempre ha exigido que las leyes se adecuen a sus caprichos, y éstos están regidos por la ambición y el desacato, les importa muy poco que los actos jurídicos deban estar regidos por la norma jurídica. No’más sus chicharrones truenan, desde hace siete años que tuvimos la desgracia de conocerlos.
Caravanas al Comando Norte de EU
Desde el 2002, cuando de la mano del panismo foxiano y calderonista, penetró en México el tenebroso Comando Norte, muchos hicimos ver que obedecía a un programa hemisférico de protección del territorio estadunidense y que iba a utilizar todas las estructuras continentales –el muro fronterizo, incluido– para reafirmar el sometimiento del Ejército y la Armada a los controles militares de Estados Unidos.
El corrupto peñato lo adoptó como quien busca el agua de mayo. Formaba parte de los protocolos de reconocimiento a su colaboracionismo en materia de seguridad interior gabacha. Nunca se puso una sola condición, jamás pensó en negociarse la presencia de miles de agentes de todas las agencias policíacas y militares en México.
Todo lo contrario. La consigna de los encargados de la seguridad nacional –dos empleados de cuarto talón– uno, el titular de Gobernación, Osorio Chong, que nunca ha podido demostrar los estudios mínimos universitarios, y otro, Salvador Cienfuegos, surgido de las intendencias de compras de la Defensa, sin el reconocimiento de los entorchados y mandos medios castrenses, se abocaron a la única tarea que conocen: agacharse… y mantener relaciones inconfesables con la delincuencia.
Ambos se la pasaron todo el sexenio 2012-2018 compitiendo sobre cuál condecoraba con mayores galardones nacionales a los jefes del Comando Norte, en cuanto se presentaba una mínima oportunidad. Y empujaban alocadamente para la aprobación de una ley de seguridad interior que ubicaba la seguridad nacional al antojo de los militares estadounidenses.
AMLO superó todas esas expectativas. Militarizó la seguridad nacional… ¡al antojo de Trump!, quien recién ya lo hizo en Los Ángeles y apenas en Washington DC.
Desde el peñato, el país se atiborró de asesores del HTS (Human Terrain System), un organismo integrado por miles de militares y espías bélicos que se encuentran bajo las órdenes del Northcom (Comando Norte de los Estados Unidos), cuya jefatura se encuentra en Colorado, y es la encargada de las operaciones en el hemisferio norte del Continente.
Desde 2013, en pleno auge de las fracasadas reformas estructurales, diseñadas para el remate de la soberanía nacional a consorcios estadunidenses, esos acreditados espías extranjeros en México dieron a conocer el “Programa de Análisis sobre la Cultura Mexicana”, un documento preparado por sociólogos, etnólogos y antropólogos de filiación militar, que es la punta de lanza de ese Caballo de Troya.
En él comentan que la razón del Programa radica en el hecho de que el ejército estadunidense, “si bien tiene experiencia en zonas urbanas como Seúl y Bagdad, no ha operado en mega ciudades: zonas con una población de más de diez millones de habitantes”.
Esto, según los jefes militares de Estados Unidos “podría cambiar mañana, así que ha llegado la orden de prepararse… pues es inevitable que en algún momento se nos pida actuar en una mega urbe y, por el momento, el Ejército de Estados Unidos está mal preparado para hacerlo”.
¿Ya llegó ese momento con Donald Trump denunciando la “intolerable alianza” del desorganizado régimen de Cuarta… con la delincuencia que sí está organizada?
¿Llegarían los yanquis hasta CDMX?
Según el estudio práctico antes mencionado, entre los mayores problemas de las mega ciudades mexicanas susceptibles de ser intervenidas por la Fuerzas Armadas estadounidenses, son aquellas “figuran las tasas de crecimiento explosivas, la enorme disparidad de ingresos que sigue creciendo y el entorno de seguridad que es cada vez más atractivo para los políticamente desposeídos, así como los desastres naturales y las redes digitales”.
Aducen que los problemas relacionados con el tráfico de drogas en la frontera, el trasiego de armas que lleva aparejado, los asesinatos masivos que con frecuencia son descubiertos y la introducción de inmigrantes ilegales, no solamente mexicanos sino de otros países, han creado una situación de ingobernabilidad sobre la que el Pentágono está realizando labores de contingencia.
Arguyen que la permeable frontera estadunidense representa una amenaza para la seguridad mucho más fuerte, sobre todo teniendo en cuenta los informes sobre los yihadistas del grupo Estado Islámico que podrían entrar a Estados Unidos por su frontera con México.
Como usted observa, jamás se menciona que las relaciones con los grupos de la delincuencia organizada son tripuladas por los jefes del Departamento de Estado, la CIA, la DEA, la AFT y el Pentágono, los reales titiriteros de nuestros capos regionales, cómplices consentidos con la burocracia dorada de la 4T.
De acuerdo con los procedimientos utilizados por los asesores del HTS, lo primero que hicieron fue un levantamiento para conocer el perfil de las culturas locales. La finalidad es que los invasores tengan un mayor nivel de conocimiento en cuanto a las creencias religiosas, valores, aspiraciones, necesidades, formas de vida y costumbres para poder asimilarse mejor.
Así que, repito, ¡no se haga bolas señora Sheinbaum!
El programa intervencionista elaborado por el Comando Norte, auspiciado y protegido por los gobiernos panistas, priístas y morenistas de este siglo, cae como anillo al dedo para la xenofobia enferma de la basura blanca o trailer trash estadounidense, la misma que tiene a Trump en un altar, semejante al que los chairos han erigido para AMLO. Los dos, usted lo sabe, tienen pies de barro.
El pretendido nacionalismo que enarbolan no es sino una ideología de odio, enderezada contra todo aquél que se oponga a su catecismo ortodoxo. Fascismo y racismo como estandartes contra los diferentes.
México sigue siendo un objetivo para los estrategas del Pentágono. De la última invasión armada integral que realizaron a este nuestro país obtuvieron varios territorios que ahora son los principales de Estados Unidos. Llegaron, con la ayuda de los polkos hasta la capital nacional y algunos todavía lamentan haber devuelto todo ese territorio.
Mientras en la Casa Blanca siguen con sus entrambuliques y filtran intencionadamente que México continúa en sus planes de invasión…
… aquí, al mando del timón, nadie.
Sólo una señora que a diario habla de su heroica y patriótica defensa de la soberanía nacional.
¿Cuál?
Indicios
Ante la escalada de amenazas que, lamentablemente, Trump lleva a la práctica ¿ya se atreverá la señora Sheinbaum a solicitar un encuentro vis-à-vis con el mandatario estadounidense? Se ve difícil, sobre todo porque el número uno en materia diplomática, Marco Rubio, ni siquiera ha querido reunirse con ella—quizá ni siquiera le toma las llamadas telefónicas– y sí, en cambio, con otros jefes de Estado centro y sudamericanos. El desprecio estadounidense a la (mal) llamada clase política cuatrotera es notable. * * * No existe ni soberanía carcelaria. El gobiernito federal acaba de extraditar a 26 reos a quienes se relaciona con crímenes derivados del narco y del crimen organizado. Estarán a mejor resguardo en las cárceles “del otro lado” y harán menos daño que el que aún provocan a la ciudadanía vía extorsiones. * * *Por hoy es todo. Le hago llegar mi reconocimiento por la lectura que ha hecho a este Índice Político y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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