Huarachería saca a flote a una comunidad Excelsior

PATRICIA BRISEÑOOAXACA.
— Los artesanos huaracheros de la comunidad de Villa Hidalgo Yalálag, Oaxaca, son sinónimo de resistencia, pues todos los días luchan por mantener viva su identidad cultural a través de su calzado tradicional, su principal actividad económica, que alternan con la siembra de temporal para el autoconsumo.
Heredan esa tradición y la preservan en medio de amenazas como la modernidad y la apropiación cultural, como el caso de las Oaxaca Slip-On de Adidas y el diseñador Willy Chavarria.
Más que una bella sandalia, cuyo antecedente data de la época porfiriana, es un asunto de sobrevivencia a la que se le dedica los 365 días del año, por parte de todo el núcleo familia, incluyendo niños, niñas y jóvenes”, comenta  Joel Aquino Maldonado, fundador del Centro Cultural Zapoteco Iidken ke U Ken/Hacer posible lo imposible, originario de Villa de Hidalgo Yalálag, en la Sierra Juárez.
La economía de 90% de las 2 mil personas que habitan en Yalálag depende de la venta de huaraches, algunos son propietarios de talleres, otros son curtidores, mientras que otros se contratan como choferes, y unos más se dedican a la venta en mercados de Villa Alta, Zoogocho, Talea, Ayutla, Tlacolula y Mercado de Abasto de Oaxaca.
La huarachería en Yalálag es una máquina aceitada, una pequeña industria que se maneja (desde siempre) de manera autónoma.
Tampoco necesitamos ningún tipo de publicidad, lo único que requerimos es recuperar la inversión”, expone.
Las nuevas generaciones yalaltecas reconocen el esfuerzo y dedicación de los más experimentados, están conscientes de que este calzado es el patrimonio cultural de su comunidad, “sin embargo, han aportado su estilo propio al calzado al incluir material sintético ( charol) o pieles, adquirida en León , Guanajuato”.
Eric Chino Fabián, de 20 años, decidió permanecer en su comunidad y no emigrar;  está totalmente involucrado en la manufactura de este tipo de calzado y resalta su orgullo por este valor identitario.
En entrevista comparte la historia del huarache yalalteco que se remonta a 1880 cuando un talabartero procedente de Santiago Yolomécatl, región Mixteca, llegó a ese punto de la Sierra, les compartió sus saberes a los locales, consiguiendo un calzado de piel de vaca o toro, resistente para el trabajo del campo.
El modelo original es el aceitado en tejido, y ahora es piel, un poco más delicado, se va mejorando, se va innovando, para no quedar rezagado”, asienta.
Erick lidera su taller, lo acompañan su abuela y madre.
Él diseña, corta y cose, y domina la técnica del piteado.
Ellas se encargan de pintar diminutas flores de colores sobre el trenzado de los huaraches para dama.
De su lado, Alejandro Cisneros, artesano y custodio del oficio que ha conservado celoso por cinco generaciones, resalta que ser huarachero es su vida, pues es su sustento; “ahorita hay personas que se quieren apropiar de nuestro trabajo, pero este trabajo lo consideramos parte de nuestros sentimientos, de nuestros corazones”, resalta.
Oriundo de Yalálag, mantiene vivo el arte del calzado original de su pueblo, el huarache tejido, conocido antiguamente como pasadito.
Preservar las artesanías es mantener la fe en el trabajo, ya que cada huarache está hecho a mano, y también con el corazón”, interviene Platón, su hermano, con quien trabaja en el taller.
Me siento satisfecho de elaborar el trabajo que dejaron mis abuelos, ya que es un medio de sustento para mí; esto es una herencia de nuestro pueblo, en base a eso nos garantiza prestar nuestros servicios comunitarios, que es un servicio que hacemos con el pueblo”, agregó.
Los artesanos huaracheros de Yalálag, que significa “cerro que tira agua” en zapoteco, son sinónimo de resistencia, pues todos los días luchan por vender su producto —cuyo costo es de 300 a 500 pesos— mantener viva su identidad cultural a través de su calzado tradicional, de las amenazas de la modernidad y la apropiación cultural.
Para Unésimo Cuevas, otro artesano, alzar la voz es luchar por dignificar su fortaleza como artesanos huaracheros.
Nuestros ancestros resistieron para heredarnos el trabajo con el que contamos a la fecha.
Cuando surge la revolución industrial, se pensaba que las artesanías se iban al olvido, pero no fue así, resistieron”.
Por eso estamos en desacuerdo que una empresa trasnacional lucre con el dolor de la resistencia de nuestros antepasados”, apunta en referencia a las sandalias Oaxaca Slip-On, de Adidas, que desataron polémica esta semana debido al diseño plagiado del calzado del Villa Hidalgo Yalálag.
El tema incluso llegó a la mañanera, en la que la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que esperarán a ver si el tema del plagio se resuelve en las pláticas que tendrán Adidas y el gobierno de Oaxaca.
Informó que se está viendo la parte jurídica para apoyar al pueblo originario de Oaxaca al que le plagiaron el diseño de los huaraches.
El huarache de Yalálag no sólo cubre el pie, envuelve y celebra la historia y cultura de una comunidad que respeta el legado de muchas generaciones.
Exigen parar las OAXACA SLIP-ONEn el marco de la celebración del Día Nacional de los Pueblos Indígenas, la comunidad de Villa Hidalgo Yalálag reunida en asamblea exigió a la empresa Adidas que suspenda de manera inmediata la producción y comercialización del calzado Oaxaca Slip-On, porque el elemento de tejido es representativo de su comunidad.
A través de un pronunciamiento refiere que su calzado fue elaborado desde sus ancestros y ha sido transmitida como parte del conocimiento y saberes indígenas.
Recuerda que el huarache tejido, por ejemplo, se elabora desde hace más de 100 años.
La asamblea comunitaria reprobó la falta de valores por diferentes sectores y empresarios que se dedican a la apropiación cultural con efectos económicos, perjudicando a las comunidades indígenas y afectando la riqueza cultural de la comunidad.
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