Sobrevive al brutal ataque de un oso pardo en popular sendero de Alaska; un rescate con tecnología de punta Infobae
El martes, una mujer que recorría el Basher Trail en Anchorage, un sendero de Alaska, sufrió el brutal ataque de un oso pardo a aproximadamente unos tres kilómetros del sendero Dome.
La víctima, cuya identidad no ha sido revelada, logró mantener la calma y contactar a los servicios de emergencia a través de una llamada al 911, informando que no podía abandonar el lugar por sus propios medios debido a la gravedad de sus heridas.
Durante toda la operación de rescate, la excursionista permaneció consciente y en comunicación telefónica, lo que permitió a los equipos de emergencia localizarla con mayor precisión con la ayuda de drones.
La mujer proporcionó detalles exactos sobre su ubicación y fue rescatada con tecnología avanzada
El Departamento de Bomberos de Anchorage detalló en un comunicado que la mujer proporcionó instrucciones sobre su ubicación exacta en el sendero, facilitando la labor de los rescatistas.
La búsqueda se apoyó en tecnología avanzada, con drones sobrevolando la zona para localizar a la víctima, mientras bomberos y paramédicos se desplazaban por el terreno. Una vez hallada, fue evacuada en helicóptero y trasladada a un hospital local.
Según la policía, las lesiones sufridas no ponían en peligro su vida y, al día siguiente, la mujer se encontraba en condición estable.
Las autoridades emiten recomendaciones para excursionistas, para que estén preparados ante los ataques de estos animales
Según confirmó la policía local a ABC News, el oso pardo responsable del ataque huyó tras el incidente, de acuerdo con el comunicado del departamento de bomberos.
Hasta la noche del martes, el Departamento de Pesca y Caza de Alaska continuaba las labores para localizar al animal. La presencia de osos, tanto negros como pardos, es habitual en el municipio de Anchorage, lo que obliga a las autoridades a insistir en la importancia de la prevención y la preparación para quienes deciden adentrarse en los senderos de la región.
Las recomendaciones oficiales incluyen presentar planes de viaje a amigos o familiares antes de iniciar una excursión y dejar una copia de dichos planes bajo el parabrisas del vehículo. El Departamento de Parques y Recreación de Anchorage aconseja, además, permanecer en grupos, hacer ruido durante la caminata, portar spray para osos, mantener a los perros atados y nunca intentar huir ante la presencia de un oso. En su sitio web, la entidad enfatiza: “Detente, forma un grupo, habla con el oso y hazle saber que eres humano”.
El Servicio de Parques Nacionales (NPS) aporta contexto sobre el comportamiento de estos animales: la mayoría de los ataques no responden a un instinto de caza, sino a una reacción defensiva cuando el oso se siente amenazado o protege a sus crías. Solo en casos de inanición severa el animal podría actuar de forma diferente, según el NPS.
El rescate de la excursionista contó con un gran apoyo por parte de diferentes autoridades
En el operativo de rescate participaron el Departamento de Bomberos de Anchorage, el Departamento de Seguridad Pública de Alaska, los Agentes de Vida Silvestre de Alaska y la Base Conjunta Elmendorf-Richardson. Barraza, portavoz policial, subrayó la relevancia de la planificación: “La información sobre su ruta planificada puede ser invaluable mientras tratamos de localizarlo en caso de una emergencia”.
La experiencia de la excursionista, que logró sobrevivir gracias a su sangre fría y a la rápida intervención de los servicios de emergencia, pone de relieve la necesidad de extremar precauciones en los entornos naturales de Alaska.
“Prepárate, trae tu spray para osos. Estate alerta. Hay osos por todas partes”, advirtió Christopher Barraza, portavoz del Departamento de Policía de Anchorage, tras el reciente ataque de un oso pardo a una excursionista en un sendero de Alaska.
La advertencia, emitida después de un rescate que requirió el uso de drones y la coordinación de múltiples agencias, subraya la realidad de quienes exploran los parajes naturales de Anchorage, donde la convivencia con la fauna salvaje exige preparación y cautela.
