Los creadores de Mega Man X4 se pasaron por el forro las quejas al hacer que sus protagonistas fueran radicalmente opuestos Vida Extra

Hay momentos en los videojuegos en los que una simple decisión creativa puede cambiar por completo la experiencia de los jugadores.
Durante la década de los 90, Capcom convirtió la saga Mega Man X en uno de sus buques insignia con sus diferentes entregas, con un tono más adulto y una jugabilidad más desafiante en comparación con la del clásico Mega Man, sin perder la esencia de la franquicia.
Fue en Mega Man X4 cuando se optó por un cambio clave que marcaría para siempre el rumbo de la serie: distinguir la jugabilidad de X y Zero.
Hasta entonces, este último había sido más un personaje de apoyo, muy poderoso, pero no totalmente jugable.
Sin embargo, en esta cuarta parte se podía seleccionar a cualquiera de los dos desde el principio, disfrutando de dos campañas muy similares, aunque con ligeros cambios en la trama y sobre todo en la jugabilidad.
Esta decisión no surgió por casualidad, sino por una necesidad técnica y creativa.
El equipo de desarrollo se percató de que no podían seguir creando juegos en los que Zero y X compartieran exactamente las mismas habilidades sin que uno pareciera una copia del otro.
Así nació la gran diferencia: X seguiría usando sus clásicos disparos a distancia, mientras que Zero se decantaría por el combate cuerpo a cuerpo con su sable Z.
{"videoId":"x8l7dxa","autoplay":true,"title":"Mega Man X Legacy Collection 1+2 - Tráiler del Anuncio", "tag":"", "duration":"136"} Este estilo que se le otorgó a Zero era más arriesgado, así que este cambio tan radical afectó a la jugabilidad, a la dificultad y a la forma de afrontar cada fase por la forma de usar las habilidades tan características de ambos protagonistas.
Asimismo, se quiso demostrar que este personaje tenía un pasado más oscuro y complejo, con conexiones directas con el universo de Mega Man y con el conflicto interno que le toca sufrir al no tener siempre claro si está del lado correcto.
Más allá de todo esto, Yoshinori Takenaka, su productor, llegó a afirmar que la gran mayoría de los desarrolladores estaban totalmente en contra de estos cambios en la jugabilidad, pero a los mandamases les trajo sin cuidado las quejas.
En cambio, en lo que sí hicieron caso era en la dificultad, así que por eso se aumentó considerablemente el daño que causaba la espada y se le otorgaron movimientos similares a los vistos en Street Fighter para sentirlo más diferente a X.
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