Pyjama Boys: Dolce & Gabbana y la revolución de la nueva masculinidad Marie Claire
Hay algo profundamente cool —casi revolucionario— en ver a un hombre vestirse como le da la gana. Sin etiquetas, sin rigidez, sin pedir permiso. Dolce & Gabbana lo entendió con Pyjama Boys, una colección que no se trata solo de pijamas, sino de posibilidades.
Porque sí, ahora los hombres desfilan en bata, llevan transparencias, estampado de leopardo, bordados brillantes y cintura elástica como si fueran insignias de estilo. Y lo mejor: lo hacen sin necesidad de disfrazarse de nadie más. En un mundo que aún susurra normas sobre cómo debería vestirse un hombre, esta colección grita lo contrario: vístete suave, vístete libre, vístete tú.
¿Puede el pijama convertirse en el nuevo uniforme urbano?
Definitivamente, sí. Y no cualquier pijama: uno de algodón jacquard italiano, bordado a mano, arrugado con intención, y diseñado para seducir. La silueta principal de la colección se construye a partir del clásico conjunto de dos piezas que normalmente asociamos con el descanso, pero que aquí se lleva como declaración de estilo.
Cinturillas elásticas a la vista, camisas abiertas y relajadas, chaquetas cruzadas sin rigidez. El pijama se convierte en el símbolo de una masculinidad que ya no necesita disfrazarse de traje para parecer poderosa.
¿Qué tendencias masculinas dominaron el desfile?
Esta colección no solo trajo un nuevo uniforme, también reafirmó un lenguaje estético que muchos hombres ya han empezado a hablar: el de la libertad. Siluetas amplias, layering relajado, sobrecamisas que rozan la rodilla, jerséis de punto ultrafino como una segunda piel, y prendas tejidas en cuerda que evocan el tacto del mar.
La sofisticación se traduce aquí en cómo cada prenda flota con el cuerpo, sin dominarlo. Hay detalles intencionados pero cero rigidez: arrugas, aberturas, mezcla de texturas. Todo con ese aire me vestí así sin pensarlo… pero soy el mejor vestido del lugar.
¿Qué papel juega el color en esta estética del confort?
La paleta cromática se mueve entre tonos que respiran: blanco roto, arena, crema, oliva suave, rosa palo y celeste brumoso. Colores que no gritan, pero que se imponen con calma. El negro aparece como acento, como un respiro elegante entre los tonos neutros.
Los toques brillantes —bordados, cristales, ribetes con luz propia— funcionan como subrayados sutiles: detalles que elevan, sin saturar. Porque aquí, el lujo no se impone: se siente.
¿Por qué los tejidos suaves son el nuevo símbolo de poder?
Olvídate del terciopelo impostado y la seda que exige atención. En Pyjama Boys, el poder está en la elección consciente de lo que se siente bien. Algodones de peso ligero, tejidos arrugados como si acabaran de salir de una maleta de fin de semana en Capri, jerseys tipo henley que abrazan la piel.
También hay piezas trenzadas a mano, como si el sol y el mar las hubieran tejido con calma. Esta es la era del tacto. De lo que se mueve contigo. De lo que no incomoda, ni disfraza, ni endurece.
¿El leopardo ha vuelto? No, nunca se fue. Solo aprendió a relajarse
Uno de los momentos más inesperadamente poderosos del desfile fue el regreso del eterno leopardo. Pero esta vez no rugía, susurraba. Dolce & Gabbana lo diluye en cortes oversize, lo mezcla con pijamas y lo posa sobre bombers o abrigos que parecen abrazos felinos.
Aquí, el animal print deja de ser símbolo de agresividad para convertirse en un gesto lúdico y tierno. Es el mismo estampado de siempre, pero con otra intención: no dominar, sino seducir con suavidad.
¿Cómo los accesorios amplifican la estética relajada y sofisticada de Pyjama Boys?
En una colección donde el confort es protagonista, los accesorios no se quedan atrás. Los broches de camafeo y los alfileres de cuello añaden un guiño clásico a las chaquetas, mientras que los collares de piedras —ya sean piezas únicas o combinados en rosarios— aportan ese brillo justo para la noche sin caer en el exceso.
Las gafas de sol, con diseños que rescatan la nostalgia de épocas pasadas pero con un twist moderno, son el complemento ideal para los conjuntos de día, haciendo que el look se sienta siempre fresco y singular. En cuanto a los bolsos, el icónico Sicily en versión extra grande juega con contrastes de color y texturas, armonizando con los estampados de pijama —leopardo, cebra, rayas jacquard— para sumar ese toque distintivo y elegante.
El calzado sigue la misma filosofía: sandalias y chanclas sin pelo, con suelas de ante y detalles del logo, en tonos neutros o vibrantes, que mantienen la cohesión cromática y la actitud relajada.
¿Cómo transforma la pedrería el pijama en una prenda de lujo para la noche?
En Pyjama Boys, el pijama no solo es símbolo de confort diurno, sino que por la noche se reinventa con un giro sofisticado gracias a bordados de piedras y cristales aplicados a mano. Inspirados en la naturaleza y elaborados con meticulosidad, estos detalles radiantes realzan las rayas clásicas, otorgando un brillo delicado que convierte cada conjunto en una pieza única.
El resultado es una alquimia entre lo relajado y lo refinado: pijamas que brillan sin esfuerzo, que juegan con contrastes de patrones, texturas y colores para vestir al hombre que quiere ser visto sin perder su esencia.
¿Es sexy no hacer ningún esfuerzo?
Definitivamente. Esta colección lo confirma: lo sexy ya no está en marcar músculo, ni en vestirse como para cerrar tratos millonarios. Está en la seguridad de caminar por Milán en pijama bordado, con el pelo alborotado y un brillo en la mirada que dice yo ya gané.
La masculinidad contemporánea no necesita volumen ni rigidez. Solo necesita moverse con libertad. Y un pantalón de pijama bien cortado puede ser más poderoso que cualquier esmoquin.
¿Cuál fue el momento más icónico del desfile?
La escena final lo dejó claro: los modelos saliendo del Metropol hacia la calle, entre coches, turistas, cámaras y sol milanés. No fue una salida dramática. Fue una continuación lógica. Porque esta colección no está pensada para quedarse en la pasarela. Está diseñada para tomar el café de la mañana, caminar sin prisa, cruzar la ciudad sin cambiar de ropa ni de energía. No hay backstage. Todo es vida real. Todo es look.
Entonces… ¿es esto una tendencia o un cambio de paradigma?
No es una tendencia. Es una postura. Una declaración suave pero firme sobre cómo debería sentirse la moda masculina de hoy: libre, cómoda, sensual sin artificios. Dolce & Gabbana no viste a un hombre que quiere impresionar. Viste a uno que ya se ha entendido. Y lo mejor es que no tienes que parecerte a él para llevarlo. Solo tienes que ser tú, en tu mejor versión: arrugada, relajada, auténtica.
La colección Pyjama Boys no nos invita a dormir. Nos invita a despertar. A dejar de vestirnos para complacer, y empezar a vestirnos para disfrutar. Porque al final, el verdadero lujo es salir a la calle tal y como te sientes más tú… aunque sea en pijama. Y si alguien se pregunta si ir en pijama a la calle es demasiado… Que mire a Milán y que entienda, al fin, que no hay nada más sexy que un hombre que se viste para sí mismo.
La entrada Pyjama Boys: Dolce & Gabbana y la revolución de la nueva masculinidad se publicó primero en Marie Claire México.
