Ecléctico, nostálgico y enriquecedor, así fue el Tecate Emblema Excelsior

Jorge Emilio SánchezEcléctica, musical y de contrastes.
Así fue la noche del cierre del festival Tecate Emblema, que en su segundo día realizado en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, convocó a menos personas que en su primer día, pero cuyo entusiasmo no mermó en absoluto.
 La noche del sábado trajo consigo uno de los momentos más esperados.
Bajo un cielo fresco y sin lluvias, Will Smith pisó por primera vez un escenario mexicano con un espectáculo musical de gran formato.
El público lo recibió con euforia, en uno de los aforos más concurridos del festival hasta ese momento.
Fiel a su estilo cercano y carismático, el actor y rapero intentó comunicarse en español durante toda su participación, tal como lo ha hecho en visitas anteriores al país, como parte de sus giras promocionales para películas como Bad Boys.
Esta vez, sin embargo, su presencia no fue para hablar de cine, sino para compartir su música, su historia personal y su visión de vida.
Tengo muchas cosas que quiero hablar, pero Antonia, ayúdame”, dijo a su traductora, quien lo apoyó el resto de la noche.
“Esta es la primera vez que me presento con un show a este nivel en México.
¿Están listos para celebrar?”, dijo Will después de las 8 de la noche, hora en la que comenzó su actuación en el escenario Tecate Emblema.
Repasó sus grandes éxitos, desde Gettin’ Jiggy Wit It hasta Miami, y rindió homenaje a su carrera cinematográfica con una proyección de portadas de sus películas antes de interpretar Bad Boys.
Pero entre tema y tema, también ofreció una serie de reflexiones.
La más sentida fue al recordar su etapa en la serie El príncipe del rap y la figura de James Avery, quien interpretó al querido Tío Phil.
Mi temporada en El príncipe.
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fue la mejor de mi vida y James Avery fue una figura de papá para mí.
Cuando él muere, fue como perder a un tío para el mundo, pero para mí fue como si se acabara el mundo entero”, compartió ante un público que lo escuchaba en completo silencio.
El actor subrayó la importancia de mantenerse enfocado en la empatía y la entrega, misma que ha tenido desde la ausencia de su amigo y compañero.
“Por eso es que en momentos así, en mi vida es importante estar enfocado en dar mucho amor al mundo”, afirmó.
También rememoró el nacimiento de su primer hijo Jaden Smith, ocurrido cuando tenía apenas 24 años y aún grababa la serie.
Fue una experiencia de miedo esa noche, llevar ese niño a casa por primera vez”, dijo, con una sonrisa entre nostalgia y ternura.
El mensaje central de su participación giró en torno a la autoestima, la resiliencia y la autenticidad.
Se dirigió especialmente a quienes, en medio de una noche festiva, pudieran estar atravesando momentos difíciles.
Sé que la estamos pasando bien, pero quiero que miren a la gente a su alrededor.
Tomemos un momento.
Cada persona, cada uno de nosotros, estamos pasando por algo ahora mismo.
Nos dejó la pareja, perdimos el trabajo.
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pero aun así todos podemos”, expresó.
“He hecho últimamente muchas canciones y quería mostrar este mensaje de que tú puedes lograr superar lo que estés pasando”.
Antes de cerrar, alentó al público a usar las herramientas actuales para perseguir sus sueños sin miedo.
Si quieres lograr algo, ahora más que nunca estamos conectados gracias a las redes sociales.
Si quieres mostrar algo al mundo, ve por ello, muéstralo, no lo dudes”.
Lasso tuvo como invitada a Fey.
Paty Cantú estuvo como invitada de Leo Rizzi.
ALANIS, VELADA INTROSPECTIVASin buscar protagonismo escénico ni explosiones visuales, Alanis Morissette ofreció, a partir de las 21:50 horas, uno de los momentos más sobrios del Tecate Emblema.
Vestida con una camisa ligera y sin más acompañamiento que su banda concentrada y un juego de luces tenue, la cantautora canadiense se adueñó del escenario principal con su característico temple sereno.
Estoy rota, pero estoy feliz”, dijo al comenzar el concierto con Hand in My Pocket, una de sus piezas más representativas.
Fue el inicio de una velada que, fiel a su estilo, mezcló introspección con potencia vocal.
La voz de Morissette volvió a ser el eje central de su propuesta.
Aguda, firme y melódica se impuso por encima de cualquier recurso escénico.
La acompañó una banda de músicos disciplinados, cuya entrega se notaba en el enfoque preciso en cada instrumento.
Su ejecución inerte, casi ritual, entre el humo del escenario, evocaba el espíritu de la segunda mitad de los 90 y principios del 2000.
A diferencia de otros espectáculos del festival, como el de David Guetta cargado de luces LED y efectos estroboscópicos, Morissette apostó por un diseño visual contenido.
Las luces, apenas protagonistas, acompañaron con suavidad la atmósfera general del concierto.
Sin embargo, no todo fue quietud.
En medio del público, se desató un conato de pelea que resultó tan inesperado como surrealista, tratándose del tipo de show que ofrecía la intérprete.
El incidente, en el que participaron tanto hombres como mujeres, fue rápidamente controlado por elementos de seguridad.
La presentación no apeló al frenesí, sino a la memoria emocional de su audiencia.
Cada canción, interpretada con contención, pero sin perder fuerza, fue una invitación al recogimiento.
Con ese tono que se impone sin levantar la voz, Alanis convirtió su participación en un respiro sereno dentro de la intensidad del festival con temas como You Oughta Know, Ironic, Hand in My Pocket, You Learn, Thank U, All I Really Want, Joining You, Hands Clean y Precious Illusions, entre otros, durante una hora y media.
 TARDE CALUROSA Y AMENAAunque la jornada arrancó a las tres de la tarde, fue después de las cinco cuando la afluencia cobró fuerza, en parte por la promesa de un cartel encabezado por figuras como Will Smith, Alanis Morissette y Pitbull, quien cerró el festival.
Una de las primeras en subir al escenario fue Paloma Morphy.
Acompañada de unos 800 asistentes en el tercer escenario en importancia del festival, Dream Stage, la joven mexicana ofreció una presentación íntima, cálida y accidentada.
Un par de tropiezos con el micrófono y algunos deslices de nerviosismo no opacaron la entrega del público.
Ella, visiblemente emocionada, se permitió disfrutar de su momento, extendiéndose en sus agradecimientos e interacciones, mientras el staff intentaba ajustar los tiempos desde el apuntador.
Aun así, su presencia fue bien recibida.
Minutos después, en el escenario Tecate Emblema, la energía cambió con la llegada de María José, una de las artistas principales de la velada, que inició su show a las seis de la tarde y diez minutos.
Fiel a su estilo, no sólo interpretó sus éxitos, sino que convirtió el escenario en una plataforma para enviar un mensaje claro de inclusión.
¡Arriba la comunidad LGBT!”, exclamó, ganándose el aplauso inmediato del público.
Entre sus invitados estuvo Lucía Méndez, con quien compartió Adelante corazón.
El encuentro no pasó desapercibido, pues Méndez, conmovida, dedicó unas palabras a su anfitriona.
Una chingona, una estrella, una maravillosa.
Esto es parte de mi vida y si un día hago la historia de mi vida, esto va a salir”, dijo Lucía Méndez al terminar la canción.
La noche continuó con versiones de Evidencias, de Ana Gabriel y la colaboración con Matisse en Cómo lo hice yo, original de Carin León, en un ejercicio de reinterpretación que el público agradeció.
En cuanto al ambiente general, el clima fue favorable durante ambos días del festival.
A pesar de una brisa ligera el viernes y lloviznas esporádicas ayer sábado, no se presentaron afectaciones mayores.
Sin embargo, el cielo nublado de esta segunda jornada mantuvo la expectativa de una posible lluvia en esta zonaEn esta edición del Tecate Emblema, la organización tomó previsiones distintas a años pasados.
Según miembros del staff, ante una expectativa más baja de asistencia, se decidió reducir el espacio disponible en la Curva 4 del Autódromo para evitar una percepción de vacío.
A esto se suma un reforzamiento en las medidas de seguridad.
La logística del Emblema optó por endurecer los filtros de acceso tanto para prensa como para asistentes.
Nos han pedido evitar ser laxos con la seguridad”, comentó uno de los encargados del equipo de producción.
También se reforzó la presencia de personal destinado a orientar al público sobre servicios disponibles dentro del recinto.
Aunque en ediciones anteriores este tipo de apoyo ya existía, en esta ocasión fue mucho más notorio.
Con todo, el Tecate Emblema avanza en su edición más medida, sin perder la energía que lo ha caracterizado: una mezcla de nostalgia pop, nuevos talentos y un compromiso con la diversidad.
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