Barcelona, 22 mar (EFE).- Roger Waters no es un tipo cualquiera y su concierto de despedida en Barcelona tampoco lo ha sido. El mítico líder de Pink Floyd ha lanzado este martes sobre el Palau Sant Jordi toda la fuerza de su música, en un espectáculo visual imponente, en el que ha subrayado el mensaje político del que se erige como abanderado.