¿Qué tanto daño hacen los cueritos del chicharrón preparado? El Financiero
Los cueritos son un tipo de botana muy popular en México, desde un chicharrón preparado en el que se mezclan en un montón de col, jitomate y aguacate; o bien, mezclado con papas y cacahuates en unos ‘dorilocos’, en la cima de una michelada, sobre tostadas o solos, con limón y salsa.
La carne de cerdo toma muchas formas, su sabor y versatilidad la hace una de las más codiciadas, ya que se aprovechan casi todas sus partes en productos como los embutidos, las carnitas, el chicharrón prensado, la manteca y no pueden faltar los cueritos.
¿De qué parte del cerdo son los cueritos del chicharrón preparado?
De acuerdo con el Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, los cueritos se obtienen de la piel de cerdo.
La piel también da forma al chicharrón que se vende en puestos de carnitas y carnicerías, así como al chicharrón prensado, pero se diferencian de los cueritos por el tipo de cocción, ya que los primeros son fritos, mientras que en este caso se hacen cocidos y marinados en vinagre con hierbas de olor.
Además, no son crujientes, sino de textura suave y viscosa, se venden por kilo o en bolsas con vinagre.
¿Hace daño comer cueritos de cerdo?
Los especialistas en nutrición insisten en que más que alimentos malos, hay malos hábitos alimenticios, en los cuales importa la frecuencia y la cantidad que se ingiere. Si bien comer esta botana de vez en cuando puede no representar ningún riesgo, el exceso podría marcar la diferencia.
Beneficios de comer piel de cerdo
El nutricionista Saúl Sánchez Arias afirma en un artículo del portal español Mejor con salud que la piel de cerdo tiene un valor nutricional interesante, ya que se ha estudiado por ciertos beneficios como:
- Menos riesgo de desarrollar anemia, padecimiento relacionado a la deficiencia de hierro.
- Mayor salud muscular: la piel de cerdo tiene proteínas de elevado valor biológico, que además ayudan a la digestión.
De acuerdo con el especialista, el mayor riesgo de la piel de cerdo suele ser la cocción frita, como en el chicharrón, por la ingesta de grasas saturadas y colesterol, pero en especial por los lípidos de tipo trans.
Por tanto, los cueritos encurtidos se libran de este riesgo, aunque tienen sus propias advertencias. Ya listos para su venta en México tiene elementos como:
- Grasas
- Proteínas
- Sodio
- Ácido acético
- Colesterol
- Carbohidratos
- Vinagre
- Condimentos
- Algunas versiones suman zanahoria y chile
Exceso de sodio
Sus empaques tienen un sello de advertencia por “exceso de sodio”, por lo que hay que limitar su consumo para evitar rebasar las cantidades diarias recomendadas de la Organización Mundial de la Salud: menos de 5 gramos de sal (aproximadamente 2 g de sodio) en adultos para prevenir las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en el mundo.
Cuidado con el colesterol
Asimismo, debido a sus carbohidratos y colesterol, es necesario medir el consumo para evitar complicaciones de salud a largo plazo como obesidad y otros problemas cardiovasculares.
Vinagre
Aunque su cocción cocida y no frita es un gran punto a favor, el alto contenido de vinagre podría ser corrosivo para tus dientes, además es posible que afecte las paredes estomacales si se consume en exceso.
¿Con qué lo acompañas?
Los demás ingredientes con los que se acompaña esta botana marca la diferencia de qué tan sano puede ser, ya que pocas veces se consumen los cueritos solos.
Por ejemplo, si se le agrega salsas populares como Botanera o Valentina es posible que se esté sumando demasiada sal y se exceda la cantidad recomendada por la OMS.
Además, en un chicharrón preparado lo menos nutritivo es en todo caso la lámina de harina (llamado chicharrón), ya que tiene grasa, colesterol, carbohidratos, sodio y un mínimo de proteína; de ahí en fuera, el resto de los ingredientes pueden tener ciertos beneficios, pues son frutas y verduras.
Un chicharrón preparado tiene una cantidad calórica de 350 y, según, la página My Fitness Pal, para quemarlas se requiere hacer 53 minutos de ciclismo o correr 35.
