Howard Schultz el alma de Starbucks Milenio

Se supone que Howard Schultz ya debera estar en la Casa Blanca, sanando las divisiones de Estados Unidos (EU) con empata y sentido prctico empresarial.
En su lugar, regresa para un tercer periodo como director ejecutivo de Starbucks y se enfrenta a una serie de retos de enormes proporciones.
El Schultz que regresa al mando de la empresa ya no es el verdadero creyente hiperactivo que convenci a los estadunidenses, y ms tarde al resto del mundo, de pagar cinco dlares por una taza de caf que antes costaba 50 centavos.
El rechazo es la parte ms importante de la historia en su intento poltico.
Los republicanos lo tacharon de liberal bebedor de caf con leche, y los demcratas tenan temor de que dividiera su voto y le diera la reeleccin a Donald Trump.
?Fue un ao muy aleccionador para m?, dice.
En el trabajo, el fundador que est de vuelta recibi la mayor agitacin en dcadas; las polticas de cero covid de Beijing ponen trabas a la estrategia de crecimiento de Starbucks, y los molestos problemas sociales de EU siguen afectando a sus cafeteras.
El ms estremecedor fue la revuelta de los baristas, un levantamiento de empleados descontentos que pintan a Howard Schultz como un despiadado rompesindicatos.
Schultz parece ms a gusto hablando de lo que sali mal en su compaa.
?Empec a sentir que el alma de la empresa estaba en peligro por la bsqueda de resultados financieros?, dice.
Regres a Starbucks en marzo, cuando la compaa anunci que Kevin Johnson, quien lo sucedi como CEO en 2017, se jubilara.
Schultz volvera por un periodo interino mientras buscaba un sustituto.
En ese momento, Starbucks se estaba recuperando de la conmocin del covid-19, que cerr cafeteras.
Con 35,000 tiendas y 400,000 empleados en 80 pases, nunca ha sido tan grande.
Sin embargo, Schultz senta que la gente que dej al mando estaba ms preocupada por recomprar acciones para satisfacer a los inversores que por mantener contentos a sus empleados.
La rebelin de los baristasEn septiembre, Schultz encontr a su sucesor: Laxman Narasimhan, que diriga Reckitt Benckiser, el fabricante del desinfectante Lysol.
Narasimhan ser la sombra de Schultz durante seis meses antes de tomar las riendas de la compaa en abril prximo.
Schultz no esper para empezar a hacer cambios.
En su primer da de trabajo, en abril, suspendi el multimillonario programade recompra de acciones de Starbucks porque ?crea firmemente que la empresa estaba desequilibrada?.
Y sostiene que una generacin de estadounidenses solitarios y con ansiedad, marcados por los atentados del 11 de septiembre, la crisis financiera de 2008 y la pandemia, perdi la confianza en las empresas, el gobierno y otras instituciones.
?Siempre me he enorgullecido de que Starbucks ?y yo mismo? hayamos superado todo eso.
Pero, en este caso, la empresa no lo hizo?.
Ya diagnosticado el mal, tiene que convencer a Wall Street y a sus propios empleados de que puede curarlo antes de retirarse de nuevo.
Sin embargo, a pesar de su empeo en volver a equilibrar la compaa a favor de los trabajadores, algunos de los que llama ?socios? siguen sin sentir el amor.
Desde hace ms de un ao, a partir de un grupo de cafeteras de Buffalo, Nueva York, se ha ido extendiendo por toda la red de Starbucks en EU una rebelin de delantales verdes.
El personal de casi 250 tiendas vot a favor de la formacin de un sindicato.
Acusaron a Starbucks de pagar ?salarios de miseria?, negar mayores remuneraciones y prestaciones a los miembros del sindicato y despedir ilegalmente a los activistas.
Starbucks niega las acusaciones.
La marca fue pionera en ofrecer a los trabajadores por hora prestaciones de atencin de salud.
Despus de decenas de reuniones abiertas con el personal, Schultz dice que le resulta ?muy difcil? asumir la ira de sus propios trabajadores, aunque reconoce si sus socios deciden formar un sindicato, ?es su derecho estadounidense?.
El ADN empresarialEn sentido estricto, Schultz no fund Starbucks.
El negocio llevaba una dcada en el mercado Pike Place Market de Seattle cuando el entonces vendedor de mquinas de caf se detuvo a tomar una taza de Sumatra en 1981.
Schultz qued tan prendado del negocio que se traslad desde Nueva York para convertirse en su director de Operaciones y Mercadotecnia.
Tuvieron que pasar cinco aos ms y conocer la cultura de los cafs de Miln para reunir el dinero necesario para comprar la empresa y empezar a construir el Starbucks que conocemos ahora.
Sin embargo, en la actualidad nadie pone reparos cuando se le presenta como ?nuestro icnico fundador.
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el nico e inimitable Sr.
Howard Schultz?.
Los ejecutivos ms cercanos a l me dicen que su regreso le da a la empresa una inyeccin extra de ?ADN empresarial? que necesitaba urgentemente.
Pero, al mismo tiempo, insisten en que la empresa le va a ir bien ?mejor que nunca, de hecho? una vez que se retire por tercera vez.
Los ejecutivos de Starbucks tienen dos cosas en comn.
En primer lugar, a todos les gusta decir lo cafeinados que estn.
En segundo lugar, todo el mundo habla el lenguaje de Schultz, caracterizado por una sinceridad a flor de piel que puede sonar irritantemente falta de sinceridad.
?Elevar la humanidad?, ?liderazgo de servicio? y ?alimentar el espritu humano? no son la taza de crema de pistache y espuma fra de todo el mundo.
De todos sus ejecutivos, la directora financiera, Rachel Ruggeri, admite que sinti cierto temor cuando regres, porque recuerda los das en que tena que levantarse temprano para enviarle un informe sobre las ventas del da anterior a las 4:30 de la maana.
?Howard presiona de una manera que te hace querer ser mejor?, dice la directora.
Los frutos de la inquieta ambicin de Schultz se expusieron en la jornada de inversores de septiembre: 1,000 millones de dlares (mdd) de inversin este ao y otros 450 mdd en 2023 se destinarn a salarios ms altos, ms capacitacin, rediseo de tiendas y nuevos equipos, sobre todo en EU.
Wall Street prest ms atencin a las cifras que les dio Ruggeri.
?Una nueva era de crecimiento? debera hacer que las ganancias de Starbucks crecieran entre 15 y 20% anual en los prximos tres aos, dijo, financiando unos 20,000 mdd en dividendos y recompras.
Despus de quedar rezagadas con respecto al mercado a principios de ao, las acciones de Starbucks empezaron a repuntar.
?Eso es apenas el principio?, afirma Schultz.
Laxman Narasimhan ser el cuarto sucesor de Schultz.
Qu aprendi sobre cmo elegir a otras personas para dirigir su empresa? ?Esa es una buena pregunta.
Paciencia, disciplina?, responde Schultz.
Pero lo ms importante es que esta vez buscaba a alguien ?lleno de humildad?, con una comprensin innata de la cultura y los valores de Starbucks.
Schultz se maravilla de la falta de ego de Narasimhan al aceptar pasar seis meses aprendiendo de l.
El estilo de Narasimhan es lo que la compaa necesita ahora, me dice Ruggeri.
Los jvenes empleados de hoy, que esperan tener ms voz en el futuro de sus empresas, ?cambiaron el mundo?, dice.
?Si no escuchas a esta generacin poderosa y decidida, no sobrevivirs como empresa?.
Pero Starbucks no ha convencido a todos los inversores.
SOC Investment Group, que posee alrededor de 1.
8 millones de acciones de SBUX, le pidi a Starbucks que revise su poltica de planeacin de sucesin.
SOC acusa a Starbucks de ?depender excesivamente de Schultz? como solucin provisional mientras busca candidatos externos.
?Espero que no lo estn preparando para fracasar?, dice Dieter Waizenegger, director general de SOC, refirindose a Narasimhan.
Schultz dice que su propio papel en el Consejo de Administracin a partir de abril solo ser el de un respetuoso partidario.
?Habr un lder en Starbucks, y ser Laxman, no yo?.
La fallida carrera poltica de Schultz todava pesa.
?Despus de algo as, tienes que preguntarte: sabes qu pas??, dice.
Simplemente fue demasiado pronto y ?demasiado idealista? al creer que poda representar a millones de estadounidenses que se sentan desatendidos por los republicanos y demcratas.
?Creo que EU tiene muchos problemas y un verdadero vaco de liderazgo?, dice.
Algunos de esos problemas son visibles entre los campamentos de personas sin hogar y los consumidores de fentanilo en las calles de Seattle, donde los robos y los asaltos con agravantes van en aumento.
En julio, Starbucks cerr 16 tiendas, alegando preocupacin por la seguridad de su personal.
Algunos de ellos votaron a favor de la formacin del sindicato.
Starbucks estaba capacitando a sus empleados en todo tipo de temas, pero cerrara baos o tiendas enteras si no poda mantener a salvo al personal.
Schultz tal vez no ha salvado a EU, pero cree que salv a Starbucks.
Si todo empieza a tambalearse, podra sentirse tentado a volver? ?No, esto es todo?, insiste.
?Lo dej muy claro, esto es todo para m?.
jeg