A estas alturas del partido, el PAN legisla ‘in articulo mortis’ Debate.com.mx
Victoria pírrica se denomina a aquella en la que resulta con más daño el vencedor que el vencido. El ejemplo más ilustrativo que tenemos en este momento es el de Roxana Rubio Valdez como presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN.
Todo apunta a que la exdiputada sinaloíta será recordada como la autora material del “tiro de gracia” al Partido Acción Nacional en Sinaloa. A menos de una semana de asumir la dirigencia ya mandó al blanquiazul a terapia intensiva. En el momento en que Roxana Rubio levantaba la mano para rendir protesta al frente del CDE, el diputado Adolfo Beltrán renunciaba a la bancada del PAN (y de paso, a su militancia de 27 años), en protesta por la forma en que llegó al cargo la nueva presidenta. Con ello, en automático, Acción Nacional se quedó sin grupo parlamentario en el Congreso y, por ende, sin derecho a voto en la Junta de Coordinación Política, órgano de gobierno del Poder Legislativo.
La ley orgánica del Congreso del Estado marca como requisito un mínimo de dos integrantes para conformar una bancada. La diputada Giovanna Morachis se quedó “chiflando en la loma”.
OCURRENCIA FALLIDA. Bien dicen que la arrogancia es osada. A Roxana Rubio le pareció de lo más normal pedirle al PRI “ceder” a uno de sus siete diputados para poder reconformar el grupo parlamentario panista. Qué fácil.
Aludió a que ambos partidos participaron en alianza en el reciente proceso electoral. Olvidó que la coalición Va por Sinaloa se conformó para efectos electorales, pero una vez concluidos los comicios, fue rota justamente por el PAN, que entabló un pleito ante tribunales contra el PRI para arrebatarle una diputación plurinominal: quitarle la curul a Gloria Himelda Félix, una parlamentaria de carrera, para dársela a Claudia Singh, neófita en oficio legislativo. El caso llegó hasta la última instancia federal, y el fallo fue en favor del PRI.
No obstante lo anterior, la semana pasada Rubio Valdez hizo circular el rumor de que dos diputados del PRI estaban a punto de ser convencidos por ella para irse al PAN: Luis Javier de la Rocha Zazueta y Feliciano Valle Sandoval. El primero, que porque en un lejano pasado tuvo cercanía con el panismo. Respecto a Valle, según la lógica de Roxana, la diputación que ganó (Distrito 6) se la debe tanto al PRI como al PAN.
Para que al lector le quede claro cuánto le debe Feliciano Valle Sandoval al PAN, vamos a darle un dato duro obtenido del portal del Instituto Electoral: el conteo final de votos del sexto distrito de Guasave arroja 14 mil 21 boletas cruzadas en favor del PRI y 1,474 por el PAN.
En otras palabras, el joven Feliciano le debe mil votos al PAN, frente a los 14 mil que obtuvo del PRI.
El coordinador del grupo parlamentario del tricolor en el Congreso del Estado, Ricardo Madrid, es categórico al descartar toda posibilidad de que alguno de los siete diputados de su fracción se cambie al PAN. Ningún priista está interesado en llevar a cabo semejante acción, de acuerdo con lo que afirmó, tajante, el líder tricolor en la Cámara local a los medios.
Es por demás verosímil. ¿Qué diputado, en su sano juicio, estaría interesado en dejar su partido, cualquiera que este sea, para integrarse al grupo blanquiazul? Representar al PAN en el Congreso equivale, hoy por hoy, a legislar in articulo mortis (“a punto de morir” en latín, una locución muy empleada en derecho). Ahora bien:
Si de acuerdos cupulares se tratara, como sería una negociación de tipo político, se sabe que los priistas sinaloenses no creen en la palabra de Roxana Rubio, mucho menos en la del líder nacional panista, Marko Cortés, porque ni lo conocen. Y en la de Alito Moreno tampoco, porque lo conocen.
