La epidemia de la inflación El Diario de Ciudad Victoria
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Marco A. Ramírez.-
El efecto de la inflación es fácilmente identificable: el dinero no rinde igual porque hay un incremento generalizado en los productos que deriva en un incremento generalizado de los servicios y por lo tanto casi absolutamente todo se vuelve más caro. En economías capitalistas este efecto se percibe con mayor rapidez porque en teoría no habría subsidios en las cadenas de suministro y los precios se regulan por la ley de la oferta y la demanda.
El INPC (Índice General de Precios y Cotizaciones) es el indicador que se utiliza en México para medir y monitorear la inflación. Desde abril del 2020 cuando registró 2.15 por ciento la tendencia ha sido a la alza alcanzando 6.24 por ciento en octubre. El valor oficial de noviembre aún no se ha difundido pero los “especialistas” dicen y aseguran que estará alrededor del 7.20 por ciento.
Entre noticia buena y mala, primero la mala: efectivamente si está fea la cosa pero la buena noticia es que esa película no es nueva y según la edad que tenga, ya la ha visto antes por lo tanto ya sabe de qué va y en qué va a terminar.
Por supuesto y desde luego que un sinnúmero de medios así como diversos personajes con influencia (algunos innombrables), se han dado a la tarea de pintar un panorama caótico y sombrío donde la causa tiene nombre y apellido: Andrés Manuel López Obrador porque hay que aprovechar cualquier oportunidad de golpear aún a costa de perder la credibilidad porque el tiempo se les acaba.
Es importante establecer un contexto que sirva para valorar adecuadamente esta situación económica. Es importante no perder de vista que es un fenómeno temporal y aunque su duración depende de diferentes factores lo que hay que entender es que no es para siempre pero tampoco se pretende dar a entender que no haya un cierto efecto de permanencia pero eso se mide a través de la inflación acumulada. En un párrafo anterior se mencionó que en abril del 2020 el índice se ubicó en 2.15 por ciento que además es el valor más bajo para la administración actual; desde el año dos mil solo ha habido un índice menor en diciembre de 2015 cuando se ubicó en 2.13 por ciento durante la gestión de Enrique Peña Nieto. De ahí en fuera, desde el año 2000 hasta hoy, el índice flota entre 3.5 y 5 por ciento pero si vale la pena resaltar algunos valores históricos elevados: 11.02 por ciento en Enero del 2000 cuando Zedillo ya nos había dejado a todos ustedes bien arreglados con el Fobaproa, 8.96 por ciento en diciembre del 2000 cuando Vicente Fox Quesada asume la Presidencia de la República quien la mantuvo entre cuatro y cinco por ciento alcanzando su nivel más bajo en noviembre del 2005 con 2.91 por ciento, en diciembre de 2008 el índice alcanzó 6.53 por ciento principalmente influenciado por la crisis financiera en Estados Unidos, para diciembre del 2009 el índice ya había bajado a 3.57 por ciento y se mantuvo entre ese valor y el cinco por ciento, con Enrique Peña Nieto las cosas parecían ir decentemente pero después de registrar su valor más bajo del sexenio en diciembre del 2015 en 2.13 por ciento para llegar a 6.77 por ciento en noviembre sin que hubiera un factor externo importante pero se puede considerar la devaluación del peso como un componente que favoreció esa subida que al término de esa gestión en noviembre del 2018 registró 4.72 por ciento. Tres valores históricos para recordar: 117.25 por ciento en Mayo de 1983 cuando el entonces presidente José López Portillo dijo que defendería el peso como un perro, 175.83 por ciento en febrero de 1988 cuando se le hizo bolas el engrudo a Miguel de la Madrid, 51.97 por ciento en diciembre de 1995 como consecuencia del inolvidable error de diciembre de 1994 entre Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León.
En un escenario imaginario, el índice de inflación para diciembre del 2021 cambia la tendencia y de ahí sostiene una disminución alineada con las estimaciones de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
La inflación no es necesariamente mala, la mayoría de los bancos centrales procuran que exista una inflación entre el dos y el tres por ciento. La epidemia del covid es un factor que no se puede minimizar o desestimar porque su efecto es el mismo efecto en la mayoría de los países contra los que se puede hacer una comparación válida con México. La estimación de inflación por parte de la OCDE para México es que irá disminuyendo durante el 2022 para estabilizarse alrededor del 3.3 por ciento en el tercer trimestre de 2022 y continuar así durante el 2023. La misma película, el mismo final, diferentes actores.
Se dijo primero aquí. En una semana, otro escenario.
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