Los suelos son la base de la agricultura y nuestro sistema alimentario. La salud y vitalidad de estos son requisitos para una producción sostenible de alimentos y el futuro de nuestro planeta. Además de contener una gran cantidad de biodiversidad (según la FAO, hay más organismos en una cucharada de suelo sano, que habitantes en el planeta), son fundamentales para la mitigación del cambio climático, debido a su capacidad para almacenar carbono.