En México se celebra Día de la Niña y Adolescente con el fin de garantizar su protección y bienestar Debate.com.mx

Ciudad de México.- En México millones de niñas y adolescentes enfrentan contextos adversos, que tan solo por su género y edad, ponen en peligro su desarrollo, e incluso su vida.

En 2020, cada tres días asesinaron a una niña o adolescente por su género, y tan solo de enero a julio de este año, se registraron 55 feminicidios en este grupo de edad. También, las niñas, adolescentes y mujeres adultas, representan las principales víctimas del delito de trata de personas.

Por esta razón, hoy Día de la Niña, Save the Children llamamos a los gobiernos y la sociedad a trabajar en conjunto para garantizar los derechos de niñas y adolescentes y para que su voz sea escuchada y tomada en cuenta.

“Quiero sentirme libre, segura y protegida”, fueron las palabras de Naomi de 12 años, una de las niñas que participa en nuestro programa #ConstruyeIgualdad. Esta frase, junto a las visiones de otras niñas y adolescentes fueron una inspiración para realizar junto con la artista visual Eva Bracamontes, un mural en un Centro Migratorio, donde niñas migrantes y solicitantes de refugio esperan por su resolución migratoria.

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“Todavía vivimos en una sociedad que considera que puede decidir por las niñas y adolescentes. Determinamos cuándo, cómo y por qué se deben casar y ser madres; si deben trabajar y en dónde; si deben cuidar a sus familiares; si deben tener acceso a información para ejercer su sexualidad de manera libre y segura por si solas, o arreglárselas para gestionar su higiene menstrual, por mencionar algunos ejemplos. Todo esto las ha puesto por años en riesgos por el solo hecho de ser mujeres”, señaló Nancy Ramírez, directora de Incidencia Política de Save the Children en México.

En México, 1 de cada 20 niñas y adolescentes de 12 a 17 años ha estado unida a una pareja, y aproximadamente, el 70% de las veces con alguien mayor que ellas (11 años o más). Esto las hace más propensas a abandonar la escuela, a ser víctimas de violencia de género, a sufrir discriminación y a tener embarazos tempranos y riesgosos.

En 2020, más de 370 mil niñas y adolescentes menores de 18 años se convirtieron en madres, de los cuales casi 9 mil tenían entre 12 y 14 años1. Esto representa un incremento con respecto a las cifras previas a la pandemia. Los embarazos a temprana edad duplican el riesgo de muerte materna en menores de 19 años y lo cuadruplica en menores de 15 años.

Desde 2019 cada vez más niñas a partir de los 5 años, trabajan en condiciones peligrosas u horarios prolongados para producir los bienes y servicios que se requieren en sus hogares.

El 42% de las niñas, adolescentes y mujeres ha faltado alguna vez a la escuela durante su menstruación, de las cuales el 22% lo hizo por miedo a manchar la ropa o que se note. Es necesario reconocer los productos de higiene menstrual como de primera necesidad e incluir la educación menstrual en los planes y programas educativos.

“Ejemplos como los anteriores, limitan que millones de niñas y adolescentes en nuestro país aprendan, sueñen y descubran qué es lo que quieren para sus vidas”, enfatizó Nancy Ramírez. Por eso, desde Save the Children hacemos un llamado al gobierno mexicano para que:

Se requiere que la política nacional para avanzar en la igualdad sustantiva muestre, de forma clara y específica, las múltiples realidades y problemáticas que, por razones de género y edad, enfrentan las niñas y las adolescentes. Actualmente, en temas de violencia de género contra las mujeres y niñas, por ejemplo, algunos datos se muestran a partir de mujeres de 15 años, situación que también se repite en indicadores y omite situaciones particulares en niñas y adolescentes.

Esta política también debe articular de forma coherente las acciones y programas que se implementan en los distintos órdenes (federal, estatal y municipal) y poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), y definir con claridad las funciones y responsabilidades de cada actor involucrado.

En materia de presupuesto público, es necesario conocer con claridad los recursos que se destinarán en el corto, mediano y largo plazo (transexenales) a la política que busca la igualdad; particularmente, se requiere que este presupuesto cuente con enfoque de género y de niñez, y que se apruebe bajo principios de irreductibilidad, suficiencia y eficiencia.

Asegurar la voz y participación de las niñas y adolescentes en espacios seguros para que sean copartícipes de la estrategia, las políticas y los programas que se generen para favorecer su desarrollo, pues son ellas quienes pueden informar sobre lo que sienten, quieren y necesitan; sobre lo que consideran que sí funciona y lo que perciben que hace falta.

Necesitamos diálogos fluidos, flexibles y progresivos con gobiernos y todos los sectores sociales, porque desde cada ámbito se puede y debe contribuir a que esto se convierta en una realidad. Cada institución del Estado mexicano, cada Organización de la Sociedad Civil, cada responsable de definir un presupuesto público o privado, cada doctora, doctor, docente, madre, padre; todas y todos tenemos que promover, exigir y garantizar que sus derechos se cumplan

Lograrlo, también requiere que las escuchemos, las involucremos y las tomemos en cuenta para tomar decisiones que las beneficien y las protejan. Es a través de sus voces que nos debemos informar sobre lo que quieren y lo que les hace sentir bien, para así procurar y exigir acciones que lo hagan realidad. La igualdad se construye con ellas.