Perspectivas sobre la política comercial Excelsior

Por Aldo Ponce Ugolini*Los tratados de libre comercio, tanto bilaterales como multilaterales, abren oportunidades de crecimiento económico al incrementar el número potencial de consumidores dispuestos a pagar por los productos que se exportan y que, además, no pagan aranceles.
Además, les abaratan a las industrias domésticas los insumos que se importan, lo cual permite que se vuelvan más competitivas.
Estos tratados estimulan la inversión que busca estas condiciones más ventajosas en los países que deciden abrir sus economías.
Y aunque no sean condición suficiente para garantizar un robusto crecimiento económico en el largo plazo producto de una mayor inversión privada, éstos sí son necesarios.
México sufre desde comienzos de los 80 bajas tasas de crecimiento económico.
Debido a estas lánguidas tasas, los índices de pobreza se han mantenido estables y altos desde los años 90 (53.
1% en 1992 a 53.
2% en 2014 de acuerdo con Coneval).
Entre los factores que han contribuido a estas bajas tasas de crecimiento se pueden identificar las insuficientes tasas de acumulación de capital, los bajos índices de productividad en buena parte de la economía que permanece informal, ciertos costos de la formalidad, los altos índices de pobreza y desigualdad que persisten y que precisamente dañan las mejoras en la productividad, el precario sistema educativo, la corrupción y la violencia criminal que arrecia desde 2007.
Sin la apertura comercial, que se fortaleció con la entrada en vigor del tratado NAFTA en el año 1994, es plausible que esta larga lista de males, tanto estructurales como de política pública, hubiesen dañado aún más el desempeño de la economía mexicana en años recientes.
Además del NAFTA, que incluye la liberalización del comercio con EU y Canadá, México ha rubricado tratados de libre comercio bilaterales o multilaterales con la mayoría de las economías latinoamericanas.
Estos acuerdos incluyen acuerdos con el Mercosur y la Comunidad Andina.
La creación de la Alianza del Pacífico con las economías más dinámicas y abiertas de la región latinoamericana fue otro acierto.
Otro paso importante para expandir la apertura comercial fue el acuerdo con la Unión Europea que entró en vigor en el 2000.
Con respecto a la integración comercial con Asia, la región de mayor crecimiento económico, los esfuerzos de apertura comercial permitieron la firma de tratados de libre comercio bilaterales con Japón, y la integración de México al Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) y al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).
Todos estos tratados ayudan a la integración comercial de México con el resto del mundo.
Sin embargo, se puede hacer mucho más para potenciar el aporte del libre comercio al crecimiento económico de México.
Asia y África son las regiones de más rápido crecimiento.
Sin embargo, mientras con la primera región se pueden aun incrementar la firma de tratados, con la segunda, nada o muy poco se ha hecho para liberalizar el comercio.
Es importante continuar con estos esfuerzos para diversificar el comercio que México sostiene con otros países, más específicamente con Corea del Sur, Indonesia, Taiwán y Tailandia.
Mientras que Tailandia e Indonesia experimentan altas tasas de crecimiento, Corea del Sur y Taiwán son países de altos ingresos.
Todos podrían incrementar la demanda de productos mexicanos si se firmaran acuerdos de libre comercio con éstos o si estos países entraran a formar parte de los acuerdos comerciales multilaterales existentes de los cuales México es parte, como el CPTPP o la Alianza del Pacífico.
La expansión del CPTPP constituye una excelente oportunidad para que México pueda incrementar su comercio con los países asiáticos.
Dados los beneficios potenciales que el CPTPP también ofrece a potenciales miembros, este acuerdo podría facilitar una expansión relativamente rápida del comercio mexicano en esta parte del planeta.
El apoyo de México al ingreso de otros países asiáticos como Taiwán al CPTPP ayudaría en esta causa.
México, con sus 128 millones de habitantes, es una economía importante que podría mejorar ostensiblemente el bienestar de su población e incrementar su grado de influencia en la política internacional.
Sin embargo, se requiere de más ambición e ímpetu para lograr estos objetivos, pero para ello se necesita más crecimiento económico y más comercio.
                *Profesor del CIDE en Ciudad de MéxicoColumnista: Opinión del experto nacionalImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0