Futbolista colombiano Álvaro Angulo recibió amenazas de muerte antes de enfrentar a Inter Miami en la Leagues Cup Infobae
La eliminación del equipo mexicano Pumas Unam en la Leagues Cup pasó a un segundo plano luego de una grave denuncia que ha sacudido al fútbol latinoamericano.
Álvaro Angulo, lateral colombiano del club mexicano, recibió amenazas de muerte horas antes del partido frente a Inter Miami, hecho que fue confirmado por el entrenador del equipo, Efraín Juárez, en rueda de prensa posterior a la derrota 3-1 en el Chase Stadium de Florida.
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“Hoy en la mañana, un jugador mío que jugaba en Independiente, Álvaro, recibió amenazas de muerte a su correo y a su teléfono”, dijo Juárez visiblemente afectado.
El técnico subrayó el impacto emocional sobre el jugador y criticó duramente la situación: “Imagina que te despiertes con amenazas de muerte en tu teléfono el día del partido. No es fácil de digerir”.
Las amenazas, aún bajo investigación por parte de las autoridades mexicanas, podrían estar relacionadas con el paso reciente de Angulo por Independiente de Avellaneda, equipo en el que jugó durante seis meses antes de su llegada al fútbol mexicano.
Si bien la procedencia exacta de los mensajes no ha sido confirmada, tanto el cuerpo técnico como el propio Angulo sospechan que estos provienen de Argentina.
“No sé de dónde, pero todo parece indicar que viene de allá”, dijo Juárez al ser consultado por la prensa.
La denuncia ocurre en el desarrollo de un conflicto contractual no resuelto entre Angulo e Independiente. El defensor colombiano, de 28 años, llegó al club argentino como agente libre desde Atlético Nacional.
Según su versión, el acuerdo incluía una prima por la venta del 85% de sus derechos deportivos, que nunca fue pagada.
“Cuando entró en discusión con Independiente, les dije que se pusieran al día conmigo porque veía que estaban comprando jugadores. No me habían pagado las cuotas de marzo y junio. Nunca pedí un aumento de salario, solo que cumplieran con lo firmado”, dijo Angulo en entrevista con Espn Colombia.
La dirigencia del club argentino no tardó en responder. A través de un comunicado y la publicación de documentos contractuales, Independiente sostuvo que la deuda con el jugador era de apenas 35.000 dólares, monto que estaba siendo renegociado.
Incluso, el presidente del club, Néstor Grindetti, ofreció su versión de los hechos: “Yo lo llamé una mañana en el predio y le dije ‘Álvaro, quiero que te quedes’. Le habíamos adelantado una cuota y mejorado el salario. Pero él me dijo que prefería irse. Después me enteré que ya tenía todo acordado con Pumas”, dijo Grindetti en declaraciones publicadas por Espn.
El traspaso se cerró el 15 de julio, cuando el club mexicano pagó 1,5 millones de dólares por su ficha y además cedió el pase del argentino Ignacio Pussetto.
Sin embargo, el conflicto con Independiente siguió escalando en los medios, lo que coincidió con la previa del partido contra Inter Miami y, según el entorno de Angulo, podría haber motivado las amenazas.
Un golpe más allá del marcador
Pumas quedó eliminado del torneo tras registrar una victoria, un empate y una derrota en un grupo complicado compartido con Orlando City, Atlanta United e Inter Miami.
Pero para el técnico Juárez, lo más preocupante no fue el resultado deportivo sino el entorno que rodeó al último partido.
“Cero tolerancia para esas circunstancias, estamos haciendo una investigación”, dijo Juárez.
Además de confirmar que las autoridades ya están involucradas, también criticó el formato de la Leagues Cup: “De dieciocho equipos que participan, solo clasifican cuatro, eso significa que los otros catorce somos pendejos. Es un torneo muy exigente, con una sobrecarga de partidos, y nosotros somos un plantel corto”.
El episodio deja al descubierto una problemática creciente en el fútbol latinoamericano: la vulnerabilidad de los jugadores ante la presión de los hinchas, la falta de garantías contractuales y la ausencia de protocolos sólidos para proteger la integridad física y emocional de los deportistas.
El caso ha despertado inquietud tanto en México como en Argentina y Colombia, y ha reabierto el debate sobre los mecanismos de protección para los futbolistas.
