Iván “Pollo” García reveló que la entrenadora de Paola Espinosa la obligaba a tener relación con otro clavadista y por eso bajó mucho su rendimiento Más Latina
En una reciente entrevista para el pódcast La Capitana, conducido por Sandra de la Vega, el clavadista Iván “Pollo” García compartió detalles de los inicios de su relación con Paola Espinosa, una de las figuras más destacadas del deporte mexicano.
Según relató, desde el principio enfrentaron obstáculos dentro del equipo nacional.
¿Por qué se menciona que Paola era presionada a estar con otro clavadista?
De acuerdo con lo dicho por García, durante una etapa de su carrera, Paola era presionada por su entrenadora o entrenador para mantener una relación con otro integrante del equipo de clavados.
Aunque no mencionó el nombre de esa persona, sí detalló que esa situación afectó tanto su relación personal como su rendimiento deportivo.
García compartió lo que ella le contaba en ese momento:
No entrené hoy, llegué a la alberca y me agarró mi entrenadora con el otro involucrado, y todo el día me estuvieron obligando a regresar con él. No me dejaron entrenar”.
¿Cómo superaron esa situación?
El clavadista explicó que las cosas cambiaron tras los Juegos Olímpicos de Río 2016. En ese momento, Paola ya no corría el riesgo de ser excluida del equipo nacional. Fue entonces cuando él decidió dar el paso para formalizar su relación sin restricciones.
Cuando se acabaron los Juegos y vi que ya no estaba en peligro, le di un beso y le dije: ‘vente conmigo’”, recordó.
¿Qué relación tuvo Paola Espinosa con Rommel Pacheco?
Antes de estar con Iván García, Paola Espinosa tuvo una relación sentimental de 13 años con Rommel Pacheco, otro clavadista destacado y actual director de la CONADE. Ambos mantuvieron una relación estable durante gran parte de su trayectoria profesional, incluso con un compromiso previo a los Juegos de Londres 2012, aunque no llegaron al matrimonio.
Pacheco ha hablado con respeto sobre esa etapa. En declaraciones anteriores, dijo:
Me quedo con los buenos recuerdos”.
La historia de Paola e Iván ha sido conocida desde hace años, pero esta nueva declaración pone sobre la mesa un tema delicado: la presión emocional dentro del deporte de alto rendimiento.
Las declaraciones de García no solo reflejan una situación personal, sino que también abren la conversación sobre los límites en la vida privada de los atletas dentro de sus equipos de trabajo.
