Así luce Abelito bailando en tacones en La Casa de los Famosos México 3 | Video Infobae
En La Casa de los Famosos México 3, el sentido del humor sigue siendo uno de los principales ingredientes del encierro. Esta vez, un desfile espontáneo de zapatos desató una ola de carcajadas cuando los hombres del reality aceptaron el reto de calzarse tacones y entregar una coreografía digna de pasarela.
La escena arrancó con una consigna clara: “¡Aviéntense un solo para mujeres con coreografías!”, pidieron las participantes. Bastó esa frase para encender el ánimo y transformar el área común en una improvisada pasarela, donde el vestuario cedió protagonismo al atrevimiento y al ingenio.
Aldo de Nigris fue de los primeros en aceptar el reto. Se calzó los tacones sin dudarlo y, entre el desconcierto y la risa, ejecutó unos pasos que arrancaron aplausos. Luego, Aaeron Mercury subió el tono de la diversión cuando se dejó llevar por el ritmo de una canción de Ninel Conde. Bailó, posó y dejó claro que el equilibrio puede más que la vergüenza.
Pero la ovación se la llevó Abelito.
Con unos tacones rojos que parecían más grandes que su determinación, caminó entre sus compañeros con una torpeza entrañable. A punto de caer, alguien lo sostuvo justo a tiempo. Él, lejos de incomodarse, soltó una frase que terminó por desatar el descontrol de risas: “Parezco Calamardo”. Esa comparación bastó para coronar el momento como uno de los más divertidos en lo que va de la temporada.
“¡Qué perra, qué perra!”, coreaban los habitantes, mientras los hombres continuaban con pasos femeninos, dejando atrás cualquier gesto de incomodidad. La energía colectiva, las bromas entrecruzadas y la disposición a reírse de sí mismos tejieron una de las postales más humanas del encierro.
No hubo producción, luces ni guion. Solo tacones, actitud y el tipo de humor que conecta de inmediato con la audiencia. Este momento no solo rompió la rutina dentro de la casa, también dejó ver que el juego entre géneros puede asumirse desde la parodia y la camaradería, sin forzar discursos ni polémicas.
Abelito, sin proponérselo, se convirtió en el protagonista de una secuencia viral. Su caída frustrada, sus tacones rojos y su analogía con un personaje animado lo ubicaron, una vez más, como una figura entrañable del reality. La imagen es clara: un hombre en tacones, en medio del caos, riéndose de sí mismo mientras los demás celebran su autenticidad.
En un entorno donde las estrategias, las alianzas y los conflictos suelen dominar el relato, momentos como este refrescan la dinámica. Recordatorios de que, a veces, basta un par de tacones para convertir una noche cualquiera en una memoria colectiva inolvidable.
Y sí, así luce Abelito bailando en tacones: auténtico, libre y con más gracia que equilibrio.
