Una frase simple que puede cambiar el rumbo de una discusión de pareja El Imparcial
CIUDAD DE MÉXICO.- En medio de una discusión de pareja, lo habitual es que aparezcan los reproches, los gritos y las actitudes defensivas. Muchas veces, un simple malentendido termina convirtiéndose en una pelea mayor, impulsada por el orgullo y la dificultad para escuchar. Sin embargo, el psicólogo Alberto Gallardo propone una alternativa que podría marcar la diferencia: decir “ayúdame a entender qué me hizo actuar así”.
Más allá del orgullo y los gritos
Esta frase, explicó el especialista, no es una estrategia para manipular ni una forma de evitar la confrontación. Al contrario, se trata de una invitación al diálogo sincero que puede desactivar el conflicto. “Es como tirar agua al fuego en lugar de gasolina”, dijo Gallardo, quien compartió su reflexión en un video en redes sociales. En lugar de atacar, la frase se centra en uno mismo y abre la puerta a una conversación desde la vulnerabilidad.
Gallardo señala que esta herramienta no busca ganar la discusión ni evitarla, sino generar un espacio de entendimiento. Al pedir ayuda para comprender la propia reacción, se cambia el foco del reproche al análisis interno, y eso puede calmar el tono emocional del momento. No es una solución mágica, pero puede ser un punto de partida para reconstruir el diálogo.
Un cambio de enfoque en la comunicación
El psiquiatra Mark Goulston, experto en comunicación efectiva, también respalda esta idea. Según él, esta forma de hablar transforma una conversación tensa en una oportunidad para explorar las emociones propias. En lugar de acusar con frases como “tú hiciste tal cosa”, la persona se pregunta a sí misma: “¿Qué me detonó? ¿Por qué reaccioné así?” y lo comparte con su pareja, creando un espacio de escucha activa.
Tanto Gallardo como Goulston advierten que esta estrategia no es válida para todo tipo de relaciones. En vínculos donde hay maltrato, manipulación o violencia, no hay frase que pueda reparar el daño. “Ninguna frase puede salvar un edificio en ruinas”, apuntó Gallardo. Pero sí puede funcionar en relaciones sanas que están atravesando momentos difíciles, donde todavía hay afecto y voluntad de entenderse.
En estos casos, hacer un esfuerzo por entender lo que se siente y comunicarlo de manera honesta puede frenar una discusión antes de que escale. La frase, aunque incómoda al principio, invita a bajarle el tono a la pelea y a recordar que detrás del enojo, suele haber algo más profundo: miedo, tristeza o inseguridad.
Construir en lugar de destruir
Gallardo remarcó que decir esta frase en medio de una discusión puede parecer extraño, pero también puede evitar que una pelea innecesaria termine dañando a dos personas que se quieren. “No es una frase para evitar todas las discusiones, sino para que las discusiones no destruyan lo que construimos con amor”, reflexionó.
La clave está en usarla con sinceridad, no como una técnica para salir del paso, sino como un gesto genuino para entender y ser entendido. En ese sentido, la frase funciona mejor cuando se acompaña de una actitud abierta y sin juicios.
Al final, lo más importante en una relación es el respeto mutuo y la capacidad de escuchar tanto al otro como a uno mismo. Y, a veces, una simple frase puede ser el primer paso para comenzar a hablar de verdad.
