OMS publica informe clave sobre orígenes del COVID-19 Excelsior

Diana OlivaEl origen de la pandemia que cambió el mundo sigue siendo un enigma científico.
La OMS insiste: el SARS-CoV-2 probablemente provino de un salto zoonótico, pero la historia aún no tiene punto final.
El 27 de junio de 2025, la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su Grupo Asesor Científico sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO), publicó un nuevo informe donde mantiene abiertas varias hipótesis sobre el origen del COVID-19.
El documento, respaldado por datos científicos, pero con cautela diplomática, reafirma la posibilidad del salto zoonótico como causa más probable, sin descartar otras líneas de investigación.
¿Qué dice exactamente el nuevo informe de la OMS?El informe del grupo SAGO, publicado en el sitio oficial de la OMS, revisa todas las hipótesis planteadas desde el inicio de la pandemia en 2020, y actualiza la posición científica con base en nuevos datos genómicos, epidemiológicos y ambientales.
Entre sus principales conclusiones:La hipótesis de un origen zoonótico, es decir, el paso del virus de un animal a un humano, sigue siendo la más respaldada científicamente.
La posibilidad de un accidente de laboratorio no puede descartarse por completo, aunque hasta ahora no hay pruebas concluyentes.
Faltan datos clave sobre los primeros casos humanos en Wuhan, lo que impide llegar a un cierre definitivo.
El proceso de investigación “sigue en curso” y depende en gran medida del acceso a información por parte de las autoridades chinas, lo cual sigue siendo una barrera para la transparencia global.
También te puede interesar: Nimbus la nueva variante del COVID: estos son los síntomas¿Qué es el salto zoonótico y por qué es relevante?El salto zoonótico es un fenómeno en el que un virus presente en animales cruza la barrera de especie y empieza a infectar humanos.
La hipótesis cobra fuerza porque es la vía por la que han surgido otros coronavirus, como el SARS en 2003 y el MERS en 2012.
En este caso, los murciélagos siguen siendo los principales sospechosos como reservorios naturales, con un posible huésped intermedio aún no identificado.
El informe del SAGO señala la necesidad de más investigación en mercados de animales vivos, granjas y cadenas de suministro alimentario.
También te puede interesar: Alerta por Covid-19: Variante XEC dispara los casos en Tailandia¿Por qué sigue sin confirmarse el origen del SARS-CoV-2?Cinco años después del brote inicial, la respuesta sigue incompleta.
La falta de acceso a datos tempranos y la politización del debate científico han hecho que la investigación sea más difícil que nunca.
El informe mantiene un tono cuidadoso, pero firme, recordando que ninguna de las hipótesis ha sido comprobada ni descartada del todo, lo que evidencia el nivel de complejidad del caso.
¿Cuál es la postura actual de la comunidad científica?La mayoría de los científicos coincide con el diagnóstico de la OMS: la explicación más plausible es una transmisión natural del virus, aunque la hipótesis de fuga de laboratorio no debe ser ignorada sin datos claros.
A cinco años del inicio de la pandemia, no estamos más cerca de una respuesta definitiva.
Pero tenemos más herramientas científicas que nunca para encontrarla”, comentó la Dra.
Marietjie Venter, presidenta del grupo SAGO.
Además, la OMS reitera la necesidad de cooperación internacional, acceso sin restricciones a datos clave y mayor transparencia por parte de los gobiernos, especialmente de China.
También te puede interesar: Nuevas subvariantes de covid-19 ocasionan repunte de casos¿Por qué importa tanto saber cómo empezó la pandemia?El origen del COVID-19 no es solo un dato histórico: determinarlo es crucial para prevenir futuras pandemias.
Si fue una zoonosis, hay que reforzar la vigilancia de enfermedades animales; si fue una fuga de laboratorio, hay que revisar los protocolos de bioseguridad.
Saber cómo surgió el SARS-CoV-2 también tiene implicaciones políticas, científicas, éticas y sociales.
La verdad —aunque incómoda— es necesaria para evitar errores que el mundo no puede volver a permitirse.
En un mundo marcado por desinformación, intereses cruzados y verdades fragmentadas, el informe de la OMS es una bocanada de método científico, aunque no de certezas.
Cinco años después, seguimos buscando una explicación.
Pero quizás la verdadera urgencia no esté solo en encontrar un culpable, sino en aprender del origen para no repetir el final.
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