Condenaron a los delincuentes que balearon al hijo de 14 años de un dirigente de Vélez durante un robo en La Matanza Infobae

Un tribunal popular de La Matanza declaró culpables a dos hombres, Jonathan Alexis Farías Barrios y Claudio Agüero, por una serie de robos violentos y de alto impacto cometidos entre noviembre y diciembre de 2023, imponiendo penas de 33 y 30 años de prisión respectivamente.

La sentencia, dictada por la jueza Andrea Giselle Schiebeler al frente del Tribunal Oral Criminal Nº 1 de La Matanza, puso fin a un proceso judicial que incluyó el testimonio de 35 personas y una abundante cantidad de pruebas recolectadas durante la instrucción.

Tal como publicó el medio local Primer Plano Online, los condenados, Jonathan Alexis Farías Barrios, de 20 años, y Claudio Agüero, de 29, apodado ‘Gaby’ o ‘Mbappe’, llegaron al juicio en prisión preventiva, acusados de protagonizar una serie de robos a mano armada con múltiples víctimas. Ambos permanecen privados de su libertad en la Unidad Penal 43 de González Catán.

Uno de los episodios más resonantes, que atrajo la atención pública y mediática, ocurrió la noche del 11 de noviembre de 2023 en la localidad de Tapiales. Ese día, Leonel Adrián Leiva, dirigente del Club Vélez Sarsfield en ese momento, y su hijo Mateo, descendieron de un Peugeot 308 en la calle Humahuaca al 300. En ese instante, dos hombres armados bajaron de una camioneta EcoSport azul, robada minutos antes en Lomas del Millón, y los abordaron.

Los asaltantes se apoderaron de 380.000 pesos, dos teléfonos móviles, una billetera con documentación y tarjetas de crédito, además del vehículo. La violencia escaló cuando uno de los atacantes disparó cinco veces contra Mateo. Tres de esas balas impactaron en el hombre derecho del menor. El adolescente sobrevivió de manera milagrosa, según relataron los testigos en el juicio.

La investigación judicial logró reconstruir la secuencia de delitos cometidos por la dupla. Farías fue detenido dos días después del ataque a los Leiva, tras una persecución policial que comenzó en las calles de Villa Luzuriaga.

Conducía una motocicleta junto a un menor de edad y desoyó la orden de detenerse para ser identificado. La persecución, que involucró a varios patrulleros, concluyó en la intersección de Derqui y La Rioja, cerca del barrio de emergencia Almafuerte, cuando la moto derrapó y ambos ocupantes cayeron al asfalto.

La motocicleta tenía pedido de secuestro por robo en San Justo y Farías portaba un arma de fuego, que intentó descartar al huir hacia el interior del barrio. La policía logró reducirlo pese a la intervención de conocidos que intentaron impedir el arresto. En este caso, los cargos incluyeron encubrimiento, ya que la moto era robada.

La Justicia también le atribuyó a Farías la participación en el robo de un automóvil VW Gol a una pareja en la esquina de Figueroa Alcorta y Lezica, en San Justo, bajo el mismo modus operandi: los asaltantes amenazaron a las víctimas con armas y se llevaron el vehículo y sus pertenencias.

Por su parte, Agüero fue capturado en un allanamiento realizado en diciembre de 2023. Además de su implicación en el ataque a los Leiva, enfrentó cargos por el robo a mano armada de una camioneta Amarok en Aldo Bonzi.

Durante el juicio, el fiscal Sergio Antin solicitó para Farías una pena de 39 años de prisión por los delitos de robo calificado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no pudo demostrarse (caso del VW Gol), robo calificado por el uso de arma de fuego (caso Leiva), homicidio calificado en grado de tentativa agravado por el empleo de arma de fuego (hijo de Leiva) y encubrimiento calificado (por la motocicleta robada). Para Agüero, el pedido fue de 33 años de cárcel como autor de robo calificado por el uso de arma de fuego y homicidio calificado en grado de tentativa (caso Leiva), y robo calificado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no pudo demostrarse (caso Amarok en Aldo Bonzi).

En su alegato, el fiscal destacó como agravantes la nocturnidad de los hechos —todos ocurrieron entre las 20:30 y las 23:30—, la pluralidad de participantes, la peligrosidad manifiesta de las acciones y la magnitud del daño causado, tanto al hijo de Leiva como a un menor presente durante otro de los asaltos. Además, subrayó que existen varios prófugos vinculados a las investigaciones, lo que evidencia la existencia de una banda organizada.