Casa Moderna Heraldo de Aguascalientes

Por J. Jesús López García

Desde tiempos pretéritos, el hombre ha recurrido a diversos sistemas para protegerse de las inclemencias naturales, tal como cuevas o incluso oquedades diversas que lo han cobijado. Es indudable que, a través del tiempo, ese “refugio”, ha tenido una transformación acorde con su espacio y tiempo, su edificación y los materiales que se han tenido próximos, o, en su caso, los diferentes modos de habitarla, sea cotidianamente, o solo en ocasiones particulares.

Primigeniamente se utilizaron elementos naturales para su edificación: madera, arcilla o piedra, adaptándose al terreno o al agua, tal los palafitos. En Egipto las viviendas se levantaban con adobes y poca altura, de un solo nivel, o también de dos, sobre una planta arquitectónica rectangular; cubiertas, de ramas recubiertas de arcilla, y los pisos de tierra compactada. En Oriente Próximo, particularmente de piedra, y en caso de existir el barro, la casa era de un solo espacio dispuesto en forma colmenar; para la Edad Media, a causa de la crisis demográfica europea, desaparecieron las tipologías residenciales, refugiándose las personas en los monumentales castillos y alrededor de las murallas, si bien a causa de la nueva clase mercantil, serian comunes las residencias señoriales, llegando su evolución hasta los formidables palacios.

En el Renacimiento, el palacio fue en ascenso y evolución, representando un hito urbano en las ciudades importantes de Europa, donde los componentes compositivos griegos y romanos, serían la constante, basta citar la simetría y proporción; los sistemas edificatorios también se “inspiraban” en los “clásicos”: columnas, pilastras y techumbres en forma de bóvedas. Si bien es cierto, hubo cambios importantes en estos siglos, la Revolución Industrial, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, y su explosión en el XIX, la casa de las personas emigradas del campo a la ciudad, se alzaría paupérrimamente en los cinturones de la traza, habitando en condiciones miserables de higiene y salubridad, debido a la carencia de agua potable y drenaje, además de la pésima calidad de los materiales constructivos utilizados.

Si bien la clase trabajadora tuvo una respuesta a sus precarias necesidades, también la clase media la tendría, en donde aparecerían, nuevamente, reminiscencias del pasado, y no solo las clásicas grecorromanas, sino, una infinidad de representaciones de distintas épocas y latitudes, surgiendo los “revivals” tal el neogótico, neobarroco, neo renacimiento, entre otros. Adelantos técnicos y científicos, como el elevador, permitieron edificaciones en altura, inicialmente en Chicago, Estados Unidos. El siglo XX, traería una revolución arquitectónica por medio de los nuevos materiales de construcción: concreto armado, vidrio, acero.

La industria, repercutió particularmente en el modo de habitar los espacios domésticos; por un lado, aquellos que requerían el albergue de las grandes masas obreras, y por otro, un nuevo planteamiento arquitectónico de los profesionales modernos, que dejaron atrás las reminiscencias del pasado, proponiendo un nuevo lenguaje para formas de ser y de pensar acordes al momento. Frank Lloyd Wright (1867-1959), transformaría la “caja” en sus “prairie houses” durante la primera década del XX, dirigidas a las clases privilegiadas, mientras que Tony Garnier (1869-1948), diseñó una “Ciudad Industrial”, diferenciando cuatro zonas, una de ellas la residencial, donde propuso un barrio de viviendas de interés social. Como se colige, el tema habitacional ha sido reflexionado desde varios ángulos a través de los siglos: para la supervivencia, para los grandes jerarcas, poderosos, y para los más desposeídos.

El siglo XX, singularmente moderno, la casa se propuso desaparecer todos los males que aquejaban a la sociedad, a través de nuevos planteamientos espaciales, de materiales y sistemas constructivos, que traerían la felicidad y un renovado habitar el espacio. Aguascalientes no fue la excepción y desde 1947, con el Fraccionamiento Primavera, aparecería la casa moderna, diferente a la tradicional vivienda alineada al paramento de la calle y con el desarrollo de las actividades cotidianas en el interior, mientras que la referida moderna reflejaba la modernidad por medio de los planteamientos arquitectónicos, baste observar la casa retranqueada del alineamiento, proporción, escala y una dinámica horizontal, enfatizada por los vanos en la fachada. La ciudad acalitana, en sus casas, particularmente, se alineaba a la refrescante brisa de la arquitectura moderna