La razón por la que Angelina Jolie le entregó su primer Oscar a su madre: “Fue uno de los mejores momentos para mí” Infobae
Angelina Jolie ha tenido una carrera memorable en la industria del cine. Sin embargo, su momento más íntimo y revelador quizás no ocurrió en un set de filmación, sino cuando ganó su primer Premio Oscar, pues decidió que el reconocimiento no le pertenecía del todo.
Cuando la estrella de Hollywood subió al escenario del Teatro Kodak en el año 2000 para recibir el Oscar a Mejor Actriz de Reparto por Inocencia interrumpida, el mundo la vio emocionada, agradecida y visiblemente conmovida.
Lo que muchos no sabían era que ese momento no era solo suyo. Detrás de la estatuilla dorada, del vestido de gala y las cámaras, había una historia de sacrificio silencioso por parte de su madre, Marcheline Bertrand, a quien Angelina terminó entregando el premio en señal de gratitud.
“Haber tenido ese momento de poder salir al escenario, llamarle y decirle: ‘Es tuyo’ y luego darle el Oscar a ella, fue uno de los mejores momentos para mí en mi vida”, dijo en una entrevista
La estrella de Hollywood recordó que su madre siempre había soñado con ser una gran actriz, pero tras casarse con Jon Voight, se quedó en casa criando a dos hijos pequeños.
Tras divorciarse en 1976, cuando Angelina Jolie tenía apenas un año, Voight se dedicó a construir una exitosa carrera, que le valió ganar su propio Oscar en 1978 por El regreso. Mientras que Bertrand renunció a todo para cuidar a su familia.
“El sueño de mi madre era ser actriz. Ella tenía 20 años cuando me tuvo, era muy joven. Ella estaba todo el día con sus bebés en un apartamento, mientras veía a mi padre ganar el Oscar acompañado de otra mujer. Y recuerdo haber pensado cómo debió haberse sentido aquella noche”, relató.
Ese pensamiento marcó profundamente a Angelina Jolie, por lo que quiso honrar su apoyo incondicional cuando recibió el reconocimiento de la Academia por Inocencia interrumpida.
Aunque su madre tuvo algunos papeles menores en televisión y cine, nunca logró consolidar una carrera en la industria. Marcheline Bertrand optó por una vida alejada de los reflectores, volcándose en cuerpo y alma a la crianza de Angelina y su hermano mayor, James Haven.
“La elección que hizo fue quedarse con nosotros. Ella estuvo ahí para mí y para mi hermano”, dijo.
Ese acto de amor materno fue, según sus propias palabras, el verdadero motor detrás de su éxito: un impulso silencioso pero constante.
La relación con su padre, en contraste, fue distante y complicada. Aunque Jon Voight fue una figura relevante en el cine desde Cowboy de medianoche (1969), su ausencia en la vida cotidiana de sus hijos dejó cicatrices emocionales profundas, que Jolie ha reconocido en varias entrevistas.
Bertrand falleció en 2007 a los 56 años, víctima de un cáncer de ovarios. Su muerte dejó un vacío que Angelina nunca ha ocultado. Desde entonces, la actriz ha hecho de la maternidad y el activismo dos pilares fundamentales de su vida.
Ese Oscar, símbolo de excelencia profesional, se convirtió también en símbolo de amor para Angelina Jolie. Fue la coronación de una carrera, pero sobre todo, un tributo a la mujer que renunció a su propio sueño para que ella pudiera cumplir el suyo.
