Batería al 100% Excelsior

Por Paulina Majul Rubio*A veces estoy cansada, cansada de la gente, del ruido y de las luces.
A veces tengo ganas de desaparecer un rato, no saber nada de nada ni de nadie, desconectarme del mundo.
El mundo ha evolucionado más rápido de lo que nuestros cerebros humanos pueden procesar.
Bien dicen que los cambios son buenos, pero, ¿hasta qué punto realmente lo son?Envidio tanto las décadas pasadas en las que no existían los teléfonos, que la luz sólo venía del sol, cuando en las noches no había ruido, cuando el fin de semana realmente era para descansar y las vacaciones para desconectarse del trabajo, ansiedad y preocupación de la vida.
Hoy no sólo estamos conectados, estamos amarrados a todo aquello que nos desconecta de nosotros mismos.
En una era de conexión instantánea, lo único que todos suplicamos es desaparecer un rato, guardar el teléfono en un cajón y que no pase nada si se queda ahí durante todo el fin de semana.
Múltiples veces llego a mi casa drenada, satisfecha con mi día, pero con ganas de sólo ser yo por un momento, pero rara vez pasa eso.
Hay proyectos pendientes, y no hay cómo descansar de ellos, ya que “es tan fácil” resolver y trabajar ahora al tener un dispositivo enfrente, que no nos damos el tiempo de decir “hasta aquí por hoy”.
El horario laboral estándar supuestamente es de 9:00 am a 5:00 pm, antes así funcionaba.
En la actualidad, eso es una completa mentira.
Llegas a tu casa a comer, pero siguen llegando correos, pendientes y asuntos que “no pueden esperar” y a la par, la vida sigue pasando y nuestro cerebro nos dice, “resuelve, trabaja y mantén tu batería al 100% en todos los asuntos de tu vida personal”.
¿Por qué está tan mal decir “estoy muy cansada hoy, mejor vamos por un café mañana”? o, “es todo por hoy, voy a descansar, nos vemos mañana en la oficina”, ¿por qué tenemos que estar disponibles todo el tiempo para todo el mundo? ¿En qué momento se terminó nuestra libertad?En esta era, ¿cómo podemos poner límites? No basta con que simplemente guardemos el teléfono en el cajón, ya que el resto del mundo sigue moviéndose sin parar un segundo.
¿Qué tiene que pasar para que todos entendamos que no pasa nada si todos los días nos detenemos media hora para comer y convivir con las personas sentadas en la mesa? Todos tenemos que relajarnos y aprender que el mundo no se va a caer, que simplemente tenemos que ser un poquito pacientes y no obligarnos a más de lo que deberíamos.
Esto no quiere decir que tenemos que poner todo a un lado y no darle importancia, sino que, nos toca darle a toda la importancia necesaria a su tiempo y con sus límites.
Es un viernes a las 10:00 pm y estás con tus amigos, entonces disfrútalo con tus amigos, no estés al mismo tiempo resolviendo temas del trabajo, checando redes sociales, contestando mensajes.
En donde te encuentres y con quien te encuentres, toca dar el 100%, ya que, si estamos en un lugar intentando estar en otros simultáneamente, el porcentaje de energía y atención se va a ver afectado en cada entorno.
No estamos obligados a tener batería recargada todo el tiempo para todo el mundo, pero aprendamos a establecerlo, aprendamos a que nadie va a estar disponible con la batería al 100% para nosotros el 100% del tiempo, es humanamente imposible.
Ni tu mamá ni tu mejor amigo ni tu pareja ni tu empleado.
Hay que ser comprensivos, pacientes y tolerantes ante todo, todos tenemos compromisos, pendientes, planes y una vida que atender, pero más importante, nos tenemos que atender a nosotros mismos y darnos el tiempo necesario.
Para poder dar el 100% en todo lo que hacemos, también tenemos que aprender a darle 0% al mundo en el momento pertinente; recargando las baterías y desapareciendo un rato del radar.
               *Instagram: @paulinamajulr Correo: paumajulr@gmail.
com Columnista: Ciro Gómez LeyvaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0