Bad Bunny agota entradas para la segunda fecha de su concierto en el Estadio Nacional Infobae
Bad Bunny sigue consolidándose como uno de los artistas más importantes de la música urbana. Su gira mundial continúa rompiendo récords, y Perú, ha sido testigo de cómo el cantante puertorriqueño sigue sorprendiendo a su público.
En esta oportunidad, el ’Conejo Malo’ logró una vez un sólido sold out en tan solo horas para su segunda fecha en el Estadio Nacional de Lima, programada para el sábado 31 de enero de 2026.
La fiebre por Bad Bunny en Lima
El viernes 30 de enero de 2026, el popular ‘Conejo Malo’ tiene programado su primer show en Lima, un evento que rápidamente agotó sus entradas en cuestión de horas.
No obstante, el entusiasmo no terminó allí. Tras la rápida venta de boletos para la primera fecha, la organización del evento abrió una segunda fecha para el 31 de enero del mismo año. Lo que parecía ser una nueva oportunidad para los fans que no lograron conseguir entradas en la preventa, rápidamente se convirtió en otro sold out.
En la jornada de venta, las entradas para el segundo concierto se agotaron igualmente en tiempo récord. Primero, las preventas fueron las primeras en volar, y luego las entradas de precios regulares también desaparecieron en cuestión de horas, lo que evidenció la gran demanda por ver a Bad Bunny en vivo.
La posibilidad de una tercera fecha
A pesar de que las entradas para las dos fechas programadas se agotaron rápidamente, los fanáticos no pierden la esperanza de que se pueda abrir una tercera fecha.
La demanda por el reguetonero puertorriqueño en Lima es tal que muchos consideran que una tercera fecha en el Estadio Nacional podría ser una opción viable por ejemplo para el domingo 1 de febreo.
Aunque no se ha confirmado oficialmente, los seguidores de Bad Bunny siguen esperando noticias con entusiasmo, deseando asegurar su lugar para ver al artista en vivo.
La producción del evento ha asegurado que el segundo concierto será igual de espectacular que el primero. Con una puesta en escena impresionante y la energía única que caracteriza a Bad Bunny, los asistentes a la segunda fecha podrán vivir una experiencia inolvidable, marcada por la presencia arrolladora del “Conejo Malo” y el impresionante espectáculo que ha dado a sus seguidores en cada ciudad que visita durante su gira mundial.
La reventa dispara los precios
La emoción por la llegada de Benito Martínez Ocasio más conocido como Bad Bunny a Lima ha generado una fuerte demanda por las entradas. Sin embargo, esta misma demanda ha dado pie a una problemática común en grandes conciertos: la reventa.
A medida que las entradas se agotaron, los revendedores comenzaron a poner a la venta sus boletos en plataformas no oficiales, como Marketplace de Facebook, a precios desmesuradamente más altos que los oficiales.
Por ejemplo, las entradas para la Tribuna Norte, que en preventa tenían un precio de S/ 205, comenzaron a ser revendidas por S/ 400 y hasta S/ 500. Las entradas VIP, que originalmente costaban S/ 625, se ofrecieron por hasta S/ 1000, mientras que las entradas Platinum, con un precio original de S/ 862, llegaron a ser revendidas por S/ 1500. Las entradas para las zonas de Oriente y Occidente, cuyo precio en preventa era de S/ 762, se estaban ofreciendo por S/ 1200.
El impacto de la reventa en los verdaderos fanáticos
La reventa de boletos ha generado una gran preocupación entre los fanáticos más fieles de Benito, quienes se ven directamente afectados por el incremento desmedido de los precios.
El aumento de los precios no solo dificulta el acceso de los verdaderos seguidores del artista, sino que también los expone a un mayor riesgo de fraude, ya que al comprar boletos de revendedores no oficiales, existe la posibilidad de ser estafados.
Este fenómeno no solo genera malestar entre los fans, sino que también representa un desafío para la organización del evento, que debe lidiar con la reventa descontrolada y la frustración de aquellos que no pueden acceder a boletos a precios razonables.
Además, la reventa plantea un serio riesgo de estafa, ya que los compradores pueden terminar siendo engañados por revendedores fraudulentos que ofrecen boletos falsificados o no válidos.
