La dramaturga oaxaqueña Verónica Musalem cierra su trilogía inspirada en la Sierra con "Los maromeros" Milenio

“Aquí está la tradición oral de mis abuelos, mi ser zapoteco, mi ser oaxaqueña e indígena, pero, ante todo, lo que soy yo también: una mujer completamente contemporánea que ha vivido en Francia y en otras partes del mundo”, dice la dramaturga Verónica Musalem.
En entrevista con MILENIO, cuenta que terminó de escribir Los maromeros en 2013.
“Fue el inicio de un parteaguas en mi vida, después de una crisis profunda en mi vida hice una serie sobre el duelo, la pérdida y la caída.
Ha sido toda una cirugía, ya estrené Los caminantes y Los errantes, que es la segunda parte, pero no había puesto en escena la primera parte de esta trilogía de Los maromeros”.
La obra de teatro tendrá temporada del 3 de mayo al 7 de junio en el Teatro Salvador Novo del Centro Nacional de las Artes.
La dramaturga explica que la trilogía trata la vida de una escritora que está en una crisis existencial y quiere suicidarse, pero afortunadamente no lo consigue.
Se trata de una mujer joven en un viaje iniciático en el Centro Histórico de Ciudad de México “pero paralelamente ella está escribiendo una obra que se llama Los maromeros y entra en crisis.
La encontramos en un viaje iniciático donde se mezcla la Sierra de Oaxaca, de donde soy, de Juchitán, Oaxaca”.
El público podrá adentrarse a la tradición oral de los abuelos, por medio de los cuentos.
Los maromeros, es en parte un viaje oaxaqueño de sobrevivencia de esta mujer madura para encontrar de nuevo un sentido a su vida, es una obra muy positiva y con mucha esperanza, con la que la dramaturga celebra sus 32 años de trayectoria artística.
“Es inevitable no hablar de Juchitán, la tierra de Francisco Toledo: es un lugar muy particular, un matriarcado, con gente muy conectada con el cosmos zapoteca”.
Esta pieza, que forma parte de una trilogía inspirada en la Sierra de Oaxaca como un personaje vivo y simbólico, se distingue por su fuerza épica y mítica, y por explorar con brutal honestidad las complejidades humanas y sociales desde una mirada profundamente mexicana y universal.
Los maromeros es un teatro coral y de voces que entrelaza lo fantástico con lo autobiográfico, donde la tradición, la memoria y la identidad se manifiestan en personajes complejos que navegan entre la violencia, el amor y la resistencia.
La obra, dirigida por la propia Musalem, se sumerge en un imaginario poético que “transforma la sierra en un espacio vivo, casi mítico, que respira junto a sus habitantes y sus historias.
Con un lenguaje dramático maduro y una libertad creativa fruto de décadas de reflexión.
La pieza es un canto vibrante y conmovedor que invita a la audiencia a un viaje sensorial y emocional profundo”.
Celebrar más de tres décadas de carrera con Los maromeros es también celebrar la voz de una de las dramaturgas más originales y esenciales del teatro mexicano contemporáneo, que ha sabido conjugar la tradición con la innovación, la poesía con la crítica social y la introspección personal con la universalidad de sus temas.
Esta temporada promete ser un encuentro inolvidable con el teatro que nace desde las raíces más profundas y que se eleva con la fuerza de la palabra y la escena.
Este enfoque autobiográfico se manifiesta en la exploración de temas como la memoria, la identidad y la violencia, desde una perspectiva íntima y profunda, donde lo personal se entrelaza con lo colectivo y lo ancestral.
La obra refleja la complejidad humana y social que surge de procesos largos de introspección y reflexión, propios de la experiencia vital y artística.
Así, Los maromeros no solo es un relato sobre la sierra o sus personajes, sino también una expresión de la propia búsqueda y transformación de la autora, que utiliza la dramaturgia para nombrar su historia y conectar con universos más amplios.
La experiencia personal de Verónica Musalem se refleja en la trama de Los maromeros a partir de un suceso vital que en 2014 marcó un cambio radical en su vida, lo que la llevó a fusionar su autobiografía con relatos fantásticos y surreales inspirados en la Sierra de Oaxaca, región ligada a sus raíces familiares.
Esta obra forma parte de una trilogía que surge de esa reflexión íntima y profunda, donde la memoria, la identidad y la violencia se entrelazan con el imaginario mítico y poético de la tierra que la vio crecer.
La trama de la obra es un reflejo de su búsqueda artística y vital, una expresión de su transformación personal y un canto a la memoria y la resistencia cultural.
PCL