El aquelarre está en TikTok: las brujas ya son digitales y monetizan Milenio

DOMINGA– Mariana esperó su turno en el ‘live’ de TikTok.
Observa el ritual desde su celular.
Adriana Llubere, una bruja mexicana, escribe en un huevo el nombre de su clienta.
Luego, añade la fecha de nacimiento.
Acto seguido, inicia el conjuro entre sus manos: “por los poderes de la tierra, por la presencia del fuego…”.
Pero la oración apenas comienza cuando el huevo estalla.
Una señal de que la sanación no será sencilla.
Pronto unas manos entran en escena para retirar el vaso donde debían caer la clara y la yema.
Adriana, sin perder el ritmo de la transmisión, toma un nuevo vaso con agua y reinicia el ritual: “Por segunda vez, Mariana, Mariana, vámonos contigo”, dice y repite ante casi mil personas conectadas.
Mariana escribió su nombre en el chat para solicitar un ritual.
Quería entender por qué se ha sentido mal últimamente y sospecha que podría estar embrujada.
Pagó el servicio a través de la plataforma de TikTok, como decenas de otras clientas que también buscan respuestas en el ciberespacio.
Si en el siglo XVII Salem fue el territorio donde el miedo y la superstición condenaron a mujeres por hablar con espíritus, hoy TikTok es el escenario donde esas mismas voces –ahora con un aro de luz, un tripié y una conexión a internet– encuentran seguidores, reconocimiento y hasta dinero.
Lo que antes era motivo de persecución, hoy genera ‘likes’, regalos virtuales y audiencias fieles.
La hoguera se transformó en algoritmo.
Las brujas ya no huyen: hacen ‘lives’.
Adriana, o ‘La Madrina’, como le dicen sus seguidores, o @adrianallubere83, su nombre de usuario en TikTok, es una rubia imponente.
Tiene los labios rojísimos, unas pestañas postizas gigantes y un collar con la imagen de la Santa Muerte que le cuelga hasta el busto.
Detrás de ella, una gran estatua de un apache la resguarda: es su guía.
Al fondo hay estantes como de tienda: tarots, distintos tipos de velas, esencias, inciensos.
“A mis maestros, a mis ancestros, a mis doctores espirituales, para que limpien cuerpo, alma, espíritu de Mariana.
Hoy en esta noche, Mariana, yo te hago mi servicio contra tus enemigos.
Hoy en esta noche rompo en ti toda maldición y mandamiento de oscuridad…”.
Esta vez la oración casi se completa, pero de nuevo el huevo se le rompe a Adriana.
La explicación la encuentra en un pedazo de la clara.
“Mira por qué se tronó”, dice ‘La Madrina’, mientras coloca ese resto viscoso en el vaso de agua que ahora sí recibirá algo.
Luego lo agita, y ante la cámara se forma una figura que asemeja una galaxia: huevo girando en torno a más huevo.
“Ahora que tengas tu período, te vas a fijar qué es lo que vas a aventar”, le dice Adriana a Mariana, mientras observa con atención el interior del vaso.
La figura flotante le revela algo más.
“¡Un bebé!, salió un fetito”, añade, señalando la misteriosa silueta gelatinosa que gira entre la clara.
Para Adriana, es un presagio.
La lectura termina de tajo.
Continúa con la lectura al azar de algunas personas que pagan una suscripción a su cuenta de TikTok.
Luego considera hacer unas limpias entre quienes han compartido su ‘live’, pero no lo hace: no son suficientes.
–¿Cuántos compartidos tengo? –pregunta a las personas que la asisten.
–Dos mil ochocientos.
–No, tenemos muy poquitas, muy poquitas.
Esta noche, la promoción es que los usuarios que envíen tres ‘galaxias’ podrán obtener una limpia, dice refiriéndose a enviarle un regalo con forma de galaxia, uno de los regalos virtuales que ofrece TikTok durante las transmisiones en vivo.
Cada galaxia cuesta mil monedas de TikTok, lo que equivale aproximadamente a diez dólares o 220 pesos.
Las monedas son la moneda virtual de la plataforma, que los usuarios compran con dinero real para enviar regalos a los creadores de contenido como muestra de apoyo.
Las lecturas y limpias continúan, mientras la audiencia aumenta.
Ahora el esoterismo, los hechizos, la brujería, están al alcance de la pantalla.
La brujería arde en las pantallas de TikTokEl término #WitchTok nació en 2019, cuando TikTok comenzaba a ganar terreno como una de las plataformas más populares del momento.
La palabra viene de ‘witch’ (bruja, en inglés) y Tok, forma corta de referirse a TikTok, y agrupa a toda una comunidad que comparte en esa red social contenido relacionado con brujería, rituales, tarot, astrología y prácticas espirituales.
Y no es difícil entender por qué: el encierro por el covid-19 trajo un gran crecimiento, a la par de las videollamadas, el pan casero y el exceso de tiempo libre, muchas personas comenzaron a experimentar con rituales, cristales y hierbas como una forma de sentirse mejor, de recuperar algo de control o sólo de reconectar con lo espiritual en días oscuros.
¿Quién no habrá probado un hechizo casero en aquellos días?TikTok, la red social que nació como una plataforma para videos cortos de baile y sincronización de labios, hoy es también un espacio donde florecen otras expresiones: el tarot, los recetas mágicas y las limpias energéticas se han convertido en contenidos virales.
Cómo hacer el ritual de la luna llena, encontrar prosperidad en el trabajo o romper con la mala suerte son algunas de las inquietudes que mueven cada vez más a jóvenes –y no tan jóvenes–, quienes encuentran ahí no sólo entretenimiento, sino guía espiritual, consejo emocional y, en muchos casos, alivio para sus angustias.
El sistema es simple: los usuarios pueden unirse a los ‘lives’ de sus creadores favoritos y enviar “regalos virtuales”, pequeños íconos animados que se compran con monedas de TikTok.
Éstas cuestan dinero real.
Quien recibe los regalos, acumula “diamantes”, que luego pueden canjearse por dinero.
Regalos como el universo pueden llegar a costar hasta 500 dólares, unos 10 mil pesos.
La plataforma también premia el tiempo de permanencia, la interacción en los comentarios, los ‘shares’ y las suscripciones.
Hay quienes invierten no sólo en rituales, sino en asegurar su lugar en la siguiente ronda de lecturas.
Lo que antes era un acto íntimo o reservado al consultorio físico de una bruja, hoy se convierte en un performance en tiempo real ante cientos o miles de personas.
Pero no todo es monetización, hay personas con dones de adivinación y esoterismo que utilizan TikTok como vitrina para ganar visibilidad.
En estos casos, es común que ofrezcan lecturas gratuitas durante los en vivos y, al final, compartan su número de contacto para cerrar directamente la contratación de sus servicios, evitando así las comisiones que la plataforma cobra como intermediaria.
De cualquier forma, estamos frente a la actualización de una tradición milenaria: la brujería ya no teme a la hoguera, porque ahora arde en las pantallas de los teléfonos celulares.
Las brujas de TikTok realizan velaciones en vivoRuth, de 31 años, es la mujer detrás del usuario @ruthvillatarot.
La descripción en su perfil dice que es “vidente tarotista con los mejores rituales”.
En su ‘feed’ se localizan varios testimonios, la mayoría de su especialidad: la velación, un ritual espiritual que utiliza el fuego de las velas como canal para manifestar deseos, limpiar energías o abrir caminos.
En una publicación, siete velas rojas en una charola llena de granillo de colores aparecen acompañadas del texto: “Para las que no aceptamos un NO de respuesta”; hay también dulces, derretidos ya y un par de muñequitos unidos en toda esa miel.
Luego el testimonial de quien pidió ese ritual: “Ruth, súper mega recomendada, justo ayer me realizaste el trabajo y desde la mañana llegó un mensaje de él, ha estado muy lindo conmigo, mil gracias”.
En otro post de su perfil, de nuevo velas, pero ahora con forma de cráneos, son rojas de nuevo, están sobre pétalos de rosas rojas y canela, esta vez la intención era el deseo sexual, el feliz testimonio de la cliente da cuenta de ello: “Nena, ayer me prendiste mi velita de sexualidad y ayer mismo pasó de todo, el hombre andaba con todo.
Muchas gracias por ayudarnos, recomendados al cien tus trabajos”.
El texto va acompañado de un emoji de satisfacción.
Dice que no aprendió en un templo ni en un libro.
Aprendió escuchando.
Escuchando a las velas, a las voces en su oído, a las películas que se proyectaban en su cabeza mientras sus manos daban masajes.
Ruth no estudió magia, pero la magia la encontró a ella.
Desde niña, los sueños se le cumplían.
Veía muertos.
Hablaba con su abuela fallecida como si nunca se hubiera ido.
A los catorce, se obsesionó con el tarot, primero como consultante, luego como aprendiz.
Pero no fue fácil: se frustraba con los significados, olvidaba los arcanos, tiraba las cartas a la basura.
Y luego las recogía.
Las limpiaba.
Volvía a empezar.
Así, entre dudas y corazonadas, fue descubriendo que la guía no estaba en el folleto, sino en su intuición de bruja.
“Yo escucho.
Hay alguien que me habla.
No sé quién es, pero ahí está, en mi cabeza, en mi oído”, dice.
La primera vez que leyó el tarot sin guías fue a su hermana.
Después vino la vecina.
Luego la prima.
Las cartas hablaban.
Y ella, sin darse cuenta, se volvió “una chingona en el tarot".
Así lo dice.
Un día, desde su cama, abrió TikTok y le pico al “en vivo”, porque ya había visto que otras personas lo hacían.
Y así como vio que lo hacían, pidió que el enviaran como regalo virtual una rosa roja a cambio de una lectura.
Una vez más los regalos de TikTok como pago a los servicios.
Funcionó.
Decidió hacer brujería desde las redes sociales porque piensa que le permite llegar a más gente y ayudar a quienes más lo necesitan.
Hoy, su fuerte son las velaciones.
Las hace en vivo, frente a cientos de personas.
Canela para el dinero, romero para abrir caminos, azúcar para el amor propio.
Cada vela tiene una intención, y ella se convierte en canal.
En una consulta tradicional, la bruja te arma tus velas y tú puedes llevártelas, pero acá en el ‘live’ tú ves cómo las enciende, cómo las intenciona y se quedan con ellas, en su salón de rituales; cuando se consumen, es común que comparta cómo quedaron, evidencia de que se cumplió con el trabajo.
“En los en vivos me empezaban a preguntar, ‘¿no haces velaciones?, ¿no haces endulzamientos?, ¿no haces sobrecaminos?, ¿no haces amor propio?’ Y les vendía uno y les funcionaba y les vendía otro y funcionaba y hasta que ya ahorita mi fuerte es hacer velaciones en los en vivos.
Y obviamente pues tengo mucha gente también acá en lo personal”.
TikTok para comerValery, de 31 años, es una bruja tiktoker de Colima, quien acepta que la necesidad económica fue uno de los motores para comenzar esta actividad.
“Me animé a hacer un ‘live’ primero cuando vi que, después de la pandemia, se empezó a popularizar las mujeres que leen el tarot y, segundo, cuando vi que leer tarot en TikTok te generaba clientas e ingresos y yo tenía varios meses desempleada, necesitaba dinero para comer, así que empecé a hacer en vivos y sí, el primer día que me conecté pude sacar unos pesos y de ahí le seguí”.
Ella está segura que la red social puede ser una fuente de ingresos o una vitrina de posicionamiento, depende de cómo lo administres.
“Porque con los puros regalitos en una buena transmisión puedes llegar mínimo a los 200 pesos, lo que es casi el salario mínimo.
Y aparte, en lo que estás en la transmisión puedes hacerte promoción para lecturas privadas y ya ahí jalas nuevos clientes”, dice Valery.
Su manera de leer el tarot en TikTok es la siguiente: al iniciar enciende una vela intencionada, para que la luz le dé claridad y guía; de ahí en adelante espera donativos –o a veces hace lecturas gratis al azar–, los datos que pide son nombre y fecha de nacimiento de los interesados “eso lo utilizo para conectar e intencionar las cartas al momento que las estoy barajando con su pregunta, para poder brindarles la respuesta”.
Ruth, por su parte, reconoce que TikTok puede ser una fuente real de ingresos.
“Sí es una fuente para crecer en el comercio, porque todos los días conoces gente nueva en TikTok y más en los en vivos; si conoces nueva gente, puedes vender cosas nuevas a diferentes personas todos los días”.
Pero no todo lo que brilla en la pantalla es luz.
La experta en velaciones reconoce que también hay charlatanes: gente que no muestra su rostro, que sólo enseña las cartas o un producto, que promete milagros exprés y cobra sin medida.
Ella, antes de especializarse, también fue víctima: “pagué hasta 10 mil pesos”, recuerda.
Incluso en México se han detectado casos de personas que han sido víctimas de extorsión por supuestos trabajos de brujería o hechicería.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia en la Ciudad de México detalló que los criminales se ponen en contacto con la víctima vía aplicaciones de mensajería instantánea o redes sociales y comienzan con las amenazas y la posterior extorsión, amedrentando a los afectados con supuestos hechizos o maldiciones contra sus familiares o ellas mismas, solicitando pagos vía transferencia a cuentas controladas por ellos mismos para dejar de molestarlos y detener el trabajo de brujería.
En 2020, 77.
7% de la población mexicana se consideraba católica, lo que equivale a cerca de 97.
9 millones de personas, de acuerdo al Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
Sin embargo, desde hace una década, estudios indican que 7 de cada 10 mexicanos creen en la magia y el esoterismo.
¡Casi 100 millones de mexicanos como posibles clientes!Por eso, Ruth insiste en algo que repite como mantra: “Mira bien, usa la intuición.
Revisa sus redes, busca su rostro, su nombre, su historia.
Porque por desesperación, uno cae en cualquier cosa”.
Para ella, TikTok puede ser una herramienta poderosa pero también puede volverse un terreno peligroso si se usa con engaño.
Por eso advierte: no compres con ansiedad, no te dejes llevar por la desesperación.
Investiga.
Confía en lo que sientes.
“Aquí –dice Ruth– nos podemos salvar todos.
Pero sólo si usamos esto con corazón y con verdad”.
GSC/ASG