El lado más personal de Jordi González: su enfermedad, su situación sentimental y su vida a caballo entre dos continentes Infobae

Jordi González atraviesa uno de los momentos más delicados de su vida personal, alejado de los focos y los platós que durante décadas fueron su hábitat natural. El veterano comunicador de Mediaset, que ahora afronta una etapa ilusionante en RTVE, se encuentra en pleno proceso de recuperación tras un severo problema de salud que lo sorprendió durante un viaje a Colombia a finales del pasado 2024.

Aunque fue él mismo quien, con tono optimista, compartió su situación con los espectadores a través de una videollamada en su programa D Corazón, la realidad parece haber sido más grave de lo que quiso hacer ver. Según fuentes cercanas han revelado a Informalia, “ha estado mucho más grave de lo que podéis imaginar”, hasta el punto de que en varias ocasiones su estado fue considerado crítico. Ingresado en un hospital colombiano poco después de llegar, permaneció allí hasta que los médicos valoraron que su condición era lo suficientemente estable como para viajar de regreso a España.

A finales de marzo, Jordi aterrizó en Madrid, aunque antes de regresar a su domicilio en la exclusiva urbanización de La Finca, fue sometido a una nueva batería de pruebas en un centro médico. Solo cuando los especialistas confirmaron que ya no había riesgo, se le permitió continuar con su recuperación en casa, bajo supervisión médica.

Desde entonces, el presentador recibe cuidados especializados en su hogar y mantiene su rutina centrada en recuperar fuerzas para volver cuanto antes a su puesto de trabajo. “Él lo que quiere es estar fuerte cuanto antes para volver al programa que presenta”, aseguran al citado medio quienes lo conocen. Sin embargo, todavía evita el contacto social frecuente y solo recibe a amigos muy cercanos, reservando su energía para lo esencial: recuperarse por completo.

Un regreso pendiente a la televisión

La salud ha obligado a Jordi González a hacer un paréntesis en una carrera que nunca ha dejado de evolucionar. Desde 2023, el presentador forma parte de la parrilla de RTVE, donde copresenta el renovado D Corazón junto a Anne Igartiburu. Además, también es el rostro habitual de Lazos de sangre, un formato de documentales y debates que combina la nostalgia con el análisis de figuras públicas.

Aunque este nuevo ciclo profesional lo mantiene vinculado a Madrid, ciudad donde reside buena parte del año, Jordi siempre ha sabido repartir su tiempo entre distintas residencias repartidas por el mundo. Fiel a su estilo reservado y nómada, ha pasado largas temporadas en ciudades como Barcelona, Río de Janeiro y, especialmente, Miami, su refugio predilecto.

Entre dos continentes

González no es uno de los rostros más reconocidos de la pequeña pantalla española; es también un hombre que ha sabido construir un estilo de vida cosmopolita. Miami se ha convertido en su santuario personal, donde encuentra la tranquilidad que le permite desconectar del bullicio mediático español. Allí cuenta con una vivienda adaptada a sus gustos, cómoda y moderna, donde ha pasado largas estancias. De hecho, en más de una ocasión ha compaginado su labor televisiva semanal con viajes de ida y vuelta a Florida.

Río de Janeiro también ha sido uno de sus destinos habituales. En una edición pasada de Callejeros viajeros, el propio presentador abrió las puertas de su casa brasileña, un apartamento con privilegiadas vistas a la laguna de Ipanema. En aquella ocasión, compartió con la audiencia su conexión emocional con Brasil, país en el que ha vivido y al que regresa siempre que puede.

Y aunque sus obligaciones lo mantengan frecuentemente en la capital, Barcelona, su ciudad natal, sigue siendo uno de los puntos clave en su mapa personal. Allí conserva amistades de toda la vida y parte de su entorno más íntimo.

Un hombre que cuida su imagen... y su intimidad

A lo largo de los años, Jordi González ha sido sinónimo de profesionalismo y discreción. Aunque ha presentado algunos de los formatos más exitosos de la televisión española, como Gran Hermano VIP, Hormigas Blancas o La Noria, nunca ha permitido que su vida privada quede expuesta a los medios. De hecho, su perfil en redes sociales desapareció hace tiempo y, desde entonces, mantiene un férreo control sobre la información que se publica sobre él. En el plano sentimental, ha sido vinculado en el pasado con el actor Sergi Mateu, aunque ni él ni su entorno confirmaron nunca la relación. Su vida amorosa, como casi todo en él, se mantiene en un silencio absoluto.

A sus 62 años, y aunque ahora se encuentra un poco delicado, González siempre ha cuidado especialmente su salud. Su rutina incluye ejercicio regular, una alimentación balanceada y, en ocasiones, tratamientos estéticos. Hace unos años, una enfermedad tropical dejó cicatrices en su rostro que él ha asumido como parte de su historia. También sufrió un desprendimiento de retina y se sometió a un tratamiento de balón gástrico con el que logró una notable transformación física.