Rocas lunares chinas sugieren un lado lejano y sediento de la Luna Diario.mx

La cara oculta de la Luna —la parte que siempre mira en dirección opuesta a la Tierra— es misteriosamente distinta de la cara visible. Está salpicada de más cráteres, tiene una corteza más gruesa y menos mares, o llanuras donde antiguamente se formaba lava.

Ahora, los científicos dicen que la diferencia podría ser más que superficial.

Utilizando una muestra lunar obtenida el año pasado, investigadores chinos creen que el interior de la cara oculta de la Luna es potencialmente más seco que el de su cara visible. Su descubrimiento, publicado el miércoles en la revista Nature, podría ofrecer una visión más clara de cómo se formó y evolucionó el orbe perlado que admiramos en nuestro cielo nocturno a lo largo de miles de millones de años.

Que el contenido de agua en las caras lunares cercana y lejana difiera parece ser coincidente con las variaciones en las características superficiales de los dos hemisferios lunares, afirmó Sen Hu, investigador de la Academia China de Ciencias en Pekín y autor del nuevo resultado. «Es bastante intrigante», añadió.

Se creía que la Luna estaba completamente seca hasta la década de 1990, cuando los científicos comenzaron a descubrir indicios de agua en su superficie. Estos indicios se confirmaron cuando la NASA estrelló una etapa de cohete contra el polo sur lunar en 2009.

Desde entonces, estudios han indicado que hay hielo en gran parte de la superficie lunar . También se ha encontrado agua en el manto, una capa de la luna situada debajo de la corteza y por encima del núcleo.

En junio pasado, China se convirtió en el primer país en traer una muestra de la cara oculta de la Luna . Chang'e-6, la sexta de una serie de misiones de exploración lunar chinas, extrajo y perforó más de dos kilos de regolito de la cuenca Aitken del Polo Sur, el cráter más profundo de la Luna.

Uno de los objetivos de esta y otras misiones fue estimar la cantidad de agua en las profundidades de la Luna, lo que ayuda a los científicos a estudiar su pasado. El interior lunar se ve menos alterado por los procesos que erosionan la superficie.

De regreso a la Tierra, con las muestras de Chang'e-6 en mano, los investigadores buscaron basaltos de mare, o granos de lava endurecidos que brotaron del manto lunar. Algunos de estos basaltos, de hasta 2.800 millones de años de antigüedad, contenían olivino, un cristal que se formó al enfriarse el magma antiguo del interior de la luna, preservando información sobre la composición del manto en los inicios de la historia lunar.

La cantidad de hidrógeno atrapado en el olivino permitió a los científicos deducir la cantidad de agua presente en el manto en aquel entonces: entre 1 y 1,5 gramos de agua por cada millón de gramos de roca lunar.

Mediciones anteriores de muestras recolectadas en el lado cercano de la Luna (por Estados Unidos, la Unión Soviética y, más recientemente, China ) arrojaron resultados hasta 200 veces más húmedos.

La marcada diferencia en los rangos de contenido de agua derivados de las muestras del lado cercano y lejano de la Luna podría sugerir que la parte de la Luna invisible para nosotros en la Tierra es mucho más seca en general, dijo el Dr. Hu.

Shuai Li, geólogo planetario de la Universidad de Hawái en Manoa, quien estudia el agua en la superficie lunar, describió los resultados como «muy interesantes». Sin embargo, señaló que la información extraída de una sola muestra es limitada.

"Es difícil decir si el lado lejano es definitivamente más seco que el lado cercano", dijo el Dr. Li, quien no participó en el trabajo.

Un escenario propuesto por el equipo de Chang'e-6 para explicar las diferencias internas es que el impacto que creó la cuenca Aitken del Polo Sur fue lo suficientemente poderoso como para arrojar agua y otros elementos al lado cercano de la luna, agotando la cantidad de agua en su lado lejano.

Otra idea es que los basaltos de la muestra de Chang'e-6 provienen de una parte mucho más profunda y seca del manto lunar.

"Para mí, eso es un poco más realista", dijo Mahesh Anand, un científico planetario de la Universidad Abierta de Inglaterra que no participó en el estudio, pero ayudó a estimar el contenido de agua del interior lunar a partir de la muestra del lado cercano de China, recolectada por la misión Chang'e-5 en 2020.

El Dr. Anand también elogió la meticulosidad de los investigadores, que seleccionaron cuidadosamente cientos de partículas de la muestra de Chang'e-6, todas de menos de un dieciseisavo de pulgada de tamaño, para estimar la abundancia de agua.

“Lograr eso requiere mucho esfuerzo y un trabajo sofisticado y minucioso”, explicó.

Más muestras de diferentes lugares, recolectadas por futuras misiones lunares, ayudarán a los científicos a determinar si el interior del lado oscuro está uniformemente reseco o si varía a lo largo del hemisferio.