Dueño del hotel en Medellín clausurado por explotación sexual de menores ya había sido relacionado con otro caso similar Infobae

No paran las polémicas que rodean el repudiable caso del estadounidense Timothy Alan Livingston, que fue descubierto el 28 de marzo en el hotel Gotham en compañía de dos niñas de 12 y 13 años, y su posterior liberación que permitió que huyera del país sin responder ante la justicia.

Aunque en su momento, el establecimiento de turismo se defendió de las críticas por permitir este tipo de explotación sexual, recientemente salió a la luz una investigación del medio independiente Vorágine, que relaciona a la administradora del lujoso hotel, Casacol S.A.S, y a su dueño, Bradley Hinkelman, con otro extranjero de nacionalidad norteamericana capturado por cometer delitos sexuales contra menores de edad.

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Se trata de Dominick Divencenzo, un exmilitar estadounidense capturado el 26 de febrero de 2024 por delitos similares a los cometidos por Livingston, que habría acudido a la compañía de Hinkelman para adquirir un inmueble en la capital de Antioquia por unos 175.000 dólares, al parecer, para continuar con su plan de explotar jóvenes sexualmente.

Hinkelman, un empresario canadiense que ha amasado una considerable fortuna en bienes raíces en Medellín, se encuentra en el ojo del huracán. Su empresa, Casacol, gestionaba un apartahotel donde Divencenzo se hospedaba, según quedó demostrado en una serie de chats y correos electrónicos revelados por el medio independiente.

De hecho, un correo enviado el 12 de marzo de 2020 por Juliana Gil, gerente de Apartamentos Loma Verde y trabajadora de Casacol, dejó en evidencia la preocupación de la mujer ante incidentes que involucraban actos de prostitución dentro del edificio de apartamentos.

“Loma Verde tiene reglas sobre escuchar música a altas horas de la noche y sobre prostitución, por lo que solicito a mis inquilinos, propietarios y amigos de propietarios que las respeten”, señaló Gil en su comunicación, después de reclamar por un evento en el que varios de sus invitados protagonizaron un escándalo con dos mujeres dentro de las instalaciones, que pedían que les pagaran una suma de dinero, al parecer, por los servicios sexuales ofrecidos previamente.

Pero las pruebas no terminan ahí, Vorágine también tuvo acceso a un chat entre Divencenzo y uno de los empleados de Casacol, con quien entabló una relación un poco más cercana, en la que también quedó al descubierto que el norteamericano ingresaba a jovencitas a su propiedad, a pesar de las políticas de la compañía turística.

“9:33 pm – Apartamentos Loma Verde: Hola Dominick

9:33 pm – Dominick Divicenzo: ¿Sí?

9:34 pm – Apartamentos Loma Verde: Tu chica quiere que le pagues su dinero. Va a llamar a la policía.

9:34 pm – Dominick Divicenzo: ¿Para qué? Que llame a quien quiera. Se puso loca y le pedí que se fuera. Le di dinero para un taxi.

9:35 pm – Dominick Divicenzo: Traté de evitar un problema pidiéndole que se fuera cuando se puso loca”, reveló el medio.

Además, el dueño del hotel Gotham y Lomas Verdes, Bradley Hinkelman, también interpuso una tutela contra Divencenzo, exigiendo una rectificación por comentarios publicados en Facebook, en los que atacaba directamente a su compañía, tras los malentendidos con la gerente de Loma Verde. El documento de la tutela exponía las preocupaciones de Casacol relacionadas con “aparentes eventos de prostitución, daños a los apartamentos y tratos inadecuados a los empleados”.

“Durante las estancias del señor Divencenzo en Loma Verde se han presentado diferentes situaciones relacionadas con aparentes eventos de prostitución, daños a los apartamentos y tratos inadecuados a los empleados del hotel y de Casacol (a quienes les ha solicitado, por ejemplo, la traducción de mensajes obscenos) (sic)”, se lee en la acción legal del canadiense.

De hecho, Hinkelman expuso que el norteamericano mostró su descontento con la compañía, ante las restricciones que impuso para ingresar visitantes en plena época de pandemia, cuando el país estaba sumergido en una cuarentena indefinida por cuenta del covid-19.

“El señor Divencenzo se ha mostrado inconforme con la labor desarrollada por Casacol para lograr el cumplimiento estricto de la normatividad por cuyo acatamiento siempre ha velado la compañía, específicamente relacionada con prevención de abuso de menores, eventos de prostitución y consumo de drogas ilícitas”, señala el escrito radicado en octubre de 2020.

Asimismo, el canadiense de gran reputación en el mercado turístico dejó en evidencia las visitas constantes que recibió Divencenzo durante los meses de junio y julio de 2020, cuando empezaban a aflojar las medidas sanitarias en el país.

“Solo en el mes de junio de 2020 recibió 11 visitas y en el mes de julio de 2020 recibió 6 visitas de mujeres nacidas entre los años 1998 y 2000″, reveló Vorágine.

Incluso, en el momento de la detención de Divencenzo, que fue capturado cuando se encontraba en compañía de un adolescente de 16 años, dejó a la luz el actuar ilícito del extranjero en la ciudad de Medellín. Las autoridades lo acusan de contactar a menores mediante redes sociales y pagarles entre 250.000 y 300.000 pesos por actos de explotación sexual.

Aunque Casacol se ha intentado escudar de los recientes hechos, la presión ejercida por las autoridades llevó a Bradley Hinkelman a anunciar el cierre definitivo del hotel Gotham, mientras que la Fiscalía General de la Nación adelanta un proceso de extinción de dominio contra el lujoso complejo de apartamentos.

Sin embargo, a pesar de los escándalos, el canadiense cuenta con gran peso en la industria hotelera y turística de Colombia. Desde la creación de Casacol en 2013, ha logrado adquirir un significativo portafolio de propiedades, contribuyendo al turismo de alto nivel en Medellín.

De hecho, en una entrevista, Hinkelman expresó el volumen de negocio que ha mantenido, generando más de 2.000 reservaciones en un solo mes. Además, la compañía cuenta con 139 establecimientos bajo su administración, y se ha posicionado por sus servicios de asesoría a extranjeros para comprar inmuebles de lujo en Medellín, que después quedan bajo potestad de Casacol S.A.S.