De Islas Mujeres a La Paz: los naufragios de embarcaciones que han conmocionado México Milenio

La arena blanca y el agua cristalina del mar Caribe en el sureste de México fueron testigos del hundimiento de la embarcación Diosa del Mar un suceso que, de acuerdo con las declaraciones del fiscalRaciel López Salazar, dejó como saldo cuatro personas muertas.
Fue durante la noche del pasado 29 de enero cuando la embarcación menor salió de la zona turística de Puerto Juárez y naufragó en la bahía que se ubica entre Isla Mujeres y Cancún.
En conferencia de prensa, el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) indicó que a bordo del catamarán se encontraban 19 personas, de las cuales 17 eran turistas nacionales, además del capitán y un ayudante.
Poco tiempo después de que se reportara el hundimiento de la embarcación la Coordinación Estatal de Protección Civil de Quintana Roo informó a través de sus canales oficiales de comunicación quelos equipos de rescate ya se encontraban trabajando para dar con el paradero de las personas reportadas como extraviadas.
Por su parte, las y los rescatados comenzaron a recibir atención médica, en tanto que la fiscalía estatal trabaja en las investigaciones para determinar las causas del hundimiento de la embarcación así como si se cumplieron con las disposiciones de las autoridades marítimas.
Al ocurrir en el que es considerado como uno de los principales destinos turísticos de México fue cuestión de tiempo para que el trágico percance comenzara a acaparar la atención de la ciudadanía, no obstante, las aguas marinas que rodean al país han sido también escenario de naufragios de marineros y turistas que han logrado sobrevivir tras quedarse varados en medio del océano.
El milagro de los tres pescadoresUna mañana de noviembre de 2005 Jesús Vidaña, Lucio Rendón, Salvador Ordaz y otros dos marineros no identificados abordaron una lancha de motor que zarpó desde el puerto de San Blas, Nayarit.
El grupo de pescadores se adentró en aguas del Océano Pacífico con el único objetivo de cazar tiburones pero no contaban con que el curso de la corriente marítima les desfavorecería.
Tras unas horas en altamar, los tripulantes de la embarcación se percataron que se alejaron demasiado de su lugar de trabajo, hasta que finalmente se perdieron.
Sin las herramientas suficientes para guiarse de regreso a su hogar, los marineros permanecieron a la deriva 270 días en los cuales se alimentaron con carne cruda de pescados y se hidrataban con agua de lluvia.
En ese periodo dos de sus compañeros fallecieron, el primero en febrero y el segundo en marzo, por lo que optaron por arrojar sus cuerpos al mar.
"En ocasiones nos dolía el estómago porque había veces que tardábamos 15 días en comer.
En una ocasión sólo teníamos un pato para comer entre los tres", mencionó Jesús Vidaña en una declaración que dio a medios de comunicación locales de la época.
Los marineros mexicanos pasaron alrededor de nueve meses en altamar hasta que finalmente fueron rescatados por un barco pesquero taiwanés cerca de las Islas Marshall.
Investigaciones de la Secretaría de Marina (Semar) señalaron que la corriente marítima los arrastró a una velocidad media de 30 kilómetros diarios, de forma que recorrieron 8 mil kilómetros para llegar a la zona en donde fueron localizados.
Jesús Vidaña, Lucio Rendón, Salvador Ordaz permanecieron en las Islas Marshall hasta que la cancillería mexicana logró traerlos de vuelta a México, en donde sus familiares únicamente esperaban un milagro que les permitiera volver a verlos.
Y sucedió.
La odisea de Salvador Alvarenga Originario de El Salvador, en diciembre de 2012 un hombre zarpó desde la costa de Chiapas como un día habitual de trabajo, pues prestaba sus servicios como pescador para la compañía Camaronera de la Paz.
Las primeras versiones sobre el naufragio de Salvador Alvarenga apuntan a que zarpó junto a un compañero de Costa Azul, un pueblo de marineros desde donde salen embarcaciones destinadas a la pesca del tiburón martillo y el pez vela.
El cómo el pescador se perdió tras adentrarse en las turbulentas aguas del Océano Pacífico continúa siendo un misterio, no obstante, su localización en la costa de las Islas Marshall acaparó la atención de la comunidad internacional.
Salvador Alvarenga habría pasado alrededor de 13 meses en alta mar,alimentándose de peces, tortugas y tomando agua de lluvia.
Crónicas de la época señalan que el hombre de entonces 37 años se encontraba en condiciones sumamente vulnerables, deshidratado y con afectaciones psicológicas.
Fueron precisamente esos padecimientos los que pusieron en duda su historia, además de que su caso fue confundido con el de otros pescadores que desaparecieron en la costa de Chiapas.
El Gobierno de México coordinó acciones con la cancillería salvadoreña para ayudar a Salvador Alvarenga en su proceso de repatriación, mismo que contempló revisiones médicas, expedición de visa y documentos que le permitieron regresar a su país de origen.
El hundimiento de ‘Rosa Coral’ El estado de Quintana Roo se ha convertido en eldestino turístico ideal a nivel nacional e internacional.
La alta demanda de visitantes orilló a habitantes de sus comunidades más populares -como Cancún o Tulum- a impulsar diversas actividades para dar a conocer sitios de interés histórico o de abundantes recursos naturales.
Pese a que cada trabajador tiene la obligación de cumplir con las normativas que Protección Civil establece para garantizar la seguridad de los turistas, en el caso del uso de embarcaciones suele sobrepasarse el límite de pasajeros, lo que ha provocado accidentes que terminan en tragedias como la que ocurrió en julio de 2021.
Aquella ocasión, la entonces directora de Protección Civil y Bomberos de Isla Mujeres, Merced Ortiz, informó en entrevista con MILENIO que al sur de Isla Mujeres se hundió la embarcación turística Rosa Coral.
La zona en donde ocurrió el accidente es conocida como El Gilero y se considera de alta peligrosidad al formarse remolinos por el cruce de corrientes marinas entre el mar Caribe y el canal que se forma entre Cancún y la isla.
"Hasta donde sabemos la embarcación presentó una falla mecánica, pero los fuertes vientos y la corriente de remolino que se forma en esa zona provocó que se volteara con todos los pasajeros a bordo", explicó Merced Ortiz.
Fuentes consultadas por este medio indicaron que, aunque la embarcación tenía capacidad para 15 personas, ésta operaba con sobrecupo, factor que también fue determinante para que todos los pasajeros y la tripulación terminaran en alta mar.
Varias de las personas que viajaban en el Rosa Coral nadaron hasta la zona de acantilados que está en la punta sur de la isla mientras que otras fueron rescatadas en el mar.
El saldo del trágico percance fue de tres personas muertas, entre las que se encontraba un menor de 5 años de edad.
En 2023 el sobrecupo de una embarcación también provocó un hundimiento frente a las playas de Puerto Vallarta, Jalisco.
En dicho suceso, 24 pasajeros que realizaban un paseo por Bahía de Banderas terminaron sumergidos en el agua del Océano Pacífico.
No obstante y afortunadamente, dicho percance no dejó personas muertas o lesionadas ya que lancheros y embarcaciones que navegaban cerca auxiliaron rápidamente a los pasajeros.
Tim Shaddock y su perrita Bella Una de las historias más mediáticas de los últimos años sobre náufragos se suscitó a mediados de 2023 cuando en el Océano Pacífico Oriental fue localizado un hombre de nacionalidad australiana junto a su mascota en una embarcación averiada.
El rescate se logró luego de que marineros de un buque atunero mexicano de Grupomar avistaran a Thimothy Lynday Shaddock en aguas internacionales.
El hombre de 54 años se encontraba en una situación extremadamente precaria después de haber pasado alrededor de tres meses en altamar sin provisiones adecuadas, ni refugio.
De acuerdo con una versión difundida por The Daily Telegraph, el australiano fue golpeado por una tormenta a escasas semanas de haber zarpado de La Paz, Baja California con dirección a la Polinesia Francesa.
Al igual que en otras historias, Tim y su perrita Bella sobrevivieron a su naufragio comiendo pescado crudo y bebiendo agua de lluvia.
El buque atunero trasladó al hombre y a su mascota hasta el puerto de Manzanillo, Colima, desde donde Tim coordinó con autoridades federales su regreso a Australia, proceso que logró con éxito no sin antes despedirse de su fiel compañera mexicana de cuatro patas que lo acompañó en uno de los momentos más críticos de su vida.
ATJ