La curiosa montaña española que crece cuando llueve y tiene una mina en su interior Infobae
Caprichosa y usando el terreno como si fuera un lienzo, la naturaleza dibuja los paisajes a su antojo creando verdaderas obras de arte. Y es que nunca dejará de sorprendernos, pues en los rincones más recónditos es donde se encuentran los mejores parajes. En España, por suerte, ha sido generosa y nos ha dado la oportunidad disfrutar de paisajes tan increíbles como los Picos de Europa, los Pirineos o de increíbles playas como las que se encuentran en la Costa Brava o Costa del Sol.
Pero, ¿imaginas una montaña que crece siempre que llueve? Aunque parezca difícil de creer, nuestro país cuenta con este fenómeno único en el mundo. Se enclava en Barcelona, más concretamente en el municipio de Cardona, y es uno de los atractivos naturales más especiales que podemos encontrar en Cataluña. Estamos hablando de la conocida como Montaña de Sal, un paraje que, a día de hoy, todavía crece por la erosión de la lluvia. Además, por si esto fuera poco, en su interior esconde uno de los rincones más mágicos de la región: una espectacular mina.
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Unas dimensiones difíciles de creer
En la actualidad, el entorno de la Mina de Sal se ha convertido en un parque cultural, sin embargo, en la primera mitad del siglo XX tuvo una gran importancia económica y social. Bajo el nombre de Mina Nieves de Cardona, la estación minera estuvo operativa desde el año 1929 hasta la década de los 90, convirtiéndose en una de las minas de sal potásica más importantes del mundo. Igualmente, el crecimiento que presenta como consecuencia del agua se debe a un fenómeno natural por el cual el depósito subterráneo de sal expresa un crecimiento vertical que alza la capa de sedimento que se encuentra sobre ella.
De esta forma, ha pasado a ser ahora un espacio divulgativo que pretende enseñar y dar a conocer la importancia que tuvo en el pasado. A su vez, su apariencia es espectacular, pues la montaña se eleva como una enorme mole grisácea que mezcla tonos blancos y rojizos. Su aspecto escarpado cuenta con una altura de 120 metros, qué son tan solo la punta de un enorme diapiro de cerca de dos kilómetros de profundidad. En su interior, los impresionantes túneles permiten recorrer esta maravilla, aunque no en su totalidad.
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Profundidad
En la visita el viajero podrá admirar la inmensidad de la mina en un recorrido de 86 metros de profundidad a través de las entrañas de la montaña. En su interior, una serie de pliegues, formas imposibles y diferentes texturas asaltan al viajero, el cual queda maravillado con la impresionante ‘Capilla Sixtina’. Una galería que debido a su extrema belleza y multitud de minerales y colores ha sido apodada con este nombre. Igualmente, los visitantes tienen la posibilidad de recorrer las antiguas instalaciones mineras.
En ella, se puede contemplar el edificio de máquinas del pozo minero y conocer la cultura e historia de la minería de sal, la geología, la mineralogía y la botánica de este enclave, por medio del museo. Por si fuera poco, la mina permite la celebración de todo tipo de eventos.
Horario y precios
Las visitas a la montaña de sal son guiadas de martes a domingo. Estas tienen un precio de 12,50 € para adultos, 10 € para jubilados, 6 € para menores de entre 5 y 11 años y 3 € para menores de entre 2 y 4 años. Cuentan, además, con un servicio gratuito de audioguías disponibles en catalán, castellano, inglés y francés. Igualmente, desde turismo de Cardona señalan los siguientes aspectos a tener en cuenta:
- Respetad el aforo limitado. La Montaña de Sal, tiene una capacidad limitada que se respeta escrupulosamente con la finalidad de garantizar su buen estado natural.
- Obligatorio el uso del casco para todos los visitantes (incluidos niños y menores).
- No está permitida la entrada de animales al recinto ni bajar a la mina con coches de bebés.
- Temperatura: 17 °C.
- Conviene estar 30 minutos antes de la hora de inicio de la visita para recibir las indicaciones oportunas.
Cómo llegar
Desde Barcelona, el trayecto hasta la mina es de alrededor de 1 hora y 15 minutos por las carreteras C-16 y C-55 (hay peajes). Por su parte, desde Lleida el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 35 minutos por las vías A-2 y C-451/C-75.
