Ayotzinapa, aún Excelsior

Julio de 2023 nos trae un nuevo y desgarrador informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes sobre el caso Ayotzinapa, uno de los capítulos más oscuros en la historia de México que sigue generando interrogantes y dolor en la sociedad.
Han pasado casi siete años desde la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y, aunque se han dado pasos importantes en la investigación, la verdad y la justicia parecen estar aún lejos.
El último informe presentado por el GIEI deja en claro que el caso Ayotzinapa sigue siendo un desafío para el Estado mexicano y una herida abierta para las familias de los desaparecidos.
Si bien es cierto que algunos avances se han logrado en el proceso de investigación, también es innegable que persisten obstáculos y resistencias que impiden arrojar luz sobre los hechos ocurridos en la noche del 26 de septiembre de 2014.
Uno de los puntos más preocupantes del informe es la constatación de que el caso ha estado plagado de irregularidades y posibles actos de obstrucción a la justicia.
La falta de cooperación de algunas autoridades, la manipulación de pruebas y la limitación del acceso a información relevante son factores que han entorpecido la búsqueda de la verdad.
Es inaceptable que después de tantos años, las familias de los 43 jóvenes desaparecidos sigan sin obtener respuestas claras y contundentes sobre lo que realmente sucedió aquella fatídica noche.
Su incansable lucha por conocer la verdad y obtener justicia es una muestra de su valentía y perseverancia, pero también es un recordatorio doloroso de las deudas pendientes que tiene el Estado con quienes han sido víctimas de la violencia y la impunidad.
El caso Ayotzinapa es un símbolo de las múltiples desapariciones forzadas y violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en México a lo largo de los años.
Es un reflejo de la fragilidad del Estado de derecho y de la necesidad de fortalecer las instituciones encargadas de impartir justicia de manera independiente y eficiente.
El informe del GIEI debe ser tomado como una oportunidad de este gobierno que lleva ya casi cinco años para replantear y redoblar los esfuerzos en la búsqueda de la verdad y la justicia en el caso Ayotzinapa.
Porque López Obrador se comprometió con los padres de los 43 a encontrar la verdad de esta tragedia inenarrable.
Es momento de dejar a un lado los intereses políticos y las resistencias institucionales, y centrarse en garantizar que las víctimas y sus familias obtengan el derecho a la verdad y a la reparación integral.
El Estado mexicano siempre supo, antes (en tiempos de Peña Nieto) y ahora (en tiempos de López Obrador) que las Fuerzas Armadas poseían información que omitió y que es clave para desentrañar la verdad sobre lo ocurrido en esa noche negra en Iguala.
El Estado mexicano tiene la responsabilidad de cumplir con su deber de investigar, sancionar y reparar los daños causados por estos crímenes.
Sean quienes sean.
Sólo así se podrá avanzar hacia una sociedad más justa, en la que los derechos humanos sean respetados y la impunidad no prevalezca.
La izquierda no se podrá decir izquierda mientras el caso Ayotzinapa siga sin respuestas.
Es una prueba de fuego para la voluntad y el compromiso de López Obrador para enfrentar (en este año y medio que todavía tiene al frente del cargo) los desafíos que representa la violencia y la impunidad en México.
Esperemos que este último informe del GIEI sea un punto de inflexión y marque el inicio de una nueva etapa en la búsqueda de la verdad y la justicia para los 43 estudiantes desaparecidos y todas las víctimas de la violencia en nuestro país.
 Columnista: Yuriria SierraImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0