Estamos viviendo en una confusión de noticias y declaraciones, por lo que no extraña que muchas voces queden inauditas.
El gobierno difunde que la oposición nada tiene que decir, salvo insultos y que carece de candidatos, propuestas y de programas.
Ese saco sólo le queda a Morena, el partido en el poder, que nada aporta con sus habituales diatribas en contra de enemigos ya históricos y actuales.
Su lista de personajes odiados a diario se alarga para incluir a periodistas, empresarios, ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y miembros de la sociedad civil.
Los precandidatos morenistas no hacen más que repetir lo que su jefe máximo va declarando en sus mañaneras.
La idea de que la oposición no tiene propuestas y que nada tiene que aportar es desconocer o ignorar la constante voz de crítica que se reúne en los partidos de la alianza opositora.
Iniciado el mes de junio, el proceso electoral queda ya a un año de distancia de la elección de 2024.
Los tiempos se estrechan.
El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, abrió la temporada electoral a muy tempranas fechas con el propósito de placear a sus corcholatas.
Desde mucho antes de arrancar oficialmente las campañas electorales su objetivo era desacreditar con críticas irónicas a los candidatos de oposición y así, a medida que fueran apareciendo, llegarían muy deteriorados al combate.
Las cosas no han sido como lo suponía.
Los bien aireados precandidatos presidenciales de Morena tienen el serio problema de no tener nada constructivo que proponer en sus discursos, porque hacerlo sería desaprobar las promesas incumplidas y las iniciativas mal logradas de López Obrador.
El caso de la alianza opositora es muy distinto.
Cada uno de los candidatos propuestos llegarán a la palestra bien claros en cuanto a los temas más centrales del ideario de su partido.
La coincidencia de objetivos es clara.
La perspectiva de continuar con la receta del gobierno personalista y socialmente divisivo que se ha ensayado en los últimos cinco años es inaceptable para la mayoría de nuestro país.
Los sectores más favorecidos por los programas sociales de Morena padecen en carne viva la incompetencia y corrupción de un régimen que se militariza sin proteger la vida de sus ciudadanos.
Falta solamente un año para la fecha en que se realizarán las elecciones para renovar la Presidencia de la República, así como a integrantes de las dos Cámaras legislativas y varios congresos estatales.
Mucho se dice de la trascendencia que este evento tiene para el país.
Las elecciones realizadas a lo largo de todo el siglo XX también fueron de importancia.
Las que nos esperan tienen que confirmar nuestra convicción democrática.
La propuesta de Morena para el 2 de junio de 2024 es de la de continuar el viraje ya en plena marcha desde 2018 hacia un gobierno centrado en decisiones personales y estructuras ideológicas que han demostrado resultados contrarios al bienestar general que tanto prometen, Sus primeros efectos nocivos ya los venimos percibiendo en áreas críticas como salud, educación y seguridad.
No hay confusión.
Las propuestas de la alianza opositora se centran en avanzar hacia un México nuevo y justo por caminos de decisiones, logros y cargas compartidas no los de dictaduras personales.
Columnista: Julio FaeslerImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0