Los Alitos de Donceles Excelsior

Sin el menor rubor y tratando de justificar lo injustificable, la fracción del PRI en el Congreso de la Ciudad de México apoyó ayer la militarización de la seguridad pública, como lo pidió Morena.
  Sin el menor rubor y tratando de justificar lo injustificable, la fracción del PRI en el Congreso de la Ciudad de México apoyó ayer la militarización de la seguridad pública, como lo pidió Morena.
  En lo que fue la confirmación de que la alianza opositora ya valió en la capital del país, quedó registrado el nacimiento del Primor local, con lo que los priistas serán conocidos como los Alitos de Donceles.
 Esto porque Alejandro, Alito, Moreno, líder nacional del tricolor, había traicionado al PAN y al PRD, con quienes tenía pactado no dejar pasar la iniciativa presidencial que le da el control total de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas hasta 2028.
  La traición de Alito fracturó la alianza y oficializó al Primor, pues aunque ya había sido aprobada por el Senado y la Cámara de Diputados, se requería que al menos 17 congresos locales la ratificaran; ayer lo hizo el de la CDMX.
 Por obvias razones, la alianza opositora local, que aún permanecía en el aire, quedó prácticamente descartada en la ciudad, a pesar de que los dirigentes Andrés Atayde, del PAN; Nora Arias, del PRD, e Israel Betanzos, del PRI, mantienen reuniones.
 En el debate de ayer, los únicos que se lanzaron contra la propuesta de militarizar el país fueron el panista Aníbal Cañez y el perredista Jorge Gaviño, quienes criticaron que la izquierda haya claudicado en un tema tan sensible.
 Los tricolores no participaron en el debate, y sólo al final Tania Larios justificó el apoyo a la iniciativa aprobada.
Su partido había sido criticado por el panista Cañez, pues olvidaron los acuerdos aliancistas por los que llegaron a Donceles.
 Eso motivó una llamada de Betanzos a Atayde para reclamar que el PAN los había calificado en tribuna de traidores y corruptos, lo cual no fue cierto.
Aunque, si lo hubieran dicho, nadie los podría desmentir.
 El presidente del PAN le llamó a su coordinador en Donceles, Christian von Roehrich, para pasarle el reclamo del dirigente del PRI local, pero la acusación fue rechazada e incluso se envió el video de la intervención panista, donde queda claro que nada de eso se dijo.
 En realidad lo que buscaba Betanzos era provocar a sus colegas de oposición para que lo atacaran y hacerse el ofendido.
Ese sería el pretexto para justificar el fin de la alianza, sin que los culpen a ellos.
 Pero todo mundo tiene claro que, a excepción de Silvia Sánchez Rico, quien se abstuvo en la votación, el resto de los diputados del PRI se doblaron vergonzosamente ante la 4-T, igualito que Alito Moreno lo hiciera recientemente ante el de Palacio Nacional.
 En una de esas hasta es mejor para la oposición, que, de paso, se quita el lastre que el tricolor ya les representaba, pues en muchos lados no son bien vistos por los electores capitalinos.
 Ahora los Alitos de Donceles se van a formar en la fila de los morenos, a ver si les tiran alguna migaja.
 CENTAVITOS.
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  Hoy que están de moda los destapes en el PAN capitalino, un grupo de suspiritos azules anunciarán en breve que el diputado Gonzalo Espina Miranda, conocido como el zar anticorrupción del Congreso capitalino, será su propuesta para que pueda disputar la candidatura albiazul a la Jefatura de Gobierno en 2024.
De concretarse este lanzamiento, los suspiritos tendrán a dos mujeres y dos hombres que oficialmente aspiran: anotadas están ya las senadoras Xóchitl Gálvez y Kenia López, además del alcalde Santiago Taboada y ahora el diputado Espina Miranda.
A principio de mes el PAN no tenía a nadie en la lista, y hoy le brotan hasta debajo de las piedras.
  Columnista: Adrián RuedaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0