Con la desgracia de haber perdido a un hijo víctima de un asesinato y buscando una mejor calidad de vida, “David“ llegó a México procedente de Guatemala buscando asilo humanitario; pero en lugar de eso lo asaltaron.
“Nunca imaginamos que iba a pasar algo así, allá (Guatemala) los muchachos no quieren trabajar se dedican al sicariato y me mataron a mi hijo que trabajaba en una tienda de tortillas de harina“, relató.
David se encontraba en el Albergue para Migrantes San Juan Bosco junto a su esposa, le acompañaba una hija y su esposo, quienes a su vez viajan con una bebita.
Dos hijos más se quedaron en Tapachula, a la frontera y pedir asilo.
Relató que el homicidio de su hijo, quien tenía 19 años cuando fue secuestrado y luego asesinado de ocho disparos, fue lo que le hizo buscar una vida mejor, ya que trabajando en la entrega de refrescos no le alcanzaba.
“Vengo huyendo de allá porque le quitaron al vida de mi hijo puse denuncia y luego andan buscando quién puso la denuncia“, lamentó.
Tras arribar a Tapachula, Chiapas y pasar unos días en Hidalgo llegó a Monterrey, donde dos sujetos armados con un cuchillo lo asaltaron, pero cuando menos puso a salvo su vida.
No era mucho lo que le quitaron, eran mil 500 pesos, pero era todo lo que le quedaba.
Gracias a la buena voluntad de la gente consiguió dinero para llegar a la frontera de Nogales en autobús y tras anotarse en la lista de solicitantes de asilo humanitario, permanece esperando su turno en el Albergue para Migrantes San Juan Bosco.
“Como padre de familia a uno le queda la mente en blanco cuando mataron a mi hijo y así hemos venido luchando“, externó.