La planta desaladora, tema que se partidizó: López Nogales Elimparcial.com Sonora

PRIMERA DE DOS PARTESPara Armando López Nogales, gobernador de Sonora de 1997 a 2003, la construcción de una planta desaladora era la solución definitiva a la falta de agua en Hermosillo, pero, en sus propias palabras, el proyecto se politizó y quedó sólo en un plan.
“Yo creo que los intereses del comité nacional y estatal (del PAN), dijeron: No podemos darle un triunfo a un Gobernador priista, será en detrimento del interés del partido.
Estaré yo en lo cierto, no lo sé, pero es lo que pensé y pienso ahorita”, afirmó.
A propósito de la reciente presentación de su libro, “Mis raíces y mis años, vida y testimonio político”, el ex mandatario estatal, hace una defensa de su administración respecto a los señalamientos populares de que fue un Gobierno “tibio”.
López Nogales, en entrevista para EL IMPARCIAL destacó que el proyecto de la planta desaladora hubiese significado un parteaguas en la historia de la capital de Sonora, y considera que precisamente por eso la bloquearon.
“Yo concluí que así fue, se partidizó.
Ése es mi punto de vista y, gustoso, esperaré el punto de vista de los ciudadanos”, puntualizó.
A continuación la entrevista.
¿Qué lo motivó a escribir este libro sobre su vida y su obra de Gobierno?Armando López Nogales (ALN).
- Hubo muchos factores que trato de explicarlos en el libro, pero destacaría una o dos razones que siento que me impulsaron y que fueron conformándose e incubando la idea de unas memorias.
Me vuelvo a reencontrar con muchos de mis ex funcionarios, fue cuando hace algunos años comenzaron a aparecer en los medios imputaciones que también la gestión de López Nogales había sido la responsable del endeudamiento del Estado, cosa que no tenía sustento alguno.
Sin embargo me dicen ellos: Oiga, pero este documento es muy frío, muy técnico, muy difícil para que un ciudadano común lo entienda y lo digiera, agréguele sus antecedentes, quién es el autor, cómo llegó a Gobernador, sus sentimientos, sus esfuerzos.
¡Caray!, les dije, una biografía.
El destino me ayudó y me encontré con Ignacio Lagarda Lagarda, que ahora le digo, mi guía y conductor, y duramos unos 15 a 16 meses, yo, llenando cuartillas y cuartillas y cuartillas y cuartillas, fue un proceso difícil.
Hay algo que no lo puedo dejar de reconocer, no lo haría: Sí me molestaba el hecho también de que se fue asentando en el ánimo de la opinión pública que el Gobierno de López Nogales fue gris, intrascendente, que no hubo obra pública.
Yo tenía interés en dar a conocer lo que obtuvimos en ese esfuerzo y llegué a la conclusión de que se los debía también a mis amigas y amigos que trabajamos juntos.
¿Qué buscó resaltar en el libro, su obra de Gobierno, o su figura personal? (ALN).
- Hay aspectos del libro que ni mi propia familia conocía ni mis hijos, aspectos donde yo me siento identificado con la gran y gran mayoría de sonorenses, en mi origen pues, en mis limitaciones y en mis sueños y en mis proyectos, no es una vida nada extraordinaria.
A la primera conclusión que puedo llegar es que es una vida como la del común de los sonorenses, cuando menos, en la generación que viví, como muchísimos sonorenses que nos hicimos a base de mucho esfuerzo y limitaciones.
¿cómo fue ese inicio de Gobierno y cómo lo ve a la distancia?(ALN).
- El Estado estaba en una situación muy difícil, a nivel nacional la economía estaba completamente decaída.
Sonora no era la excepción, nuestros productores agropecuarios con una sequía espantosa, atroz, que no había padecido el Estado.
No había créditos, ni en la banca de desarrollo ni en la banca privada, y lo más grave, nuestros hombres de empresa y productores no eran sujetos de crédito.
En lo político, después del proceso electoral, para mi partido fue una auténtica catástrofe, el Estado se divide, todo el Sur era amarillo, los (municipios) más importantes, amarillo completamente.
Y para el Norte, incluyendo a la capital hacia todo el Norte, Sierra Alta, Sierra Baja y el Río Sonora, azul.
Y si le sumamos el Congreso del Estado, por primera vez en la historia éramos minoría.
Lo primero que hicimos fue convocar a los empresarios, al movimiento obrero organizado en el Estado, creamos el Consejo Estatal de la Promoción Económica, creamos consejos regionales en todo el Estado.
Con el concurso de ellos elaboramos la nueva Ley de Fomento Económico en el Estado.
Cuando nosotros establecimos una nueva cultura laboral no era simplemente un dicho, durante los seis años de nuestra administración no hubo una sola huelga.
Usted mencionó que en el ánimo popular se estableció su Gobierno como gris, débil, tibio, ¿cómo toma estas afirmaciones y qué considera que falló?(ALN).
- El problema empieza a plantearse después, se empieza a manejar que en el Gobierno no se había hecho obra y ahí es donde nosotros ya no tuvimos la capacidad de respuesta.
En ocasiones mis amigos me decían son los medios de comunicación.
No, no puede ser les decía, por qué van a ser ellos si nosotros durante seis años no respondimos, los medios tenían una visión parcial y no tuvieron otra respuesta.
Hay algunas causas y circunstancias, una de ellas es que yo me formé en la política con una ley no escrita de que una vez que uno concluía su mandato, dejara el espacio al sucesor y ya no participara en ella.
Y no participé para nada ni respondí para nada, durante los seis años.
Pero en ese tiempo se fue asentando, y se fue asentando y se fue asentando esta especie de que nada hicimos, y es por ello que es una de las motivaciones del libro, de decir, bueno, señores, por alguna razón o por otra no se destacó, no se valoró o no se comprendió, pero es momento de recordarlo.
Un tema polémico fue el de la desalinizadora, , se menciona que no se concretó por razones políticas, ¿es así?(ALN).
- Leí de algún ciudadano que decía: Le ganó el pleito el presidente municipal al Gobernador, pero no fue así.
Hay tantas apreciaciones muy subjetivas.
Cuando nosotros llegamos era una cosa terrible, la presa Abelardo estaba seca, las presas en todo el Estado, con el embalse mucho muy mínimo de toda la historia.
Inmediatamente comenzamos a analizar todas las alternativas, se analizaron más de 10 o doce alternativas, ninguna resolvía el problema en definitiva.
En una ocasión me platicaron que podíamos perforar pozos en la región de la salida a Hermosillo, en la zona de uva, pero eran corrientes que abastecían la Costa de Hermosillo y dijimos, no vamos a trasladar un problema hacia allá.
Y fue surgiendo la idea de los técnicos de Conagua de desalar agua de mar.
Y nuestros técnicos, como César Lagarda Lagarda, con un grupo de técnicos salieron al mundo, yo salí con un grupo de agricultores a Israel, España, Francia, para tratamiento de aguas, hasta que llegamos a que no había otra alternativa.
El Gobierno federal era el que conducía todos los trabajos, entre el agua salobre y el agua de mar y ahí íbamos caminando, hasta que llegamos ya a la convocatoria internacional.
Se licitó, se la adjudicó a dos compañías que se unieron, una de España y la otra creo filial, de Israel, y ¿qué sucedió?, que hubo cambio de Gobierno, el presidente Vicente Fox conocía perfectamente el proyecto, yo se lo di a conocer.
Pero hubo cambio en la Comisión Nacional del Agua y entra un coahuilense, me parece, e inmediatamente nos fuimos a presentar con él, le enseñamos el proyecto.
Me dijo el nuevo director: Excelente, adelante.
A las siguientes reuniones empezó a haber un cambio.
Aquel asesor que fue el promotor de la idea, ya lo encontramos cambiado.
Entonces eso empezó a preocuparnos.
Hasta que nos dice un día uno de ellos: Mire licenciado, cuando ustedes están reunidos y sale el director, él se reúne con el presidente municipal (Francisco Búrquez) aparte, solo.
Y el Presidente regresaba diciendo que hay otras alternativas, que está mal y que esto y lo otro.
En un trayecto, nunca se me va a olvidar, íbamos a dejar al aeropuerto (al entonces presidente Vicente Fox), yo lo iba acompañando, iba el presidente municipal, Francisco Búrquez, mi amigo.
Y de repente el Presidente me dice: Oye Gobernador, ¿por qué no le quieres regresar el agua al Ayuntamiento de Hermosillo?, ¿porque es panista?, yo no esperaba eso.
Yo con todo aplomo le contesto: Presidente, porque no lo ha pedido.
Ahí me di cuenta que ya no iba a haber apoyo del Gobierno federal.
Me reúno con César Lagarda Lagarda y se le entrega el organismo completamente saneado, vehículos, oficinas, sin un cinco de deuda.
Cuando la pide, nosotros le entregamos la administración y le entregamos todo el paquete de la desalación de agua de mar, y no lo recibió el alcalde.
Estaba muy claro que no tenía interés en continuar.
Eso fue lo que sucedió, pero otros sin conocimiento de causa decían, el tibio Gobernador al que le ganó el presidente.
No era un pleito, pero sí puedo decirte que considero que se partidizó el problema, la verdad.
¿Cuál hubiera sido la diferencia de haber construido esa desaladora?(ALN).
- Pues imagínate, en unos dos o tres años más ya fuera nuestra, saneada.
Ese era el plan.
Además, en aquel entonces el costo que arrojó eran como 8.
2 el costo del millar, checa cuanto anda ahorita.
Ya prácticamente fuera nuestra, en unos cuantos años más.
Pero la tarifa era uno de los principales aspectos que veía el alcalde en aquel tiempo.
(ALN).
- Nunca se discutió.
Yo hablé entonces con el presidente municipal y le decía: A ver, mi querido Pancho, platicaremos.
No, es que hay otras alternativas, que se puede manejar agua de acá y agua de allá.
Ya las analizaron, las analizó el Gobierno federal, ya las desecharon, nunca se refirió a la tarifa, porque la tarifa no se conoció hasta que ya terminó el estudio.
La opinión pública de Hermosillo en aquel entonces se divide por los colores partidistas, pero la gente lo que quería era agua.
Entonces, señores, la historia es cíclica, se nos presenta otra sequía de esta naturaleza y no vamos a traernos un litro de “El Novillo”.
Si era un asunto tan vital, como el agua, ¿por qué considera que lo topó un asunto político por parte del presidente Francisco Búrquez?(ALN).
- Es una apreciación muy personal.
Yo creo que los intereses del Comité Nacional y estatal, dijeron: No podemos darle un triunfo a un Gobernador priista, va a ser en detrimento del interés del partido.
Estaré yo en lo cierto, no lo sé, pero es lo que pensé y lo pienso ahorita.