A la luz de quienes se apuntaron para suceder a Arturo Peimbert Calvo en la Defensoría de de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), es necesario como impostergable que todos ellos cumplan con lo mínimo para que puedan desempeñar esa tarea, sin atender a intereses políticos y económicos ajenos a la premisa de garantizar las garantías individuales de los oaxaqueños.