CRÓNICA GOMEZPALATINA El Siglo de Torreón

A fines del presente mes de marzo, se celebrarán las conmemoraciones del CV Aniversario de las batallas de La Laguna, efectuadas por la División del Norte bajo el mando del general Francisco Villa, en una de las etapas decisivas de la Revolución Mexicana.
Preludio del inminente triunfo de las fuerzas seguidoras del Plan de Guadalupe, contra los que respaldaban al chacal Victoriano Huerta Márquez, usurpador y asesino del Presidente Constitucional de nuestra nación don Francisco I.
Madero González y de su vicepresidente José María Pino Suárez.
Los acontecimientos suscitados en Gómez Palacio en esos momentos cruciales, fueron determinantes en el cambio del destino de nuestra patria, a más de que fueron grandiosas epopeyas bélicas en contiendas colmadas de brillantes estrategias, donde el honor y la valentía marcaban la diferencia entre la victoria o la derrota, trascendentales contiendas y enormes proezas militares que quedaron grabadas indeleblemente en las páginas de la historia de México.
Por esas razones, es obligado resaltar la sucesión de hechos, tan gloriosos, como los combates que se efectuaron en varias poblaciones de la comarca, en Lerdo, Mapimí, Bermejillo, Tlahualilo y Sacramento (hoy Gregorio García), con el principal frente de guerra establecido en Gómez Palacio, donde se suscitó la grandiosa batalla del Cerro de la Pila, catalogada por los propios combatientes e investigadores "como la más cruenta de toda la Revolución", habiendo asestado en esa ocasión la contundente derrota de las tropas enemigas, lo que fue preámbulo definitivo para la segunda toma villista de la plaza de Torreón y la consecución del avance sobre Zacatecas.
La vecina ciudad estaba en poder de las fuerzas de la federación, al haberse replegado los contingentes comandados por el aguerrido general de Cuencamé, Dgo.
, Calixto Contreras Hernández, que habían quedado al resguardo de la región ,ante la inmensa superioridad numérica de tropas y elementos al mando del acreditado general J.
Refugio Velasco, quien reconquistó ese importante bastión abandonado por la estrategia del general Contreras, cumpliendo las órdenes del general Villa, quien después de haber derrotado a los federales en el Estado de Chihuahua, tomó posesión como gobernador de esa entidad el 8 de diciembre de 1913, misma fecha en que Velasco ocupó Torreón aprovechando la referida situación.
Al tener el dominio de todo el territorio norteño, "El Centauro" regresó a la Comarca Lagunera rápidamente para tratar de recuperarla, teniendo como formidable retaguardia al estado de Chihuahua.
Para lograr sus propósitos, habría de enfrentarse a un poderoso contingente de soldados federales, diez mil hombres fuertemente armados y abastecidos, dispuestos a repeler a las tropas de la División del Norte.
Ambos bandos estaban comandados por dos acreditados estrategas militares de ese tiempo, los generales Francisco Villa, por las fuerzas revolucionarias, y por los huertistas J.
Refugio Velasco.
A partir de esos trágicos momentos se avecinaban otras terribles batallas que habrían de efectuarse en muchos lugares de nuestro territorio nacional, en una contienda fratricida que desangraría terriblemente a nuestro país.
Comentando los hechos que antecedieron a esa segunda Toma de la Laguna, se recuerda que la comarca estaba intranquila desde los inicios de la Revolución Maderista de 1910, acontecida aquí en Gómez Palacio el 20 de noviembre de ese año, los cuales llevaron a la toma de la vecina población Coahuilense por vez primera, el 15 de mayo de 1911, por los rebeldes laguneros acaudillados por el gomezpalatino Jesús Agustín Castro Rivera y Emilio Madero González, hermano del Apóstol.
En esos momentos de incertidumbre se dio posesión como primeros presidentes municipales revolucionarios, por Torreón, Coah.
, al profesor Manuel N.
Oviedo, quien junto con el litigante Dionisio Reyes, fueron los principales promotores de la insurgencia en nuestra ciudad , y por esta población el general Juan Pablo Estrada Lozano, ambos, como pioneros del nuevo sistema de gobierno y quienes habrían de enfrentarse a un sinfín de problemas y riesgos inmediatos, como las diferencias entre los nuevos líderes del movimiento original.
Por los surianos Emiliano Zapata y por los norteños Pascual Orozco y Benjamín Argumedo, que hundieron al país en una lucha entre hermanos, que finalmente provocó la muerte del "Mártir de la Democracia" don Francisco I.
Madero, Presidente de la República, a manos de Huerta, el traidor y asesino, ambicioso de poder.
Para lograr la conquista de la Laguna, los revolucionarios combatirían contra la División del Nazas del Ejército Federal quienes, al estar en posesión de toda la región lagunera por más de tres meses, la rodearon de líneas atrincheradas y de fortines preparándose para las batallas por venir, emplazando 19 cañones, 11 ametralladoras y 24 fusiles ametralladoras que causaban graves daños, apuntando a Gómez Palacio donde se estableció el principal frente de batalla.
Las fuerzas concentradas por la federación sumando las tropas irregulares de Argumedo y Almazán hacían un total aproximado de 14,000 hombres, en un esquema que consistía en hacer un perímetro de trincheras que les daban ventajas aprovechando los tajos, como se llamaba a los canales en ese tiempo.
Estaban por el rumbo de Lerdo, paralelas a la calzada que une a esa población con Gómez Palacio y con 5 pequeños fuertes a lo largo de la serranía de ese mismo lugar.
En esta última ciudad la fortificación incluía los puentes sobre el Nazas, los cerros: de La Cruz del lado de Gómez y de Santa Rosa del lado de Torreón, totalmente artillado y atrincherado para defender la línea del río Nazas y con una segunda línea fortificada cubriendo el caserío, por lo que la mayoría de los combates se escenificaron en Gómez Palacio.
Donde al principio estuvo el Cuartel General de los federales y posteriormente de los revolucionarios, lo que ocasionó tremendos daños a la población y a la ciudadanía de esta heroica y abnegada ciudad duranguense.
La columna principal villista, que venía del norte el día 20 de marzo de 1914 destrozó las defensas de Peronal y Bermejillo, poniendo en fuga a sus defensores incluidos los que custodiaban Mapimí, y con la gente de Aguirre Benavides en fuertes combates ocupó Tlahualilo ocasionando que la fuerza federal que defendía ese lugar escapara para Sacramento, donde se unió a las tropas que venían del rumbo de Saltillo salvándose de su aniquilamiento y replegándose a Gómez Palacio, junto con la guarnición de Viesca que fue tomada en esa misma fecha por José Isabel Robles, haciendo un total de 1,500 federales más, que aumentaban la nutrida concentración de militares que se encontraban en esta última población.
Entre tanto el grueso de los villistas tomaba posiciones frente a Lerdo y rodeándolo por el sur y el poniente, con la misión de tomar a dicha población acatando las órdenes de Maclovio Herrera.
Al atardecer del 23 de marzo los villistas se acercaron en orden a las posiciones enemigas recibiendo descargas de fusilería, formando una línea que se apoyaba al poniente en el panteón y al oriente en la vía a Monterrey, desde esa línea, por la noche, se disparó contra las trincheras federales para dar tiempo que las dos Brigadas Juárez de Durango terminaran de posicionarse y que la artillería se colocara al pie del cerro de San Ignacio, en una tupida arboleda que resultaba ideal para esconderla.
El objetivo de esas acciones era mantener a la artillería y al grueso de los opositores clavados en Gómez, mientras se asaltaba Lerdo, en el intercambio de fuego dejo 125 muertos y más heridos en las filas villistas.
Las brigadas al mando de Herrera fueron atacadas por la caballería federal tratando de flanquear a esas fuerzas.
Cuando los dragones huertistas salían a combatirlos Villa revisaba el efecto de los disparos de los cañones apostados en San Ignacio, se dio cuenta de la maniobra y con su escolta cayó como tromba sobre la columna enemiga que fue rechazada con grandes pérdidas, de tal forma que cuando se atacó a Lerdo, los federales sólo ofrecieron una resistencia simbólica antes de replegarse a su base.
Dominado Lerdo, Villa convocó a junta de jefes para trazar el ataque a Gómez, y de acuerdo a sus instrucciones se formó un amplio semicírculo desde la estación hasta las orillas de Lerdo, con los mejores contingentes y el grueso de la artillería colocada frente al cerro de La Pila que era la posición clave en la defensa.
El ala derecha la integraban 2,800 soldados de las Brigadas; Villa, Morelos y Benito Juárez: Las dos primeras atacarían La Pila y la tercera entraría a Gómez por el sur del cerro.
El centro lo tenían las Brigadas González Ortega y Guadalupe Victoria, que sumaban 2,400 hombres y tenían como objetivo La Jabonera y la Casa Redonda.
Por la izquierda las Brigadas Zaragoza y Leales de Camargo atacarían desde el oriente entre el barrio de la Jabonera y el río Nazas, con las reservas, debían atacar el cerro de Calabazas, el cañón del Huarache y la sierra de las Noas para amagar Torreón y obligar a Velasco a distraer fuerzas importantes de la defensa de Gómez Palacio.
Ya estaba todo preparado para el ataque al cerro de La Pila.
Esa colosal hazaña será narrada en la siguiente colaboración de estas crónicas, en donde podemos hacernos un juicio sobre el heroísmo de nuestra ciudad ante esta terrible batalla es conveniente advertir que los contingentes en lucha abierta eran más de diez mil y que nuestra ciudad habría de sufrir un auténtico calvario de una lluvia de fuego de miles de proyectiles en un fin de mes infernal en que también perecieron más de 6 mil combatientes, Sin embargo y a pesar del dramatismo de esas acciones y su importancia histórica no hemos destacado como se debe esos épicos acontecimientos.
Ojalá que pronto encontremos la manera de resaltarlos para honrar debidamente a toda esa gente que participó en defensa de sus ideales sin importar el bando al que pertenecían.
Continuará.
ramlom28@hotmail.
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