Ya salió el peine.
Ahora se sabe porque el Ejercito Mexicano, más allá de la lealtad manifiesta al titular del Ejecutivo y comandante supremo de la fuerzas armadas, no protestó ni emitió comentario alguno, cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador les quitó la base aérea Santa Lucía para anunciar que allí se haría un nuevo aeropuerto que cancelaría las obras del NAIM que se construía en Texcoco con recursos privados y públicos.
Y es que AMLO, en ese estilo sui géneris que tiene de gobernar, ha anunciado que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no sólo será la encargada de la construcción del aeropuerto civil en Santa Lucía, sino que además administrará el nuevo aeródromo, en pocas palabras, ha dicho: “este nuevo aeropuerto va a estar administrado por la Secretaría de la Defensa, desde luego, con la normatividad de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Pero la renta, los beneficios del nuevo aeropuerto civil de Santa Lucía van a ser transferidos a la Secretaría de la Defensa para fortalecer las finanzas de esta institución tan importante para el desarrollo de nuestro país” –y, aunque no lo comentó allí, el recurso será para financiar la afamada Guardia Nacional que aún no se constituye, pero que ya opera como tal con carácter militarizado-.
Y aunque fue el sector más golpeado por López Obrador en campaña, a tal grado que advirtió que retornaría a la tropa a los cuarteles, el, ahora, Presidente se ha mostrado complaciente con las fuerzas armadas, a las que complace más allá de lo que se habría imaginado, por lo que en el desayuno en Santa Lucía con motivo del Día de la Fuerza Aérea Mexicana, Obrador agradeció a los elementos de la Sedena la colaboración con su gobierno a fin de resolver el problema de la saturación en el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Acompañado por parte de su gabinete y de los gobernadores del estado de México, Alfredo del Mazo, y de Hidalgo, Omar Fayad, el presidente López Obrador aseguró que ya no hay limitantes técnicas para la construcción del aeropuerto civil y comercial en Santa Lucía, el cual estará listo en tres años.
Aseguró que hay dictámenes técnicos en el sentido de que no producirá interferencia entre el AICM y el de Santa Lucía.
“Se llegó a decir que era imposible que funcionaran los dos aeropuertos, el de la Ciudad de México y el de Santa Lucía, que iba a haber interferencia aérea.
Se acudió a organismos internacionales para que no se permitiera que Santa Lucía se usara como aeropuerto civil, existiendo un decreto para esto y ahora, desde luego, dictámenes en el sentido de que no existe ningún problema, no sólo desde 1978, que no había tanto avance en la tecnología como hay ahora, para que no exista ningún problema de interferencia aérea”.
Obrador dijo que, en la construcción de Santa Lucía “se van a respetar tanto instalaciones militares, la pista, como las unidades habitacionales, no vamos a hacer nada sin dejar completamente establecida la zona habitacional de Santa Lucía”.
El presidente afirmó que su plan de construcción de un aeropuerto civil en Santa Lucía es parte de un sistema aeroportuario que incluirá la remodelación del actual AICM, el relanzamiento del aeropuerto de Toluca, e incluso, se analiza la posibilidad de construcción de un aeropuerto en 900 hectáreas de Tizayuca, Hidalgo.
“Es un plan de manejo integral de aeropuertos, porque se va a rehabilitar el actual aeropuerto de la Ciudad de México, se va a modernizar, donde está el hangar presidencial y es la base del Ejercito, todo ese espacio se va a convertir en una nueva terminal, se van a mejorar las pistas, se va a hacer moderno, funcional, más eficaz”.
Por lo pronto, la Sedena ya tiene el registro formal del nuevo aeropuerto y solicitó 885 millones 571,400 pesos para iniciar a la brevedad las licitaciones para asignar la gerencia del proyecto y la elaboración de 14 estudios de preinversión, incluido el de su interconexión con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Para dicha tarea, la dependencia cuenta con un presupuesto de 15 mil millones de pesos que se le asignaron este año como “provisiones para la modernización y rehabilitación de la infraestructura aeroportuaria”.
Con base en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, se pretende disminuir la saturación del AICM con la construcción, a cargo de la Dirección General de Ingenieros de la Sedena, de un aeropuerto comercial de dos pistas de servicio de pasajeros y carga en los terrenos de la base militar de Santa Lucía.
Ambos operarán simultáneamente.
Por lo pronto, el presidente López Obrador anunció que el aeropuerto civil de Santa Lucía tendrá el nombre del General villista Felipe Ángeles (quien estuvo a punto de ser fusilado junto con Francisco I Madero y José María Pino Suárez).