CRÓNICA GOMEZPALATINA El Siglo de Torreón

"La Cafetera" construida en el año de 1952 por encargo de su propietario el comerciante y diligente industrial y ganadero, don Juan Aguiñaga Díaz de León, a unos herreros laguneros cuyo nombre se desconoce, surgió este actual símbolo de identidad gomezpalatina, con el propósito original.
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de servir básicamente como un tinaco elevado para el abastecimiento de agua, tomando la forma de una cafetera, que servía a la vez como elemento publicitario para su negocio denominado "Tostadores y Molino de Café Famoso y Comercial" fundado por el año de 1950 en los terrenos conocidos como "Terryzas", ubicados al margen y un poco más al oriente de la parte intermedia de la antigua carretera "Auto-Club" que fuera el camino que unía a las 3 ciudades hermanas de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, en un proyecto formidable de comunicación de particulares laguneros con el apoyo de las autoridades regionales, ya que entonces no se contaba con carretera en ese importante tramo unificador, siendo también en consecuencia un sólido y permanente lazo fraterno entre los habitantes de esas poblaciones, mismo que subsiste hasta la fecha.
El sitio preciso para una mayor ubicación se encuentra a espaldas del Teatro Alberto M.
Alvarado, y el sendero frente al molino estaba bordeado en esa parte por numerosos pinabetes, lo que le daba el aspecto característico de los viejos caminos tradicionales de La Laguna, que se prestaban a la perfección para la evocación, en los lentos recorridos que hacían los pobladores de las ciudades vecinas desde los años 30´s hasta los 50´s, en que se inauguró el actual Bulevar Miguel Alemán que se convirtió en una ruta moderna y rápida.
Actualmente, el único tramo que todavía permanece vigente es denominado como calle Auto Club, la cual inicia donde se encuentran actualmente unas salas de cine, y pasa enfrente de la que fuera la granja Aguiñaga, donde se mantiene como solitaria vigía la emblemática "Cafetera", que ha permanecido en su sitio por más de 6 décadas, montada en su elevada atalaya y como testigo de vista ha dado cuenta del progreso y desarrollo regional, ubicada precisamente en los terrenos donde años más tarde se inició la zona industrial de la ciudad, la mencionada calle se prolonga hacia el oriente, pasa a espaldas del edificio que ocupara hace años el Instituto "18 de Marzo" continuando hasta llegar a donde se ubica una conocida empresa mueblera, terminando metros más adelante.
Este modesto cronista y servidor recuerda, que a su paso hacia la ciudad de Torreón por la década de los años 50 ese paraje me resultaba muy atractivo y singular, pues se veían circular carretones de mulas con sacas de algodón con destino al Despepite Terryzas, y en la arboleda estaban atados algunos animales seguramente propiedad de don Juan y se sentía un ambiente rural en medio de las poblaciones que separaba el puente del río Nazas, incluso unos cuantos burros sueltos, transitaban a sus anchas por el lugar, mordisqueando la escasa yerba que encontraban.
En el pasado se ha intentado la posibilidad de que se recupere el citado elemento icónico, para incrementar el acervo patrimonial de Gómez Palacio, previo a que se den los pasos necesarios por parte de las autoridades del municipio, tomando en cuenta sus excelentes relaciones con el sector privado y ante quienes sean sus actuales propietarios para tratar de conseguir su cesión en favor de la ciudad, y de ser positiva la gestión, deberá atenderse en seguida su remozamiento integral, ya que actualmente está en malas condiciones interior y exteriormente, por el natural proceso de oxidación y falta de mantenimiento por años, ya que de no hacerlo este símbolo se perderá irremediablemente por su creciente deterioro, en detrimento de la historia de nuestra comunidad.
Posteriormente se buscaría un lugar idóneo para su instalación, a fin de preservarlo como antecedente para el conocimiento de las futuras generaciones.
Mientras tanto se consignan los antecedentes curriculares de su creador el señor don Juan Aguiñaga Díaz de León, un luchador incansable y visionario, que en su tiempo fue uno de los pilares del avance de la comunidad lagunera, él nació el 24 de junio de 1913 en Matanzas, Jalisco lugar cercano a Lagos de Moreno, hijo de don Francisco Aguiñaga López y de doña Sara Díaz de León.
Su padre murió durante la Revolución Mexicana, como combatiente perteneciente a las filas comandas por don Venustiano Carranza quedando don Juan en la orfandad a muy corta edad, siendo llevado por su madre en compañía de sus dos hermanas a Phoenix, Arizona en la Unión Americana.
Bajo su protección y con el fruto de sus ahorros regresó a nuestra patria en 1925, instalándose con la familia en Parral, Chih.
, trabajando un negocio de abarrotes y ultramarinos, con estadía en ese lugar hasta 1925, cuando regresaron a la región y en el mineral de Ojuela en Mapimí, Dgo.
, montaron otro negocio en el mismo ramo de abarrotes y un poco más adelante, montaron en Torreón otro negocio del mismo ramo pero más grande, al oriente de la ciudad, llamado "El Combate" sito en la calle Juárez, precisamente en la acera opuesta del Hospital Civil, hoy Universitario, y posteriormente se cambiaron a la calle 9 y Juárez.
Don Juan en 1944 se instaló en el Mercado Alianza, en las calles de Hidalgo y Viesca con un negocio de mayoreo en abarrotes, semillas y granos, denominado "Casa Aguiñaga".
El 20 de noviembre de 1938 contrajo matrimonio con doña Antonieta Hernández de Anda, originaria de Encarnación de Díaz, Jalisco, procreando 8 hijos, mismos que siempre estuvieron colaborando a su lado en las múltiples tareas que se echaba a cuestas en su labor empresarial.
También contribuyó en la urbanización y transformación de Gómez Palacio, en coordinación con las autoridades de la ciudad, colaborando en la nivelación de los terrenos donde ahora se encuentran el Estadio Laguna, el Lienzo del Charro y sitios aledaños, convertidos actualmente en importantes asentamientos humanos.
Como socio fundador del Club Rotario de nuestra ciudad, miembro honorario de la Asociación de Charros, miembro y socio del Grupo Lala, presidió exitosamente durante 10 años el Consejo de Pasteurizadora Nazas, siendo esa empresa pionera en la transportación de leche a granel a la ciudad de México para la fabricación de quesos.
En 1958, formó el segundo laboratorio de semen congelado más importante del país, desde donde surtían a la mayoría de los establos laguneros y del Estado de Durango.
El año de 1939 inició negociando con vacas lecheras "Jersey" traídas de los Estados Unidos en dos establos que funcionaron en Torreón y en paralelo comenzó a importar ganado "Holstein" para su venta a los establos regionales, sin desatender su negocio de abarrotes, siendo entonces cuando adquirió los terrenos en Terryzas, de los que ya hemos hablado, y junto al despepite del mismo nombre construyo su casa y la comercializadora de café, también antes citada, la cual cerró en 1959 para dedicarse de lleno a la compra de vacas finas en su constante incursión para mejorar la sangre en las razas del ganado lechero invirtiendo cantidades importantes en la cruza con ejemplares campeones mundiales en producción lechera.
En 1960, trajo cuatro toros más de Canadá, entre ellos el famoso "Spring Far Gran Magi" que tuvo un costo de 30 mil dólares, toro que fue trabajado en los laboratorios Welff de Toronto, obteniendo 5,000 ampolletas de semen, que fueron vendidas a 5 dólares unidad al mismo laboratorio, trayendo después al ejemplar a esta comarca.
Con el apoyo de uno de sus entrañables amigos el MVZ Emilio Salinas Boissón logró excelentes resultados en beneficio de la ganadería regional y de nuestro país.
Al adentrarnos en la investigación sobre los antecedentes de la creación de la afamada cafetera, que por más de 66 años ha sido parte esencial de nuestro panorama regional, presidiendo nuestro diario trajinar por el actual Bulevar Alemán, siguiendo la pauta de nuestras vidas y el avance continuo de la región lagunera.
Traemos al conocimiento de nuestros lectores la apasionante trayectoria de vida de un personaje destacado y ejemplar, que merece ser conocida por las actuales generaciones, don Juan Aguiñaga Díaz de León que ha dejado un gratísimo recuerdo y una enseñanza de trabajo generoso y sin pausa, haciendo resaltar el certero refrán que dice: ¡Que sólo merece el beneficio, aquel que participa en el esfuerzo! Nos queda el compromiso de hombres de bien y de principios, de hacer el mayor de nuestros esfuerzos, para lograr que la historia y la identidad de nuestra amada ciudad de Gómez Palacio, no pierda, tal vez, la última oportunidad de recuperar este acervo de nuestra grandeza, pues si bien es cierto que se han hecho intentos infructuosos por recuperar "Nuestra Cafetera", ¡porque nos pertenece a todos los gomezpalatinos y laguneros, a lo mejor nos ha faltado la suprema determinación para lograrlo! La invitación está abierta para que aparezcan las personas que con su talento y capacidad puedan llevarnos al fin que perseguimos, y la nobleza de quien pueda donar este objeto que se pretende obtener, sin más interés que conservar en nuestro patrimonio comunal este testigo histórico, con valor puramente simbólico.
ramlom28@hotmail.
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