La primera vez que Joana salió de su país fue sólo por una semana, pero en ese viaje descubriría algo más que un nuevo lugar: Ahí también nació su necesidad por conocer más y vivir fuera de su tierra.
Es originaria de Medellín, Colombia, y visitó México en 2012 por un evento de capoeira, pero al regresar a su casa buscó la manera de viajar de nuevo: Renunció a su trabajo, vendió algunas cosas, se despidió de su familia y compró un vuelo redondo por seis meses.
"Se me metió en la cabeza la idea de hacer algo diferente con mi vida, probablemente ya me sentía estancada o simplemente quería cambiar de ambiente, y dije ‘¿por qué no irme a vivir a otro país, o hacer algo diferente?’", recuerda ahora.
Esos seis meses se han alargado hasta hoy: Lady Joana Gutiérrez Benjumea tiene 30 años y desde hace cinco vive en México, entre Saltillo, Nayarit y Hermosillo, donde reside actualmente.
Cuenta que, al llegar a Ciudad de México, se planteó la idea de buscar trabajo como desarrolladora de software, su profesión, y encontró una gran oportunidad en una empresa que le pidió mudarse a Saltillo.
"En realidad en ese momento era libre de hacer lo que quisiera, entonces fue como que listo, me fui a vivir a Saltillo un tiempo; ya ese fue el momento en que decidí ‘¿me quedo o me voy a Colombia?’, y fue ‘pues me quedo’".
INVITACIÓN HERMOSILLENSE Gracias a que tiempo después su empresa le permitió trabajar de manera remota, también se fue a vivir un tiempo a Nayarit.
En ese lugar fue donde conoció al que ahora es su esposo, Pável López, quien la invitó a visitar Hermosillo por primera vez.
Era mayo de 2014, la capital sonorense celebraba las Fiestas del Pitic con un clima que, para Joana, era inusual y sumamente cálido: "Uno de esos días Hermosillo fue una de las ciudades más calientes del mundo, con 49 ó 50 grados centígrados, y yo jamás había estado en una temperatura tan extrema.
No quería ni hablar ni moverme".
Aun así, el amor fue más fuerte.
Joana y Pável se casaron y decidieron mudarse a Hermosillo, la ciudad natal de él.
Desde entonces ya pasó un año y medio y, aunque ella sigue sin acostumbrarse al calor, la experiencia ha sido mejor de lo que esperaba.
"En verdad me gusta mucho Hermosillo, a todo el mundo se lo digo", asegura, "me gusta Hermosillo, me gusta lo que se vive, la gente, la energía, los paisajes, lo cotidiano.
Es una ciudad muy linda.
El punto es el clima, pero ya con los aires acondicionados todo tiene solución".
OTROS MUNDOS Joana sigue con su carrera como desarrolladora de software en la empresa Prodigia y, a la par, con su esposo administra el café "Otros mundos", en el centro cultural Casa Madrid.
No es difícil adivinar de dónde surgió el nombre del negocio.
"En su momento estaba involucrado otro amigo nuestro que se llama Alan, que es argentino; Pável, que es mexicano, y yo que soy colombiana.
‘Otros mundos’ es como el lugar donde pueden caber otros mundos", señala.
Y si bien extraña a su familia y los paisajes llenos de color verde de Medellín, también le ha encontrado especial gusto, por ejemplo, a la gastronomía mexicana: Afirma que podría comer mole y pozole todos los días.
No se siente, sin embargo, atada a nada.
Es feliz en México, pero no está cerrada a la posibilidad de conocer otros lugares y de migrar nuevamente si fuera necesario; de hecho, en caso de que así fuera ya tendría una idea más clara de lo que significaría ser migrante y adaptarse a una cultura distinta a la suya.
"No puedo decir que dejé de ser colombiana porque creo que eso lo voy a tener toda mi vida, soy yo", expresa.
"Pero también disfruto mucho estar aquí y tengo lo que tengo aquí y ahora es parte de mí; tengo familia aquí también y estoy creciendo profesionalmente, personalmente.
México me ha regalado muchas cosas".