Crónica Lerdense El Siglo de Torreón

PARTE 1 La historia de Lerdo es sumamente interesante, la que nos demuestra los personajes que nos dejaron los cimientos del progreso, entre ellos figuró Gonzalo Siller Arizpe.
Este inolvidable emprendedor, nació el 10 de enero 1852 en aquel tiempo Villa Garza García, tierra de grandes empresarios, como es el Estado de Nuevo León.
Gonzalo Siller fue hijo de Agustín Siller Saldaña y de Guadalupe Arizpe Cavazos, oriundos de San Pedro Garza García N.
L.
En la Villa realizó sus estudios primarios, con una inteligencia clara, resultado de la dedicación.
Aquel niño cuyas manifestaciones por lo serio y trabajador se hicieron distinguir desde temprana edad, convirtiéndose en hombre de empresa, que tuvo la gran visión de previsión para un futuro, sobre todo para realizar grandes actividades comerciales e industriales con una gran personalidad.
Así era el Sr.
Siller, tenía un estilo de grandes simpatías que le dieron verdaderos méritos.
Vivía con su padre, quien poseía su propia hacienda, es por eso que don Gonzalo se dedica a la agricultura y al comercio, asociado a las labores del campo.
Aún muy joven, no tenía todavía los 18 años, cuando prestaba eficaz ayuda a su padre y hermanos, quienes juntos, a fuerza de constante labor lograron formar su capital.
Su padre Agustín que en ese entonces tendría 94 años, veía con júbilo como su hijo Gonzalo prosperaba en la agricultura.
Agustín, al igual que a sus hijos mayores, enseñó a don Gonzalo a trabajar desde el riego y el manejo del arado, hasta la cosecha.
Este empresario regiomontano contrajo nupcias el 15 de enero de 1876, a los 24 años con la señorita Virginia Ayala Cavazos, también oriunda de San Pedro, siendo sus padrinos de boda Prisciliano Siller Arizpe y Valentín Verastegui; sus hijos fueron: Jovita, Delia, Elvira, Juanita, Everardo (abuelo de Alberto Siller), José y Gonzalo, estos dos fueron traídos a Lerdo en su momento para ser enterrados en la Capilla del Panteón de Lerdo.
En esta etapa, cambiaría su vida dando principio a sus trabajos particulares por su propia cuenta, sin que dejara de atender a la vez los intereses de su padre, que habían sido la fuente de sus economías.
Así duro su estancia en la Villa Garza García, hasta que en el año de 1888 determinó don Gonzalo por trasladarse a Villa Lerdo de Tejada, Durango, un lugar en plena actividad económica en donde hizo algunos negocios de comercio de carácter mercantil.
Así fue como en 1890 contrató con muy pocos elementos todavía; pero deseoso de ensanchar sus operaciones y por lo tanto su capital, adquirió un molino de harina que en aquel entonces lo tenía el industrial Enrique Sánchez, cuyo molino apenas daba para 12 cargas de trigo al día.
La demanda del producto de harina era mayor a través del tiempo, razón por lo cual lo adaptó para moler 25 cargas diarias, con lo que al fin dejó ya formado un medio de producción que rendía muy buenas utilidades.
Asimismo, en 1892 descubre otra fuente de riqueza como lo era la agricultura en ese entonces, razón que se asoció con otras personas tomando en arrendamiento algunos terrenos algodoneros, época que en la región Lagunera era un emporio de riqueza por su gran actividad económica.
Decía Gonzalo, el negocio bien atendido nos dio buenas ganancias.
La sociedad que contrató terminó su plazo en 1896; pero dentro de ese período había constituido otra sociedad para la explotación de la hacienda El Alamito, que en poco tiempo después pasó a su exclusiva propiedad.
La hacienda algodonera estaba ubicada en el Estado de Coahuila, en la municipalidad de San Pedro de las Colonias.
Poco después encontró otras oportunidades de arrendamiento de terrenos al cultivo, como los del terrateniente Carlos González Montes de Oca, quien rentaba algunas franjas de terreno que no cultivaba de sus haciendas, habiéndoseles facilitado a Gonzalo Siller y Donato Gutiérrez, los cuales fueron redituales y amasarían con el tiempo una gran fortuna.
Por otro lado, el Sr.
Gonzalo Siller como buen ciudadano formó parte de las fuerzas Vivas de la Villa de Lerdo, participando en agosto de 1894 con su firma en una carta solicitud de cambio categoría política a la Villa Lerdo a Ciudad, de la que, en noviembre de ese mismo año, fue remitida al rango de Ciudad.
El 20 de febrero de 1898 asistió a la primera reunión del de accionistas de la Fábrica de Jabones La Esperanza.
Asimismo, Siller fue regidor del Ayuntamiento de Lerdo tres períodos de dos años cada uno.
Dentro de esa actividad política accidentalmente desempeñó la Jefatura Política del lugar, coadyuvando a las mejoras que fueron importantes.
Otra de las empresas que con todo cuidado administró fue el molino llamado "Guadalupe", la Hacienda "El Alamito" y varias propiedades urbanas.
En 1900 Gonzalo Siller arrendó al acaudalado coronel Carlos González para explotar los terrenos de "La Paz" y San Agustín, cuyo arrendamiento duro hasta 1905.
Así mismo en ese año, asociado con el señor Victoriano de las Fuentes, adquirió la Hacienda de "Guichapo", que fuera del Obispo Filemón Fierro, situada en la municipalidad de Rodeo.
Gonzalo Siller Arizpe, hombre de empresas industriales y agrícolas, no le alcanzó el tiempo para realizar todos sus proyectos, pues muere de una pulmonía fulminante en el año de 1907, en el hospital Santa Rosa, ubicado en la calle 745 West Houston durante una estancia en San Antonio Texas.
Fue sepultado en el cementerio de Lerdo en un terreno que adquirió en vida el empresario.
Más adelante, el 9 de julio de 1924 falleció su finísima esposa, la señora Virginia Ayala Cavazos Vda.
de Siller, quien por cuestiones de la Revolución de 1910 se fue a radicar a la Ciudad de MX.
Por tal motivo el féretro con sus restos mortales fue trasladado en un carro agregado al tren de México a la ciudad Torreón.
El cadáver fue acompañado desde México por los señores: Everardo Siller, Gonzalo del mismo apellido, la señora Josefina Siller de Franco Urías, las señoritas hijas de la extinta y algunos amigos de la familia, entre los que se cuentan los señores Federico Sariñana y José Villa Arce.
Fue en el templo del Sagrado Corazón de Jesús de Lerdo donde se realizó una misa de cuerpo presente, con la presencia, además, de los familiares de la señora Virginia Ayala.
Así mismo los señores: José Siller, Valeriano García Siller, ingeniero Jesús Franco Urías, Joaquín Franco, Pedro Franco Ugarte, Julio Luján, Juan Castrillón, Abraham Luján Z.
, Lic.
Joaquín Moreno, ingeniero Carlos, Fernando y Eduardo González Fariño, Adolfo Aymes Jr.
Miguel Vázquez Ayala, Salvador Creel, Lic.
Elías Tejada, Dr.
Samuel Silva, Juan Faudoa Britingham, Fernando Zúñiga B.
, Lic.
Juan B.
Martínez, Jesús Salcido, Aurelio Zambrano, Ing.
Ch.
Crabtree.
Dr.
Julio Castrillón, Julio Castrillón Jr.
Raúl Aguirre Benavides.
Un gran número de familias de esta ciudad de Lerdo estuvieron presentes.
El cortejo fúnebre partió al panteón de Ciudad Lerdo, para ser inhumados en el mausoleo que poseía la familia.
Don Gonzalo en vida adquirió la casona que en aquel tiempo se ubicaba por la Avenida Francisco I.
, Madero, frente al parque Guadalupe Victoria, esto lo demuestra un documento en relación a los propietarios de la Recaudación de Rentas del año de 1916, con un costo de predial de 32,000 mil pesos y aparecía la finca intestada.
El terreno abarcaba toda una manzana, además contaba con una huerta; así mismo se localizaba el molino de trigo denominado Victoria.
Más adelante, en el año 1960 parte de la propiedad fue adquirida por el Instituto Mexicano del Seguro Social, la que tiempo después la demolieron la casona para construir la Clínica 11 del IMSS, que actualmente se encuentra frente a la Casa Nava.
Alberto Siller bisnieto de Don Gonzalo, en una información que compartió en las redes sociales, recuerda que su bisabuelo en un principio también habitó por algún tiempo, en la gran casona de la esquina de Hidalgo y Juan E.
García, donde había instalado el primer molino de harina.
Esa casa era propiedad de don Valeriano Siller, de origen español y sobrino de Gonzalo, donde también habitaba.
Precisamente Valeriano Siller fue Alcalde de Lerdo en los años 30´s.
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