Turok 2: 8 razones por las que es el mejor shooter en primera persona del Nintendo 64 Dailytrend.mx

El Nintendo 64 alcanzó su apogeo en 1998.
Fue el año de Banjo-Kazooie, F-Zero X, Star Wars: Rogue Squadron y, por supuesto, The Legend of Zelda: Ocarina of Time.
Y también fue el año en que llegó un juego que habría de imponer un nuevo estándar por el cual se medirían los first person shooters que se lanzaban para consolas: Turok 2: Seeds of Evil.
Su antecesor, Turok: Dinosaur Hunter, lanzado en 1997, propuso un innovador modelo de disparador en primera persona para brindarle al jugador una sensación similar a la de jugar en PC, plataforma a la que por excelencia se asocian esta clase de títulos.
Acclaim e Iguana Entertainment, publisher y desarrolladora de Turok, parecía que habían brindado la mejor traslación a consolas de la brutalidad y usos y costumbres de la primera persona, y por ello nadie esperaba que perfeccionarían la fórmula apenas un año y medio después.
A finales de 1998, Acclaim lanzó al mundo Turok 2: Seeds of Evil, secuela que no solo mejoró una jugabilidad que parecía inmejorable, sino que también ofreció una altísima calidad gráfica, tan solo comparable con el gore que el pequeño cartucho negro resguardaba.
Los tradicionales podrán decir que GoldenEye 007 y Perfect Dark son las mejores cartas en primera persona que ofreció el N64, pero para quienes buscaban el verdadero sabor FPS ajustado a la comodidad de una consola, la mejor carta era Turok 2, conclusión a la que es fácil llegar si se consideran:   1.
Su acción desbordada Turok 2 es la definición misma de “badassería pura en un videojuego de N64”.
Hay tramos largos de exploración y resolución de puzzles, es cierto, pero cuando las hordas de enemigos irrumpen, la pantalla se satura de balazos, explosiones, acción y sangre, así como de dinosaurios, monstruos, espectros, zombies, mutantes, alienígenas y robots en pedacería, en la mejor tradición de id Software propuesta en Doom y Quake.
  2.
Sus armas Turok 2 tiene uno de los arsenales más nutridos de cualquier disparador en primera persona, sea de la época de su lanzamiento o de la actual.
Son más de 25 armas y van desde unas garras tribales hasta un dispositivo nuclear, y todo lo que puede haber en medio, sean escopetas, pistolas semiautomáticas, rayos paralizantes, lanzacohetes, lanzallamas o un taladro cerebral.
La masacre y destrucción causados por este arsenal eran de efecto catártico.
  3.
Su gore Para Turok 2, Iguana Entertainment no tuvo reparo al aumentar la sangre y la violencia vistas en el primer Turok.
Gracias al sistema de detección de daño en el enemigo, los impactos de los disparos regalaban un muestrario de sadismo para satisfacer a los gorehounds (o futuros gorehounds) más exigentes.
Cabezas reventadas, desmembramientos, torsos explotados, cerebros licuados fluyendo fuera del cráneo, y cuerpos descabezados que seguían moviéndose cual pollo recién decapitado, eran solo algunas de las ingeniosas consecuencias de descargar las balas (o rayos o explosivos o lo que fuese) sobre los enemigos.
  4.
Sus criaturas Mientras el primer Turok delimitó la galería de adversarios a dinosaurios, soldados, guerreros tribales y alguno que otro monstruo o demonio, Turok 2 aumentó el alcance e incluyó todo lo que se podría esperar del cine de horror y ciencia ficción.
Aquí había dinosaurios humanoides, mutantes, cíclopes, zombies, entes espectrales, insectos extraterrestres armados hasta los dientes con tecnología de punta, y robots.
Como si la amplia gama de criaturas a masacrar no fuera suficiente, cada una presumía diseños que invitaban a apreciarse a detalle, consecuencia del poder gráfico de la máquina de la Gran N para dotar de texturas y de un amplio número de polígonos a cada personaje en pantalla.
  5.
Sus mundos En la misma vena de las criaturas, los niveles de esta secuela van de la mano de los lugares comunes del cine de género.
Conforme se avanzaba se transitaba de ciudades portuarias, pantanos y redes de cavernas, a nidos de insectos gigantes y naves espaciales, mundos gigantescos que requerían exploración y estrategia para guardar los avances en los escasos checkpoints que estaban regados en cada nivel.
  6.
Su música Turok 2 tiene una de las mejores bandas sonoras de videojuegos de todos los tiempos.
La escala épica del score aumentaba la sensación de que se estaba ante una producción de Hollywood en versión interactiva.
Las orquestaciones, aunque producto de sintetizadores, presumían enfoque de fantasía y acción, de horror y ciencia ficción, todo en un mismo paquete.
Para muestra un par de botones:   7.
Sus jefes El diseño de criaturas y el poder gráfico del N64 quedaban al descubierto cada que había enfrentamiento con un jefe de nivel.
Todos eran gigantescos, imponentes, detallados y daban cuenta de la creatividad de Iguana para proponer bestias aterradoras con las que el jugador se sintiera bajo amenaza.
  8.
Sus gráficas Turok 2 quizá sea el juego de mejor desempeño gráfico en todo el catálogo del Nintendo 64.
Está dominado por luces y sombras, sus efectos de partículas siguen sorprendiendo hasta la fecha y el detalle puesto en absolutamente cada aspecto es para ponerse de pie y aplaudir.
En un momento en el que la primera persona estaba siendo adaptada al mundo de las consolas, Acclaim e Iguana se preocuparon por llevarle a los usuarios de N64 una experiencia frenética y salvaje, similar a las de PC.
Y lo lograron, y dejaron como legado uno de los mejores juegos que han aparecido en las plataformas de Nintendo de cualquier generación.
  *Imágenes: Acclaim.
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