Sábado 20 de octubre y una ola de fans de Disney y los juegos de rol fueron los ingredientes perfectos para que, en vez de un fin de semana cualquiera, éste fuera EL FIN DE SEMANA que tanto deseaba desde hace mucho.
Para muchos, uno de los momentos más esperados en el mundo de la música de los videojuegos, para otros, un evento con muy poca difusión y poca esperanza en el público mexicano que sólo se limitó al Auditorio Blackberry.
Antes de continuar, debo aclarar un par de cosas: en primera instancia, estoy consciente de que la base de fans de Kingdom Hearts no es la misma que gozan franquicias como Pokémon y The Legend of Zelda, por lo que pedir un recinto “más adecuado” sería algo físicamente imposible, pero lo anterior no significa que la calidad de este evento estuvo por debajo de lo esperado.
Vamos, todos esperábamos algo así.
En segunda instancia, no soy muy fan de dicho auditorio (para cualquier tipo de música), pero tanto el director como la orquesta, el ambiente, los fans, se encargaron de que dichos sentimientos se fueran disolviendo poco a poco, sólo para cerrarme la boca y entregarme a una noche completamente mágica.
PARA LOS FANS DE CORAZÓN
Los conciertos de videojuegos –afortunadamente- no son un espectro extraño para nuestro “México lindo y querido”, y poco a poco nos hemos ido acostumbrando a escuchar selecciones musicales de diferentes juegos acompañados de toda una orquesta.
¿Es lo ideal? ¿Es lo que el mundo necesita? ¡Por supuesto que sí! Y eventos como Distant Worlds: Final Fantrasy, Symphony of the Godesses y Symphonic Evolutions de Pokémon son la muestra de ello, y debido al auge de los anteriores, uno de los mayores conciertos sin precedentes pudo ser posible en la CDMX.
Uno de los mejores conciertos para los fans del género.
No me malentiendan.
No estoy echando por la ventana toda la escuela musical y las maravillosas piezas que Yoko Shinomura ha compuesto para la franquicia, pero como fan de esta saga RPG de Square Enix y Disney, nunca imaginé que uno de mis sueños se cumpliría, y van las palomitas, estrellitas en la frente y un altar para toda la gente que lo hizo posible.
EL COMIENZO DE LA NOCHE MÁGICA
Tener un público “un poco más educado” a la hora de sentarse y esperar pacientemente habla mucho de cómo hemos evolucionado como espectadores para este tipo de conciertos, aunque no por eso impide que nos emocionemos como sólo los mexicanos sabemos hacerlo.
La noche comenzó con el poderoso intro de Kingdom Hearts 3D: Dream Drop Distance, que, sinceramente, me parece una de las mejores versiones de “Simple and Clean” que hemos tenido la oportunidad de escuchar; no pude evitar soltar un enorme suspiro una vez que escuché todas esas cuerdas recorriendo cada metro cuadrado del Auditorio Blackberry, y, al menos, estoy seguro que esos pequeños sonidos entre las piezas no molestaron a nadie.
Desde las composiciones calmadas como “Simple and Clean”, la de cajón “Dearly Beloved” hasta canciones que nos llegaron directito al corazón (como Vectors to Heaven, que sigo sin superar por la cantidad de vellos que me erizó), fueron un deleite que valió cada segundo de espera para poder acomodarse en el edificio.
La mercancía oficial fue de lo mejor.
La parte cúspide de este concierto fue cuando los temas cambiaron de manera drástica, pues primero nos llevaron por una montaña rusa de tranquilidad y emociones duras (como “Destati”) para dejarnos fulminados con un precioso arreglo de Toy Story.
Nadie lo esperó, todos gritaron y aquellos que querían decir “¡shh!” tampoco pudieron contenerse, pues fue la joya que cerraría una noche espectacular para los fans de Square Enix.
Sin lugar a dudas, fue un evento espectacular que esperamos pueda volver a repetirse, y de verdad, esperamos, que con una difusión mayor y un lugar más grande para albergar a todos los fans de corazón.
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