Crece tensión fronteriza El Siglo de Torreón

Este viernes, México se vio marcado por la tensión fronteriza en norte y sur.
Por un lado la caravana migrante que busca atravesar el país para llegar a Estados Unidos intentó cruzar enfrentándose a las autoridades, y por otro, las presiones del presidente de Donald Trump de militarizar la frontera si no se detiene su paso.
En el sur, la caravana de miles de migrantes centroamericanos intentaron ingresar a México al romper un cerco impuesto por la policía guatemalteca, entrando decenas en estampida y fueron contenidos por elementos de la Policía Federal de México.
Mientras que en el norte, el presidente Donald Trump mantuvo su amenaza al insistir que México debe de detener el movimiento o enviará militares a la frontera.
"Por el momento, agradezco a México.
Pero si eso no funciona, llamaremos a los militares, no a la Guardia (Nacional)", dijo.
En el intento de ingresar a México de más de 5 mil centroamericanos, hubo pedradas, golpes, gritos, llantos y gritos.
Los migrantes llenaron medio kilómetro del puente internacional "Rodolfo Robles", sobre el río Suchiate, que une a México y Guatemala.
Unos cantaban el himno nacional hondureño.
Otros gritaban: "¡No somos delincuentes! ¡Déjennos cruzar!".
Eran familias enteras, padres con sus hijos cargados sobre los hombros que no paraban de llorar.
Tras un enfrentamiento en el que los migrantes lanzaron piedras a los elementos de la Policía Federal y éstos respondieron con gases lacrimógenos, acordaron cruzar de manera ordenada.
Autoridades mexicanas permitieron el ingreso primero de mujeres y niños, que fueron llevados a un albergue en Tapachula.
El presidente Enrique Peña Nieto emitió un mensaje por la noche donde dijo que no se permitirá ingreso irregular ni de forma violenta.
"México no permite, ni permitirá", el ingreso al país "de manera irregular mucho menos violenta", dijo.
La jornada terminó con miles de migrantes varados que esperan continuar hoy su paso.
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