Después de que José Andrés Larrañaga, originario de Tuxtepec, Oaxaca fuera secuestrado y asesinado por sus compañeros, su madre, Lorena Canalizo se despidió de él con emotivo mensaje a través de redes sociales.
En la misiva, Lorena habla del comportamiento de su hijo, quien estaba a punto de cumplir 21 años y lo describe como “un poco desobediente”, por haberse ido de este mundo antes que ella.
En el texto, su madre asegura que está orgullosa de él, porque la hizo sentir como si hubiera tenido “el mejor hijo, el mejor hermano, el mejor amigo; doy gracias a Dios por haberme concedido el privilegio de ser tu mamá y dejarme cuidarte”.
“Llenaste la casa de flores y de tanta gente que no cabíamos en número y manifestaciones de aliento”, describe Lorena a José Andrés, a quien también le ofrece detalles de la marcha organizada por amigos, pero a la que se unieron otros ciudadanos, que incluso no lo conocían.
“Dejaste una huella imborrable, mi niño, hiciste lo que tenías que hacer, cumpliste tu misión; no fue en vano”, escribió su madre.
En la publicación Lorena agradeció a las personas que junto con ella buscaron a su hijo.
Cabe recordar que, el joven había salido de su vivienda el 01 de octubre, en Puebla, iba rumbo a Universidad de Ciencias y Desarrollo (UDES), a bordo de su automóvil marca Mitsubishi, tipo Lancer, pero no volvió.
La última comunicación que estableció, según los reportes de investigación, fue poco antes de las 21:00 horas de ese mismo día.
Tres de sus compañeros había planeado el secuestro para pedir un rescate cerca de 500 mil pesos.
Días después, el estudiante fue localizado sin vida en campos de cultivo de Santa María Nenetzintla, en el municipio de Acajete, donde estaba semienterrado.
José Andrés se había mudado hace un par de años a la ciudad poblana para cursar una carrera profesional en la Universidad de Ciencias y Desarrollo.
Además, era el hermano mayor de tres hijos, practicó futbol y disfrutaba de actividades y deportes en moto.
Su padre se dedica a la ganadería y su madre al cuidado del hogar.
CARTA COMPLETA: José Andrés: fuiste un niño excepcional, un poco desobediente, porque te dije siempre que no podías irte antes que yo y te fuiste.
Un poco distraído porque perdías la cartera, las llaves, y ahora la vida, pero NUNCA la batalla, esa la GANASTE.
En la escuela te costaban mucho algunas materias y te decía que le echaras ganas para no reprobar y finalmente terminaste aprobando la materia de tu vida con honores.
No podemos más que estar orgullosos de ti, de lo que sembraste y lo que cosechaste en estos casi 21 años de tu vida.
El mejor hijo, el mejor hermano, el mejor amigo.
Doy gracias a Dios por haberme concedido el privilegio de ser tu mamá y dejarme cuidarte, regañarte y sobre todo amarte infinitamente.
Con tu partida nos dimos cuenta de cuánto cariño fuiste capaz de generar.
Infinidad de mensajes de apoyo y de solidaridad primero para encontrarte y después para consolarnos y acompañarnos en lo más difícil.
En Puebla los amigos y familia no se hicieron esperar.
Llegando a Tuxtepec los cuatrilokos te esperaban para escoltarte y llevarte a tu casa con tu familia.
Llenaste la casa de flores y de tanta gente que no cabíamos en número y manifestaciones de aliento.
Tus amigos-hermanos, si, tu MAGNOS TEAM te llevaron y acompañaron hasta el final.
Una marcha organizada también por amigos movió a todo Tuxtepec y nos conmovió a todos.
Dejaste una huella imborrable mi niño, hiciste lo que tenías que hacer, cumpliste tu misión.
No fue en vano.
No me queda más que agradecer a TODOS: familia, amigos, conocidos, desconocidos, presentes y ausentes, todos con un cariño que no me alcanzará la vida para devolverles tanto.
Ahora a trabajar en nosotros, tus papás y tus hermanos.
Tenemos mucho que hacer, mucho que reconstruir, mucho que reparar, pero así como los que quisieron callarte no pudieron contigo, yo te prometo que tampoco podrán con nosotros, estaremos de pie y con fuerzas para seguir siendo la familia que tanto querías y que siempre fue lo más importante para ti.
TE AMO CHAMACO! Vuela libre, vuela alto, vuela en paz.
.
.
Estás en casita de nuevo.