Aumentan 33% en BC casos de depresión Frontera.info
10 de Octubre, 2018 10:09
La población con problemas de salud mental en el Estado, en casos como la depresión, ha crecido un 33% durante los últimos 12 meses en comparación con las cifras que se tenían un año anterior, detallan datos de la Secretaría de Salud.
La información indica que de enero a septiembre de 2018 han sido diagnosticados 3 mil 744 pacientes con depresión, principalmente mujeres, mientras que en 2017 eran 2 mil 813 casos en el mismo periodo de tiempo.
Especialistas en la materia aclararon que las personas que padecen alguna enfermedad mental, como depresión o esquizofrenia, no deben considerarse como dementes.
Ambas enfermedades están ligadas a los factores biológicos, hormonales, ambientales y personales, los cuales varían dependiendo de la edad de cada persona, indicaron.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Graciela Jiménez Trejo, médica siquiatra del Hospital de Salud Mental de Tijuana A.
C.
(HSMT), explicó que las altas estadísticas indican que las personas tienen más consciencia y apertura para tratarse su depresión con un sicólogo o siquiatra.
Detalló que en la institución a la que pertenece, en lo que va de 2018 han atendido a 66 personas que padecen ansiedad-depresión, mientras que el año anterior fueron 73.
Los factores que más resaltan, apuntó, son los problemas en las relaciones de pareja, trabajo, bullying y pérdida de la salud, así como la incapacidad para adaptarse a un nuevo sitio.
“Todas las causas son totalmente diferentes en cada persona.
Decimos ¿cómo es posible que te puedas deprimir porque tu perrito se murió?’ No debemos juzgar.
Todas las personas podemos pasar por diferentes cosas, a algunos nos puede dar depresión, a otros no”, expuso Jiménez Trejo, quien calculó que una de cada tres personas tiene una enfermedad siquiátrica.
Comentó que la depresión en mujeres y hombres se manifiesta si en un periodo de dos semanas, aproximadamente, están tristes, les falta energía, pierden el gusto en sus ‘hobbies’, tienen problemas para dormir, comen de más o menos, presentan ideas suicidas o se menosprecian como personas.
Y como la depresión no es una enfermedad que se cura con un kilo de ganas compradas en la farmacia, la doctora dijo que es una situación que pone a prueba la unión y paciencia familiar, pues deben permitir a su ser querido vivir con los síntomas anteriores y al mismo tiempo motivarlo para que reciba ayuda sicológica o siquiátrica.
Mal crecienteVíctor Salvador Rico Hernández, director general del Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California (Ipebc) afirmó que en los siguientes años 6 de cada 20 mexicanos tendrá ansiedad y depresión, y no buscarán ayuda profesional para atenderse.
En el caso de la esquizofrenia, dijo que de las 70 mil consultas que el Ipebc brinda en todo el Estado, 20% son por este padecimiento.
“Tiene una cuestión genética, disfunción cerebral.
Hay pérdida de contacto con la realidad.
Son personas que presentan alucinaciones, las más frecuentes son las auditivas.
Y también sienten que las están persiguiendo”, explicó.
Ambos médicos coincidieron en que el suicidio es el principal riesgo de la depresión, ansiedad y esquizofrenia.
“Muchos pueden pensar en el suicidio, pero la gran mayoría no lo planean por cuestiones religiosas; la gente no se quiere suicidar, quiere dejar de sufrir”, dijo el director general del Ipebc.
De ahí la importancia de acudir a las instituciones de salud, porque los pensamientos de ‘no vale la pena vivir’, ‘soy muy poca cosa’ detonan en un acto suicida, añadió.
Las drogas y el alcohol, los riesgosLa médica siquiatra Graciela Jiménez Trejo advirtió sobre el peligro que corren las personas depresivas de caer en el consumo de drogas o alcohol.
“Pacientes con depresión y que no buscan ayuda sicológica o siquiátrica pueden escudarse en que para activarse, animarse, deben consumir drogas o alcohol”.
La mayoría de los casos la enfermedad se origina por un sentimiento de culpa y ganas de regresar al pasado.
“Los niños se manifiestan por berrinches, problemas de conducta.
En los adolescentes por bullying, problemas de identidad, darle sentido a la vida.
En los adultos por las metas no alcanzadas”.
