En Sonora existen grupos de ayuda, donde no sólo se apoya a quienes luchan con trastornos o adicciones, sino a familiares afectados por las conductas de sus seres queridos.
Los grupos, aparte de enseñarles a quererse a sí mismos, ayudan al autocontrol, donde su autonomía es la espiritualidad, siendo el mayor apoyo uno mismo.
Entre los grupos que existen están de Neuróticos Anónimos, Comedores Compulsivos, Jugadores Anónimos, Alcohólicos Anónimos, Familias Anónimas, este último es exclusivo para familiares de adictos y Coda, que son para codependientes anónimos por adicciones o violencia.
Hay otros grupos que no son para personas adictas o con problemas, sino para los familiares de esas personas, quienes también requieren de apoyo, sobre todo emocional; éstos son el de Al-Anon y Al-Ateen, para adultos y jóvenes respectivamente.
Vilma Mondragón García, directora de Promoción y Prevención de la Salud Mental, Adicciones y Violencia de la Secretaría de Salud, manifestó que para que los grupos funcionen es esencial trabajar la conciencia, pues es donde se guíen en su avance, y en su caso en los pasos o tradiciones de cada uno de los grupos.
“Creo que uno de los grupos que más se conoce mundialmente es el de Alcohólicos Anónimos (AA), y es donde se construyeron los 12 pasos, que son una forma en que la mente aprende a voltear a ver hacia ti a trabajar, sacudir y limpiar diariamente, y que otros grupos lo adoptaron o los modificaron”, comentó.
Explicó que los eventos negativos de la vida, en su mayoría, se considera que se quedarán así, negativos, pues son guardados en la memoria de largo plazo.
“Resulta que cuando lo trabajan en un programa de 12 pasos empiezan a darle un sentido a las cosas negativas que le pasaron porque gracias a eso desarrollan otras cosas buenas; eso se empieza a ver y a vivir de una u otra forma, y es positivo para poder salir de donde están o ayudar a los familiares de las personas con problemas”, indicó.
La también terapeuta, Vilma Mondragón García, dijo que un elemento clave en los grupos son los y las madrinas, gente que tenga tiempo y ayude a los nuevos, siendo estos claves para la recuperación.
TESTIMONIOS“Javier” es un hombre maduro, que sin tener ninguna adicción vivió violencia y violentó a la que fue su esposa, acciones que durante los 10 años de casados fueron un tormento, pues ninguno de los dos sabía que estaban afectados por haber vivido en un ambiente de alcoholismo.
“Yo creí que porque nunca fumé, tomé y nunca me drogué, iba a ser el bueno de la historia, y me busqué una esposa igual, que no tomara, fumara o se drogara; pero los dos éramos hijos de alcohólicos y eso fue una bomba, una guerra de poder, al grado de tener escenas tan violentas como las familias donde hay alcohol”, recordó.
Para “Javier” y sus seres queridos fue un gran alivio, y sobre todo un gran apoyo llegar a Al-Anon, agrupación compuesta por familiares y amigos de alcohólicos, donde encontró la paz interior que tanto necesitaba.
Hasta la fecha lo sigue haciendo, pues para él no es un tratamiento, si no un estilo de vida.
“Esto no es terapia, es un estilo de vida, lo adoptamos como un estilo de vida y aprendemos a vivir basados en los principios de Al-Anon en nuestra vida”, destacó.
MEJOR QUE NUNCALos grupos de ayuda mutua apoyan también a personas con baja autoestima, que siempre están tristes y que no se valoran, que no se quieren y que en ocasiones no le dan importancia a las cosas bellas que la vida les ofrece.
Es el caso de “Columba”, quien tiene 22 años perteneciendo a Al-Anon, y desde entonces su vida dio un giro inesperado, pues ahora está más viva que nunca, queriéndose y amándose.
“Antes de entrar yo sentía que estaba cambiando pero negativamente; me desesperaba con facilidad, gritaba y empecé a tener actitudes de tristeza cuando debería de estar feliz, pero sentía angustia y ansiedad.
Después me di cuenta que lo que me afectaba era ver a mis conocidos tomando, pero aprendí a ser tolerante”, afirmó.
TAMBIÉN PARA JÓVENESHay también grupos de ayuda para jóvenes, que en su adolescencia, aunado con conflictos familiares, los han llevado a tener su autoestima baja.
Ahí gracias a quienes son sus padrinos “Mafer” pudo salir del hoyo en el que se encontraba.
El temor por su padre alcohólico y sus actitudes agresivas, eran un detonante para que el autoestima de “Mafer” se fuera abajo cada vez que llegaba a casa.
“Tenía problemas en mi casa con mi papá porque él estaba bajo los efectos del alcohol y me sentía la única responsable porque yo cuidaba de mis hermanos porque sentía que era mi responsabilidad; mi papá explotaba y le tenía miedo a su reacción por su carácter tan fuerte porque él sentía que gritándome yo iba a entender pero eso no me gustaba.
“Al-Ateen me ha servido mucho”, recalcó, “en cuestión de mantener una mejor relación con mi papá y contarle mis cosas, me ha servido en afrontar mis problemas de la escuela”.
La vida de “Mafer” tuvo un cambio y fue para bien.
Estos testimonios son la prueba viviente de que nadie está solo, y que a pesar de que la vida pueda presentarse complicada siempre hay alguien que ya pasó por una situación similar y está en condiciones de ayudar a ver la luz en el camino y valorar todo lo que la vida ofrece.