Crónica Lerdense El Siglo de Torreón

Sin lugar a dudas el Rancho de San Fernando de La Laguna fue el pionero del nacimiento poblacional en la zona metropolitana, fundado el 30 de mayo de 1799.
El 1o.
de septiembre de 1825, este asentamiento urbano perteneció al Partido de la Villa de Cinco Señores del Río Nazas, y a partir del 18 de agosto de 1826, se segrega de esa Villa y pasa a ser del Partido de Mapimí.
En este mismo lugar con el nombre de Hacienda desde el año de 1827, se inician las primeras muestras de crecimiento del asentamiento urbano y el trueque de mercancías, pues dentro de su desarrollo surgen algunas casas donde se manufacturaban artículos para el hogar y había pequeños comercios alrededor de la hoy Plaza de San Fernando.
Más adelante el comercio se extiende y se conforma una calle con el nombre del Comercio con una serie de tiendas, abarcando desde la calle Hidalgo hacia el Sur, hasta la calle Cuauhtémoc.
Así fue como en la Hacienda de San Fernando nació la Hostelería, propiedad de Manuel Montero; comercio: La Fortuna de Canuto Gamboa, Despepite de la Hacienda, Bodegas de Caña de Azúcar y molino de Jesús Reina, además talleres de jarcería y talabartería.
Es así como la localidad logra situarse al mismo nivel del poblado de la Villa de Santiago de Mapimí.
Este grandioso pueblo tiene su asentamiento en las tierras que pertenecían a la Hacienda de San Juan de Casta, finca que adquirió en 1836 el conocido terrateniente Juan Nepomuceno Flores, quien con sus dotes de empresario hizo fructificar la agricultura con redes hidráulicas y constructor de edificios, como fue en el año de 1848 la bella joya arquitectónica del Casco de la hacienda, --que hoy todavía sigue en pie- y la primera presa construida en el río Nazas bautizándola con el nombre de San Fernando.
Con todo esto les dio a los habitantes del pueblo de San Fernando, un agregado para aumentar su importancia con la actividad agrícola, en el cual en ese lapso, gracias a la visión de pequeños emprendedores se convierte en uno de los primeros poblados en la región, sobresaliendo en la agricultura, el comercio, la cultura y la pequeña industria.
Aunado al crecimiento de la población de este pueblo en el año de 1864 se presenta una transformación urbana de la cual surge el nacimiento de la Villa Lerdo Tejada, conformándose un crecimiento del pueblo hacia el rumbo poniente planificada por los propios ciudadanos trazaron sus angostas calles a cordel, dejando bien alineadas sus banquetas dándole un gran lucimiento con losas de piedra de la región y el empedrado de sus calles.
Además, construyeron los edificios públicos y casas-habitación, sin faltar el templo católico, asimismo, sus jardines y huertas.
Todo ello, gracias a la perseverancia y a la lucha de sus habitantes y la inteligencia de Catarino Navarro Urías, como primer Jefe Político de la Villa Lerdo de Tejada.
Sobre esos cambios a nivel poblacional y urbano, la agricultura en gran escala empezó a difundirse en La Laguna poco después de finalizar la Intervención Francesa, cuando el panorama político el norte del país, fue modificado y radicalizado con las reformas liberales que disgregaron el latifundio colonial en región Lagunera, y que dieron paso a un diferente tipi de latifundio.
A lo largo del río Nazas, en el que las tierras agrícolas de la Villa Lerdo era uno de los elementos con que se beneficiaba, pero, además el Río Aguanaval, pues los dos atravesaban el territorio de la Municipalidad, donde a lo largo del Nazas se construyeron represas para el mejor aprovechamiento del líquido, Fue entonces que se aprovechó también la combinación que hacía el clima seco, la abundancia de agua en la estación de lluvias y las fértiles tierrales nunca antes cultivadas.
En esa época se daba una manifestación de una intensa relación que en el norte de México mantuvo a partir de 1850 con grandes franjas fronterizas de la economía de Estados Unidos.
En un momento inicial los nexos se dieron de manera visible en la parte oriental de la frontera, demarcada por el río Bravo.
En la que se fueron dando entre 1850 a 1870 las bases de esta persistente intersección se expresarían, sobre todo, en el plano mercantil, cuyas dimensiones alcanzaron niveles espectaculares hasta 1865, cuando estalla la guerra de Secesión de Estados Unidos, cuya frontera se convirtió en una frontera abierta al tráfico mercantil.
Todas esas políticas vinieron a engrandecer a la sociedad de Villa Lerdo, dando como resultado la formación de familias prósperas, quienes fueron acumulando fortunas por la actividad agrícola obtenida de las grandes cosechas de granos, como el maíz, trigo y el algodón.
Con estas actividades se desarrolla principalmente la consolidación de un ambiente comercial digno para la Villa, pues empiezan a llegar inversionistas y profesionistas, nacionales y extranjeros, con lo cual se manifiesta el despegue comercial dentro de varios ramos.
Esto dio a lugar a que, en la comunidad de Villa Lerdo, se fomentaran las ferias donde se exponían los productos que se fabricaban en la región, haciéndose cada año, habiendo obtenido una resonancia regional y nacional: fue así como se organizaron, presentando los mejores espectáculos, de juegos, variedad musical rumbosa y de todas partes venían a divertirse.
Reglamentándose estos eventos por el Gobernador Francisco Gómez Palacio por los años de 1878, dando exención de impuestos a los comerciantes.
Alrededor de la Plaza Constitución se instalaban todos los atractivos y puestos de comida, con exclusión del frente del Palacio Municipal, asimismo, dejando libres las banquetas.
Los ciudadanos de la Villa Lerdo de Tejada, continuaron con la conquista del Desierto Lagunero, que promocionaron los primeros colonizadores y después los trabajadores de los pueblos y ranchos, es por eso que la población de la Villa Lerdo de Tejada había superado a la Villa de Mapimí, pues la 6a.
Legislatura en su decreto 117 de fecha 16 de junio de 1875, declararon a la Villa Lerdo como Cabecera del Partido de Mapimí, pero estos legisladores cometieron un grave error al mencionarla como "Villa Guerra", motivo por la cual hasta 1880, los diputados inician la discusión para reparar el error, asignando la Cabecera del Partido de Mapimí, a la Villa Lerdo de Tejada.
El cambio fue de acuerdo con el movimiento comercial en esta población como centro de transacciones mercantiles de importancia, que dieron origen a negocios de delicada y difícil solución, por lo que fue necesario la presencia de las primeras autoridades del Partido, que al mismo tiempo sería eficaz para la conservación del orden público.
Fue así como esos términos se manifiesta el decreto publicado en el periódico Oficial No.
103 del 23 de diciembre de 1880.
"Artículo único: Se establece en Villa Lerdo la cabecera del partido de Mapimí.
En consecuencia, se trasladarán a aquel lugar el jefe Político, recaudador principal de contribuciones y Juez 1o.
de Primera Instancia".
Ante este cambio, algunos vecinos de la Villa de Mapimí se habían opuesto desde 1875 al cambio de la cabecera del partido de Mapimí, aunque sin razón suficiente, puesto que se había aprobado el artículo por los C.
C.
Salcido, Fernández, López Negrete, Berdugo y Tébar, Célis, Escalante, Herrasti, y Flores y Quijar, éste último hijo de Juan Nepomuceno Flores.
Este cambio de categoría político le dio a la Villa de Lerdo como cabecera del Partido de Mapimí se desarrolla un franco esquema modernizador de su economía, cuando el parámetro de modernidad era el naciente capitalismo, sus clases sociales, su ética y su moral.
En tal sentido La Laguna de Durango representaba al municipio de Lerdo y de Mapimí, una gran riqueza que se obtenía por el conjunto de grandes y bien organizadas haciendas algodoneras, comercio, industrias, y minería.
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